Música

Ni baladas ni techno: prohíben la música "demasiado rápida y demasiado lenta" en Chechenia

El gobierno de la república rusa veta los sonidos occidentales para transmitir "el patrimonio cultural del pueblo checheno"

El líder checheno Kadyrov
El líder checheno KadyrovMikhail MetzelAgencia AP

Ya no es que se controlen las letras de una canción, sus mensajes, o que sus sonidos se pongan en cuestión por innovadores, rompedores. Ahora es que se ha dado el colmo de la restricción artística, y tiene que ver con el ritmo. En Chechenia no se puede ir ni demasiado rápido ni demasiado lento. Un término medio. Ni acelerados ni aletargados, los habitantes de la república rusa siguen pudiendo bailar, pero con pasos marcados, sin pasarse de la raya. Nada de danzar baladas, ni tampoco de supeditar los cuerpos al frenetismo electrónico. Hay una nueva norma, que supera toda expectativa de la intromisión política en la cultura, y es bastante clara: se prohíben todas las canciones que no estén dentro de una franja de 80 a 116 bpm ("beats per minute", "pulsaciones por minuto"), para que no se sucedan ritmos ni muy rápidos ni muy lentos. ¿El motivo? No tener nada que ver con lo foráneo.

Ha sido Musa Dadayev, el ministro de Cultura checheno, el encargado de anunciar que se limitarán "todas las composiciones musicales, vocales y coreográficas a un tempo de 80 a 11 bpm". De esta forma, la región, dirigida por un polémico Ramzán Kadyrov que ya ha sido objeto de denuncias por la persecución contra los homosexuales en el país, garantiza que en Chechenia el arte se alinee con "la mentalidad y el ritmo musical chechenos, para transmitir al pueblo y a nuestros hijos el futuro del patrimonio cultural del pueblo checheno". Resulta para ellos, por tanto, "inaceptable tomar prestada la cultura musical de otros pueblos", añaden desde la república. Es por esto que ya pueden ser los fenómenos de Taylor Swift o de Beyoncé fuertes y universales, que nada tienen que hacer con el patriotismo severo de Chechenia.

Pongamos todo esto en contexto, pues, ¿a qué se refieren con ese rango de bpm? Según la web especializada Abletonn Learn Music, el género del techno sería directamente descartado por la república rusa, pues su tempo se suele establecer entre los 120 y 140 bpm. Lo mismo ocurre con el reguetón, que cabalga entre los 100 y los 120, así como el house lo podríamos situar entre los 115 y los 130 bpm. En cuanto al pop, entraría en contadas ocasiones, pues es una música que abarca entre las 90 y las 135 pulsaciones por minuto, mientras que el rock estaría entre las 120 y las 140, dependiendo de sus variantes. Ni Shakira, ni Rosalía, ni ciertas baladas que podrían venir bien de la mano de Michael Jackson que de cualquier otro artista, podrán aparecer en las listas de reproducción de dicha región. De querer aparecer, de hecho, apunta el gobierno que los artistas tienen hasta el 1 de junio para reescribir la música que no cumpla los criterios.

De Swift a Ariana Grande

La música occidental recibe así un veto histórico en esta parte del planeta. Una nueva forma de censura, que afectaría ante todo a las pistas de baile: si los Bee Gees levantasen la cabeza... Son la mayoría de las canciones que nos acompañan de forma cotidiana las que se ven perjudicadas en este sentido, si bien no sería el caso de la música tradicional chechena. Pero, sabiendo que vivimos en un mundo globalizado, más aún si se refiere a términos artísticos y musicales, habría que trasladarse a la lista de éxitos mundiales para ver qué canciones actuales no podrían sonar ante público checheno. Según Spotify, "we can't be friends (wait for your love)", de Ariana Grande, es uno de los temas más escuchados del mundo en este momento, y estaría justo en el límite marcado por el gobierno ruso, pues responde al tempo de 116 bpm. Por su parte, tampoco encajarían otros éxitos como "End of beggining", de Djo, por sus 160 bpm, o "Cruel summer", de Taylor Swift", de 170 bpm.