María Zanetti: "Hacer cine en Argentina es un milagro"
La directora argentina debuta en la ficción con "Alemania", protagonizada por Maite Aguilar, con la convivencia con los problemas de salud mental como telón de fondo
Madrid Creada:
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Las paredes todavía están empapeladas y la fluorescencia de los tubos catódicos se refleja con fuerza en las caras. Estamos a mediados de los noventa, en Argentina porque nos lo dicen los acentos, y en el seno de una familia de clase media que todavía no sabe lo que le espera al país con el cambio de siglo. No lo saben y tampoco se lo esperan, porque están metidos de lleno en el tratamiento psicológico de una de las hijas, la mayor, que sufre episodios de bipolaridad que lo acaban impregnando todo de impotencia: no la saben ayudar, no la quieren internar. En ese contexto, la directora argentina María Zanetti debuta en el largometraje de ficción con "Alemania", brillante ópera prima que bebe de su propia experiencia familiar y en la que nos cuenta el día a día de Lola, la hermana del medio, atosigada por los problemas familiares pero ilusionada por un posible viaje de intercambio al país que da nombre al filme.
«En pandemia, que en Argentina fue super estricta, pasé unos momentos muy malos al principio. Estaba atravesando el duelo por el fallecimiento de mi hermano y dije que si no hacía una película en ese momento, no la iba a hacer nunca. Me empecé a levantar temprano todos los días para investigar, y así llegué a unos rollos de fotos muy antiguos, que tenían como 25 años y entre esas fotos encontré algunas mías de cuando era niña. Navidades y viajes que ni siquiera me acordaba de que habían ocurrido. Ahí surgió una necesidad como de completar esa memoria y como de escribir un poco sobre esa sensación de nostalgia», explicaba Zanetti a LA RAZÓN en el marco del último Festival de San Sebastián, donde "Alemania" se pudo ver en Horizontes Latinos entre aplausos. «El guion lo escribí en muy poco tiempo, casi lo vomité. Si tengo que sintetizarlo, diría que fue una búsqueda de libertad para mi imaginación. Es una película muy personal, inspirada en mi familia, en mi relación con mi hermano. Tampoco quería hacer una autobiografía, tenía que separarme. Que esté atravesada por la ficción me ayudaba a que la memoria impregnase el relato, pero que no se lo comiera. “Alemania” es una pregunta pequeña en un mundo lleno de respuestas grandes», añade lúcida la realizadora.
A su lado, todavía como embelesada por la pompa que se asocia a los grandes festivales, la protagonista, Maite Aguilar, comienza a describir a esa Lola a la que han acabado dando forma entre las dos. Una diseñando a su álter ego, la otra adaptándolo a su propia personalidad adolescente: «Fue un montón de trabajo para preparar el personaje, pero a mí me interesaba mucho conocerla. El proceso fue divertidísimo. A mí me gusta mucho escribir, así que fue como ir creándolo, poniéndole pedacitos de mí. Me llenó mucho como actriz, como intérprete, y todo eso parte del año entero que estuvimos trabajando antes de rodar», detallaba la joven actriz, antes de seguir: «A Lola la quiero mucho, la quería cuidar. La adolescencia es universal, yo creo. Yo viví mis dos últimos de secundaria en la pandemia. Es un sofoque, y yo siento que traduje eso a la casa de Lola. Y después, como con el tiempo, me pasa que me daba nostalgia igual aunque no fuera mi época. Crecí mirando las mismas series, no pasó tanto tiempo. Además, me sentía en la casa de mi abuela, en la casa de mis tías. Es la misma Argentina».
"Mi familia pasó rebotando por un montón de instituciones y mi hermano pasó por un montón de médicos hasta que le dieron un diagnóstico claro".María Zanetti
Sobre esa Argentina, pero la de ahora, esa en la que los cineastas se van a quedar sin financiación pública si salen adelante las reformas de Javier Milei, le preguntamos también a Zanetti: «Hacer cine en Argentina es un milagro», sentencia meridiana, pero feliz por el camino que su filme ha recorrido a nivel internacional. «Imagina que yo llevo trabajando en el cine 15 años y recién pude hacer mi primera película de ficción. Yo empecé abajo, de meritoria, y he recorrido todos los puestos hasta llegar acá», confiesa la directora, consciente de que la nostalgia en su filme, aunque peligrosa, no romantiza ninguna problemática. Ni siquiera la de la salud mental: «Es muy difícil tomar consciencia, porque vivimos en un mundo diseñado para neuróticos, no para psicóticos. Nunca estamos bien. Se está empezando a abordar pero falta un montón todavía y, en esa época de la película, me hubiera gustado abordarlo, pero apenas había información gubernamental o apoyo. Mi familia pasó rebotando por un montón de instituciones y mi hermano pasó por un montón de médicos hasta que le dieron un diagnóstico claro. De inmediato lo primero que hacen es que te empastillan», denuncia la realizadora.
Concebida como un inteligentísimo "coming-of-age", empapado en recuerdos y que bien se podría definir como viaje al cuarto de una hija, si permiten la rima con el filme de Celia Rico de 2018, "Alemania" es una película que no desaprovecha un solo plano, tejiendo familia en cada línea de guion. Zanetti es capaz de construir un cosmos propio lleno de vivencias universales: desde los anhelos adolescentes, a veces caprichosos y a veces pasionales; hasta las grietas del cariño, las que pasan por un padre que consiente de más y por una madre que termina deviniendo en devoradora de pecados de toda la unidad familiar. Y así, una historia aparentemente simple en manos de otra realizadora, se eleva hasta lo memorable gracias a Zanetti y también al trabajo de Agustín Barrutia en la dirección de fotografía: «Me preocupaba mucho la textura de la película, quería que fuera especial, que emulara al filtro del celuloide sin tener esa pretensión. Es digital, pero con capas de nostalgia. Con el dire de foto lo que hicimos fue sacar unas fotos en analógico, las mandamos a revelar y en esas fotos buscamos la textura. Nos llevó un tiempo, pero la intención fue muy buscada. Agustín (Barrutia) me ayudó muchísimo en ese sentido. Para una ópera primista no hay nadie más importante que su director de foto y aquí él le puso mucho amor», completa Zanetti, de sonrisa perenne y lista para embarcarse ya en su segunda película, que lleva escribiendo tres años.