Así amanece un nuevo cine español

El ritmo es frenético. Apenas se rompe el mediodía en el barrio madrileño de Lavapiés y en la sede de Sideral, recién lanzada productora y distribuidora de cine, se cruzan las fotos corporativas de nuevo acuño, la reunión editorial diaria del grupo y la misión del reportaje, conjugando vértigo e idealismo en lo que, a juicio de quien escribe, se siente vivo, fresco, original. Están pasando cosas. De hecho, todavía no se acaban de recoger los últimos confalones, lustrosos aún tras exhibirse en una cita tan relevante como la del último Festival de Málaga, cuando el equipo entero de Sideral atiende a LA RAZÓN. Se agolpan tantas preguntas como gente hay en la oficina. ¿Se puede intentar edificar un oasis del cine independiente en la coyuntura actual? ¿Es lícito mezclar el lenguaje del emprendimiento con el del arte? ¿Por qué arriesgar, por qué pelear bajo una bandera, la cultural, sin patria ni rey, siempre vilipendiada?

«Por el momento en el que estamos, por cómo está cambiando la industria, creíamos que era la ocasión perfecta para lanzarnos. Sideral, en realidad, es ponerle nombre a una serie de procesos que, por separado, estábamos llevando a cabo durante muchos años», explica Paola Botrán, productora ejecutiva, ante la duda más inmediata: ¿Por qué ahora? Ese mismo «ahora» en el que al cine le cuesta cada vez más llenar sus salas, pero que cada vez demanda más horas de cine en las plataformas. Ese mismo «ahora» en el que los festivales revolucionan ciudades enteras durante días, y luego se conservan en formol como pequeñas ventanas de lujo a un pasado cultural que difícilmente volverá. Ese mismo «ahora» en el que —ya sobre la campana electoral y nunca a gusto de todos—, el Ministerio de Cultura ha lidiado con la Ley del Cine intentado sonreír a los buques de arrastre internacionales mientras ofrecía refugio a los pesqueros independientes.

Roberto Butragueño, director ejecutivo (CEO) y productor desde la matriz, Elamedia, ahonda en el salto dimensional: «Sideral nace realmente como un sello para darle forma integral a todo lo que veníamos haciendo desde hace años en Elamedia. Hemos producido, distribuido y vendido internacionalmente cortometrajes durante años. Reinvirtiendo prácticamente todo lo que ganábamos», argumenta. Y sigue: «Todo esto nace de una pasión verdadera por el cine y por encontrar un sitio para contar las historias que nos gustan y que, creemos, merecen ser contadas. Pero claro, siempre buscando transformar eso en una empresa viable, en proyectos que den dinero para poder seguir haciéndolo. Nuestro plan es reinvertir casi el 100% de los ingresos en los proyectos, salvando una pequeña parte para los posibles baches», completa, sobre la última evolución de un proyecto que ahora abarca desde los propios platós de rodaje hasta el marketing, como concibiendo holísticamente el mimo, curando artesanalmente cada película.

Y así, el camino de Sideral ha comenzado con tres proyectos en los que se pone a prueba la versatilidad de la marca: «El fantástico caso del Golem», de Burnin’ Percebes, «La desconocida», de Pablo Maqueda, y «La pecera», de Glorimar Marrero, todas con estrenos previstos en 2023, todas estrictamente autorales pero con regusto a experiencia compartida, con aspiración verdadera a sala llena. A ello se sumará la distribución de «La mala familia», de Nacho A. Villar y Luis Rojo —impresionante y una de las películas destinadas a marcar el rumbo de la no ficción este año en España—, y la inminente «Pequeñas valientes», que llegará a los cines el próximo 28 de abril. «Nos dimos cuenta, de manera orgánica, de que en los últimos años veníamos ofreciendo distintos servicios desde Elamedia que podían reunirse. Nos llamaban para producir, por ejemplo, y acabábamos llevando también las ventas. O quedábamos en vender, y acabábamos pre-produciendo el siguiente proyecto», explica Nuria Landete, productora ejecutiva, sobre lo natural del proceso.

«Tampoco es que haya una fórmula mágica, o un género concreto en el que vayamos a incidir. No funciona así. Se trata de confiar en la película y en las personas que hay detrás, en la filosofía del proyecto», matiza Botrán antes de que intervenga Marianna Mori, responsable de distribución y ventas junto a Alice Oziol: «Queremos trabajar con personas afines a nosotras, más allá de gente consagrada o nueva, gente talentosa, para acompañarla en el camino», declara en una sala, que como en Sideral, dominan las mujeres por abrumadora mayoría. «Preguntes a quien preguntes, no nos gustaría que fuera necesario primar a las mujeres, por ejemplo, en el acceso a las ayudas estatales. Pero es que se ha demostrado, históricamente, que si no se pone, no se confía en las mujeres para dirigir o producir. Ojalá en algún momento eso desaparezca, pero eso tendría que significar una igualdad laboral que no existe por ahora», explica didáctica Landete, sobre las barreras que también tienen como objetivo superar en términos culturales, apostando por visiones periféricas, por ejemplo, en materia de inmigración o diversidad funcional.

¿Y qué viene ahora? ¿Hacia dónde se cabalga tras el amanecer? En Sideral están trabajando ya en «Alpha» (documental sobre una engaitada escuela de seducción) de Magalí Daich y proveniente de CIMA Impulsa, «Cheaper than stealing», de Pedro Collantes, «Capital variable», coproducción con Uruguay o «La anatomía de los caballos», de Daniel Vidal y que tiene previsto filmarse en Perú. Del mismo modo, en mayo arrancará el rodaje de «En la alcoba del sultán», de Javier Rebollo (Mejor Director en el Festival de San Sebastián, por «La mujer sin piano») y que significará el regreso al cine de Pilar López de Ayala, ganadora del Goya a la Mejor Actriz («Juana la loca»). Otro de esos proyectos jugosos, más a medio plazo, será el debut en el largometraje de Ainhoa Menéndez, wunderkid patria del cortometraje de terror gracias a su trilogía «Dark Tales» y que confiará su ópera prima a una historia de amor tan sáfica como caníbal.

«Nosotras hemos vivido decepciones anteriores, de esas mismas tan habituales con las películas en cines hoy en día. Por eso sabemos cómo funciona esto y cómo equilibrar. Quizá el paso por salas de una película, más arriesgada, lo puedas compensar con la disposición en “streaming” de otra, más masiva. Se trata de buscar el propio equilibrio que demandan los espectadores», completa Landete antes de que Mori hable de las nuevas vías: «Muchas veces la gente se olvida de la vida más allá de los estrenos, de esos circuitos culturales donde las películas, en filmotecas y asociaciones, encuentran una tercera o cuarta vida de rentabilidad», completa sobre una taquilla española que en 2022 alcanzó los 379 millones de euros de recaudación, un 40% menos que antes de la pandemia.

Si bien el salto es de fe, la mochila es de experiencia —con paracaídas de ensayo y error, incluso—, en una industria en la que siempre se ha separado entre idealistas y tiburones. Da miedo, reconocen, pero creen que es posible vestirse a la vez de fuerza y maña, listas ya para preparar el inminente mercado del Festival de Cannes. Y justo antes de que Bowie, el perrito de Botrán que durante la entrevista visita la oficina nos despida cariñoso, Landete valora por última vez el arranque: «Sideral nos permite hacer cosas que en otros sitios serían impensables, acompañar a las películas de la manera que mejor se les acomode. ¿Estamos locos? No creo. Es una cuestión de pasión».