Lo sentimos, Tom Cruise, pero Rusia ya rodó el primer filme en el espacio

Prácticamente son infinitas las películas que han tomado el espacio como decorado. Y es que el mundo extraterreste forma un género en sí mismo dentro de Hollywood (y demás industrias cinematográficas); sin embargo, como en tantas otras cosas, ya se nos ha quedado pequeño esto de la Tierra. Igual que cuando quieres rodar una cinta sobre el desierto te vas al desierto, el siguiente paso en la gran pantalla ha sido irse al espacio si del espacio es de lo que queremos hablar. Ya nos avisaron Tom Cruise y la NASA de que estaban cerca de darse un paseo galáctico para rodar «la primera película», dijeron, espacial de la historia. Pero, igual que pasó con Yuri Gagarin, pionero en eso de salir al espacio, Rusia lo ha vuelto a hacer. Lejos de la feroz competencia de la Guerra Fría, aunque siempre teniendo presente la lucha EE UU-Rusia que pervive más allá de la extinta URSS, los paisanos de Putin han adelantado por la derecha al intérprete, a la todopoderosa agencia espacial norteamericana y hasta al más todopoderoso todavía Elon Musk, tercera pata del proyecto, padre de Tesla y también fundador de Space X (la empresa que pretende hacer negocio con el turismo sideral).

El actor de «Top Gun» ya no podrá, pues, ponerse la medalla de ser el primero en actuar en el espacio después de que Yulia Peresild regresase ayer de hacer sus pinitos sin gravedad delante de la cámara. Tras doce días en la Estación Espacial Internacional (EEI), la actriz, junto al director Klim Chipenko y el cosmonauta Oleg Novitsky, aterrizó en las estepas kazajas a bordo de la «Soyuz MS-18»: «El vehículo tripulado de descenso está parado verticalmente y es seguro. ¡La tripulación se siente bien!», celebraban los rusos en las redes sociales confirmando que todo había salido según lo planeado. Por si acaso, doscientos efectivos militares, doce helicópteros, tres aviones y veinte vehículos de emergencia esperaban en tierra al equipo del «Desafío/El reto», como se llama la cinta de 40 minutos que gira en torno a una cirujana, encarnada por Peresild, que vuela de urgencia al espacio tras un breve periodo de entrenamiento para asistir a un astronauta, papel que interpreta el citado Novitski.

Las cifras del proyecto todavía son desconocidas, pero las habladurías ya insinúan que solo la preparación de la actriz y del director y su vuelo a la EEI suponen una inversión de cerca de 35 millones de dólares. Pero qué es eso si de entrar en la historia se trata. Además, Chipenko no duda de lo que tiene entre manos y ya se ha manifestado convencido de que la película será un éxito en taquilla. ¡Estaría bueno que dijera lo contrario!