Buscar Iniciar sesión

Primero el Mundial, ahora el Oscar

El director Santiago Mitre, responsable de «Argentina, 1985» y «Pequeña flor» es el gran protagonista del cine latino global
SURTSEY / PRIME VIDEO
La Razón
  • Matías G. Rebolledo

    Matías G. Rebolledo

Creada:

Última actualización:

Subido de los primeros a «La Scaloneta» y desde hace meses, «mucho antes» incluso de que aquellos que celebran ahora la Copa del Mundo de Fútbol ganada por Argentina en Catar confiaran del todo en el proyecto, el director argentino Santiago Mitre (Argentina, 1980) creía que había algo en esta generación de «pibes del potrero», comandados por Messi, que podía acabar en gloria, tras tantos fracasos y dolor: «Lo ganen o no, hay como esa sensación en el país entero, esas ganas, dentro y fuera de la Selección, de que Messi pueda tener un último gran Mundial», explicaba a LA RAZÓN hace apenas unas semanas, con motivo del estreno de la endiablada «Pequeña flor».
Su última película, una comedia negra noche que rodó en Francia, sigue en cartelera y nos cuenta la historia de José y Lucie, un matrimonio de expatriados que comienza a desarrollar una extraña relación de visitas inesperadas con su vecino, el irremediablemente francés (pura casualidad) Jean-Claude. Entre enredos, crímenes y mucho psico-análisis que juega con el «gore» con la brillantez de «Fargo», Mitre se vuelve a dar la mano con su guionista habitual, Mariano Llinás, para bordar el quién hizo qué: «Sucede una cosa, y es que a los directores, cuando funcionamos de algún modo, no nos dejan innovar mucho. Cuando uno hace una película que tiene éxito, quieren de inmediato que te pongas a replicarla. ¿Santiago Mitre siempre hace película de política? Sí, pero ahora quería hacer otra cosa distinta. Y es un privilegio haber podido», completa el realizador, que para su «Cluedo» particular ha contado con Daniel Hendler, Vimala Pons y la divertida colaboración del español Sergi López («El laberinto del fauno») como terapeuta.
La estatuilla dorada
Por puro capricho taquillero, la «Pequeña flor» de Mitre en cines coincide con la explosión, vía Amazon Prime Video, de su «Argentina, 1985». Éxito de público allá por donde ha pasado, como en el último Festival de San Sebastián, la película de Mitre sobre los juicios a los artífices de la dictadura entra en una semana clave. El filme, protagonizado por Ricardo Darín y Peter Lanzani –de nuevo con Llinás en el guion junto al director– podría anotarse un tanto de suma importancia este mismo miércoles 21 de diciembre, si pasa el corte de 15 películas que la Academia de Estados Unidos preselecciona de cara a los próximos Premios Oscar. Ya con el Premio Forqué a la Mejor Película Latinoamericana bajo el brazo y la nominación oficial al Globo de Oro, «Argentina, 1985» parece encaminada a, tras el Mundial, llevarse la estuilla dorada a Buenos Aires (dejando por el camino a nuestra «Alcarràs»).
«No podía imaginarme la trascendencia de la película, todo lo que iba a venir después», explica Llinás sobre el éxito de un filme que, más allá de su proyección internacional como película de denuncia, ha abierto viejos y sangrantes debates sobre los «milicos» allende el Atlántico: «Está calando en una sensibilidad de época, donde las necesidades de polarización de la sociedad nos hacen llevar a pensar en qué significa la democracia, cómo se construye o cómo se hace más fuerte. Y por ahí viene la identificación también de mucha gente con la película, porque esas heridas están abiertas en muchos países, no solo en Argentina. La película es muy útil, para bien y para mal, porque se lleva a lo coyuntural. El debate, eso sí, siempre me parecerá sano. Por ejemplo, reabriendo, revisando la figura de Alfonsín, qué papel tuvo. Hablar de ello nunca podrá dejar de ser interesante, pero eso no está en la película. Hay que saber qué contamos y qué no, dónde acaba nuestra película, realmente», se despide meridiano el realizador, a días de seguir por la senda de Messi.