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Música

Ana Curra y los 13 Apóstoles de Parálisis Permanente

La artista se suma a bandas jóvenes para versionar los clásicos del grupo: «Me educaron para estar a la sombra de otros y mucha gente piensa que Eduardo hacia las canciones de Parálisis, pero era yo quien llevaba la batuta»

La artista Ana Curra Archivo

«Me encuentro bien, tío, estoy muy bien. Yo no soy una persona nostálgica, sino del aquí y el ahora. Me gusta estrujar la vida», dice Ana Curra sobre un momento de su vida en el que, lejos de pararse, acelera. Ana Isabel Fernández (San Lorenzo de El Escorial, 1958) revela tres proyectos a la vez: la reedición en vinilo de su clásico «Volver a las andadas», que estaba descatalogado, un tema nuevo de aire punk («Activista de la idiotez») del que será su nuevo trabajo y un proyecto muy ilusionante.

Se trata de «Ana Curra y los 13 apóstoles. La última cena de Parálisis Permanente», una revisión del legendario disco de Parálisis Permanente «El acto», en colaboración con hasta 13 artistas jóvenes que versionan los temas de un álbum que se ha convertido en un clásico en el que se ven reflejadas bandas cuatro décadas después. Bandas como Camellos, VVV Trippin’you o La Plata, que, desde una nueva manera de hacer post punk se identifican con aquel trabajo. Trece colaboraciones que se presentarán en directo el 23 de enero en el Teatro Eslava.

«Son gente joven consolidada en la pandemia que llegan después de darnos cuenta de que vivimos en un tiempo de absoluta fragilidad y donde la cabeza plantea una analogía con mi momento de post-punk, en la España de los ochenta. Creo hay cantidad de jóvenes que toman decisiones con gran inquietud e incertidumbre debido a muchas cuestiones como fue la pandemia pero, claro, también la precariedad, la vivienda o la imposibilidad de emanciparse. Y ellos eligen el post punk para expresarse como individuos de futuro improbable. Hay una analogía con mis tiempos», dice Ana Curra de un pasado marcado por la incertidumbre política, de una Transición que vivió un tenebroso golpe de estado. «Exactamente. Sin ser los mismos acontecimientos, porque estamos en otro momento de la historia y otro contexto, hay analogías. Se da la coincidencia: la mayoría de los chavales que salen en el disco empiezan en un grupo punk y reivindican la rebeldía de los tres acordes, pero evolucionan y desarrollan su personalidad. Lo mismo que nos pasó a nosotros».

Prueba del tiempo superada

La mirada de los grupos jóvenes sobre el disco entusiasma a Ana Curra. «La gente que se aleja de los jóvenes tiene problemas de adaptación. Lo más importante es estar cerca y escucharlos. Te contagian el entusiasmo por la vida. Es muy saludable. Además, son generaciones que se han apegado al trabajo de Parálisis Permanente», cuenta Ana Curra de una trayectoria brevísima, que se cerró con el fallecimiento de Eduardo Benavente en un accidente de tráfico junto a su compañera artística y pareja sentimental. «Creo que el disco ha pasado la prueba del tiempo. En su momento no fue apreciado, pero luego se ha puesto en su sitio en cuanto a valoración en la historia de la música de España. Es un disco relevante y respetado».

"Ellos eligen el post punk para expresarse como individuos de futuro improbable. Hay una analogía con mis tiempos"

Ana Curra

Fueron, como decíamos antes, tiempos difíciles. Especialmente para las mujeres. «Era una España casposa en ese sentido. Las mujeres que salíamos a la escena buscábamos un sueño, pero veníamos con una carga de educación machista. En mi caso, me encantaba estar de segundona en Alaska y los Pegamoides. Incluso en Parálisis Permanente. Hasta qué la vida me pone por narices delante y tengo que salir a defender las cosas yo sola. Pero estaba tan agustito de segundo plano», cuenta la artista sobre una educación «para estar ‘‘a la sombra de’’. Lo he reflexionado mucho con el tiempo. Era la forma en que te trataban: ‘‘qué mona, qué mona eres’’, pero nadie te preguntaba cómo has compuesto esta canción. En mi caso, todo el mundo daba por sentado que componía Eduardo, pero todas las letras son mías y la gente se piensa que era él quien escribía en Parálisis Permanente».

Ana Curra tenía estudios musicales de conservatorio. «Claro, las músicas también lo eran. Pero a nivel concepto, el disco, fui yo quien llevó la batuta y sin embargo he cargado toda la vida con que era la segunda. Bueno, era una manera en la que todos mirábamos a la mujer. Yo solo era la novia de Eduardo». Había sido educada en un colegio femenino de monjas. «Venía con esa educación castrante a cuestas y fue difícil, pero te vas despejando y buscándote a ti misma. Esto no es de un día para otro. Por suerte, hoy ninguna se plantea no estudiar o no seguir su sueño. Pero entonces estábamos supeditadas a los hombres».

"En aquella época estábamos supeditadas a los hombres"

Ana Curra

Con la muerte de Eduardo, Ana Curra entró en un profundo duelo que nunca se permitió expresar o curar. «Estaba hundida, pero seguía, porque quería hacer música. Continué con Seres Vacíos yo sola. Hice un esfuerzo sobrehumano por superarme, pero ahí estaba la tristeza. Solo hacía canciones melancólicas», cuenta. Pero le llegó la propuesta de Hispavox para hacer un disco en solitario, «Volviendo a las andadas». «El objetivo era darle un color, un ímpetu, algo más de fuerza y la producción de Sergio Castillo ayudaba a salir de la cueva. Pero después de ese disco tuve que parar porque no podía más». Aquel trabajo, más luminoso, era una crónica de 1986. «España está de moda, pero las mañanas son de resaca», cantaba en su homenaje a Edith Piaf. «Veíamos lo que nos llegaba, Europa, la Otan, y había cosas que eran muy modernas pero que no nos convencían del todo».

También la llegada del Sida, clavo final en el ataúd de la Movida. «La gente tenía mucho miedo, porque no había información de protección ni campañas. A nuestro alrededor enfermaba todo el mundo, por la droga y el sexo. El sida fue otra pandemia y nos tocaba muy de cerca». Se acababa un periodo fértil y vibrante. «Esos que tratan de ridiculizar o menospreciar la Movida se equivocan. Fue una etapa floreciente en todas las artes y eso es indudable, es objetivo. Ahí está Radio Futura, Pedro Almodóvar, Pablo Pérez Mínguez, Alberto García Alix.... artistas que se lo ganaron a pulso». Se la acusa de frívola y de niños de papá. «En el tema de los ricos, ni entro, porque, aunque pueda haber casos que lo fueran, hay un montón que puedo poner que no lo eran en absoluto. Pero es que, si eran acomodados, ¿qué culpa tenían? ¿Eso les invalida a algo? Estar en una familia bien posicionada es lo de menos. En cuanto a la frivolidad, claro que la había. Éramos jóvenes y no vives las cosas con la amargura y la crispación que de adulto. Pero era una frivolidad irónica».

Eso es algo que Ana Curra acaba de redescubrir: «Si te relacionas con gente joven te das cuenta de que vuelven a vivirlo con más superficialidad, porque, si no, no se puede avanzar. No tienen la rabia, no hay esa visceralidad». Quizá ese sea el problema de analizar un movimiento juvenil como fue la Movida desde las amarguras de la madurez: que todo te parece mal. «Yo también echo de menos la juventud, claro. Pero no soy nostálgica. Soy de aquí y ahora». Y de lo que viene.