"A Real Pain": un viaje por la memoria del Holocausto
El reciente ganador de un Globo de Oro Kieran Culkin encabeza el reparto de esta historia de reconciliación de los judíos de tercera generación con el pasado dirigida y coprotagonizada por Jesse Eisenberg


Madrid Creada:
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Fue durante un viaje a Polonia con su esposa cuando el actor y director Jesse Eisenberg tuvo lo que él denomina una "extraña revelación". Algo así como una suerte de iluminación fugaz, de episodio casuístico significativo, de respuesta inesperada ante una pregunta que ni siquiera estaba todavía planteada. El transcurso de aquel recorrido de dos semanas por el país en el que reposan los recuerdos de sus antepasados –recordemos que el actor proviene de una familia judía asquenazí, es decir, judíos que se asentaron en Europa Central y Oriental, en Alemania, Polonia, Rusia...etc en vez de España, Portugal o el Norte de Africa– lo llevó a la pequeña casa en el pueblo de Kranystaw, donde su tía Doris había vivido antes de que el Holocausto desplazara a todos los demás miembros familiares.
"Si no hubiera ocurrido la guerra, aquí es donde estaría viviendo. ¿Cómo sería mi vida? ¿Quién sería yo?", se interrogó entonces, estando en aquel lugar que contenía todos los dolores del recuerdo sobre algo tan problemático, visceral y arbitrario como ritualístico: los orígenes y el condicionamiento que éstos suponen en nuestra construcción identitaria como individuos sociales.
Lazos de la infancia
Veinte años más tarde, Eisenberg se encontró de vuelta en esa casa, esta vez ya no como sobrino ni como catalizador de un sufrimiento heredado, sino como director, escritor y coprotagonista de "A Real Pain", la película que aterriza hoy en las salas españolas después de que uno de sus intépretes principales, por no decir el principal, Kieran Culkin, acabe de ser reconocido con un Globo de Oro a mejor actor de reparto por su trabajo en esta historia de reconciliación y aceptaciones fuera de tiempo.
Eisenberg interpreta a David, un neoyorquino anodinamente cuadriculado, organizado, normal, padre joven, que emprende un recorrido por la historia polaca del Holocausto acompañado de su primo Benji, interpretado por Culkin, gracias al dinero que le dejó su abuela recientemente fallecida. Al unirse a un grupo de turistas liderado por un afable guía interpretado por Will Sharpe (cuya cara nos resultaba eróticamente reconocible por su participación en la versión contemporánea planteada por Audrey Diwan en "Emmanuel"), ambos reavivan sus lazos de la infancia mientras lidian con las tragedias familiares de un pasado que todavía, de alguna manera, los define.
El actor de "Zombieland" se inspiró tanto en ese viaje inicial a Polonia que primero escribió una obra, "The Revisionist", que se estrenó fuera de Broadway en 2013. Eisenberg interpretaba a un personaje diferente llamado David, un estadounidense que visita a su primo polaco mayor, superviviente del Holocausto, interpretado por Vanessa Redgrave. La obra fue un éxito, pero sus intentos de llevarla a un guión no llegaron muy lejos. "Todas mis adaptaciones fueron malas. Y pensé, ya sabes, realmente quiero escribir y ambientar una película en Polonia, poder filmar allí, experimentar otra historia allí. Tardé unos 15 años en conseguir algo bueno, pero finalmente se me ocurrió esta historia, que es un relato de amigos. Y eso tiene lugar en un recorrido por la historia polaca", aseguraba en una reciente entrevista.
Contradicciones
Tras varios intentos frustrados de darle salida a una historia en la que había creído desde el principio porque hablaba de algo conocido por él y por muchos, un día, trasteando por las fosas abisales de internet, se encontró, en un ejercicio que casi podríamos calificar también de "extraña revelación", con un anuncio deprimentemente fortuito en línea que prometía "recorridos por el Holocausto (con almuerzo)". Como explica el también director de "Cuando termines de salvar el mundo", ese descubrimiento le sugería algunas contradicciones radicalmente vigentes sobre el privilegio y la memoria y otras que hace que el espectador promedio se plantee cuestiones interesantes sobre la gestión modernizada de un dolor que no ha sufrido de primera mano pero que le resuena inevitablemente porque parte de sus familiares sí llegaron a experimentarlo: "El azar me llevó a esta empresa que anunciaba un recorrido por los sitios del Holocausto en Polonia, pero con todas las comodidades que un turista estadounidense de clase media alta querría. Lo leí con una mezcla de asombro y conmoción y sintiéndome repugnante de que yo sería una de esas personas que iría a esta gira en la que exigiría mis comodidades mientras también veía los horrores de la historia de mi familia. Y pensé, ese es un marco fenomenal para ambientar esta película".
Al basar la configuración del relato tanto en sus propios viajes como en la historia específica de su familia, Eisenberg se comprometió a filmar en lugares reales de toda Polonia, pero el más desafiante resultó ser el antiguo campo de concentración de Majdanek, a solo cinco minutos de la ciudad de Lublin y donde transcurre la última escena del recorrido propuesto. "Nuestros productores polacos me dijeron que sería casi imposible rodar en Majdanek", reconoce. Pero cuando logró comunicarse con el personal de Majdanek se dieron cuenta de que se trataba de algo que "nunca habíamos leído antes", ya que "tiene lugar en un campo que no figura en ninguna película del Holocausto porque nadie lo conoce". Los que sí que lo conocen y dotan de sentido al hecho de que aparezca son los ecos de los familiares del actor. Y, por ende, los de la Historia.