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«Tolkien»: El Señor también fue joven

«Biopic» estadounidense protagonizado por uno de los escritores más grandes y mitificados de la historia.

«Tolkien»
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«Biopic» estadounidense protagonizado por uno de los escritores más grandes y mitificados de la historia.

Director: Dome Karukoski. Guión:David Gleeson, Stephen Beresford. Intérpretes: Nicholas Hoult, Lily Collins, Genevieve O’Reilly. EE UU, 2019. Duración: 112 minutos. «Biopic».

«Biopic», estadounidense. Y, para que no falte de nada, protagonizado por uno de los escritores más grandes y mitificados de la historia. Tiene peligro el asunto. «El señor de los anillos» lo convirtió, también, en incontestable dios pagano para los friquis de todo el planeta, a lo que ayudaron de manera determinante las películas de otro rarito muy grande, Peter Jackson.

Recuerden, aquel mundo extraño y adictivo que dividía por castas a hombres y enanos, con mujeres palidísimas y criaturas extremadamente ambiciosas. Guerras cruentas, el bien y el mal, y las ansias de ostentar el poder, como siempre. Pero Tolkien también fue lingüista, profesor y joven alguna vez, e incluso estuvo enamorado y sufrió a lo grande por ello, y así lo refleja aunque de forma insuficiente la cinta de Dome Karukoski, quien centra el foco en sus años de formación, en la obsesión por la creación literaria y de qué manera, en la Universidad de Oxford, se unió a un grupo de inquietos y espabilados estudiantes.

Sin embargo, la Primera Guerra Mundial (las escenas en el campo de batalla con ese dragón planeando resultan premonitorias y curiosas) acabará destrozando las aspiraciones de casi todos los jóvenes. El filme funciona de manera correcta pero parece obsesionado con seguir todas las normas no escritas del género en Hollywood. De manera que Tolkien parece un santo varón en medio de una historia demasiado pulcra y fría.

Sí, lo aseguran en la cinta, el lenguaje crea leyendas, pero la de Tolkien no aparece aquí por ningún lado. Quizá hay vidas excepcionales que, sin un buen director detrás de la cámara, poseen no obstante muy poquita cosa para emocionarnos.

LO MEJOR

La presencia de Derek Jacobi (ya saben, el protagonista de «Yo, Claudio»), tan sólido y creíble como acostumbra

LO PEOR

Resulta un filme demasiado frío que intenta responder a casi todos los clichés del «biopic» estadounidense