Sección patrocinada por sección patrocinada
Música

Música

Esteban Girón: «Somos un poco talibanes y muy insoportables»

El grupo madrileño más internacional presenta en casa «Vortex», su último disco.

Girón, en primer plano, junto al resto de Toundra
Girón, en primer plano, junto al resto de Toundralarazon

El grupo madrileño más internacional presenta en casa «Vortex», su último disco.

Esta va a ser la última vez que se les vea en sala en Madrid en «bastante tiempo». Esteban Girón, guitarrista de Toundra, calcula que» quizá hasta 2020» la banda va a estar de gira por Europa y festivales, y que «no conviene aburrir ni aburrirse», por lo que el grupo madrileño más internacional tardará en volver a prodigarse. Por eso y porque «somos la banda más tocapelotas del mundo».

–Cada vez tienen más éxito fuera de España.

–Lo hemos notado con este disco, porque antes metíamos a 150 personas y ahora vamos a Berlín y vienen 600. Gente que no conoces de nada. Fuimos por Colonia y había posters nuestros tamaño sábana. Parecía tan de «peli» que cuando íbamos caminando empezamos abuchear a un hombre por tapar uno nuestro con otro cartel. Te haces mayor y vas teniendo más perspectiva. Por eso no me extraña que nuestros padres estuvieran preocupados porque recorríamos España en una furgoneta de ruina y nos podríamos haber matado.

–Hicieron ese sacrificio.

–No teníamos ni un duro, pero bueno. Me compré mi primera Gibson y estuve del 3 de mayo al 1 de junio de 2008 con 25 céntimos. Comí mucho arroz blanco y tomate frito.

–¿Han comprado otra furgoneta?

–No es ningún lujo, pero cabemos nueve, tiene corriente para enchufar el ordenador y tenemos alguien que conduce. A lo largo de los años, nuestro tour manager se ha hecho profesional con nosotros y es su trabajo y eso que está con Marlango o C Tangana, pero cuando coincide con nosotros, vamos primero. El técnico de sonido es amigo íntimo y si tenemos que llamar a un «back liner», avisamos a un músico conocido al que le venga bien la pasta, no a uno profesional. Y eso con los años ha generado militancia.

–Esa es la palabra. Han conseguido una profesionalización «humana».

–Es que hay algunos a los que se les sube en cuanto escuchan tres aplausos. Nosotros lo hacemos de forma humana como dices porque es la manera en la que duran las cosas. Toundra no es una democracia. No sé como definirlo, pero en cuanto hay algo que no funciona para todos, si una parte del grupo no está cómodo, no se hace. No queremos eso, porque la banda es lo más importante para nosotros a pesar de no ser nuestra profesión. Todos tenemos trabajos para no condicionar la música.

–No deben ser fáciles ustedes, me parece.

–(Risas) ¿Por tiquismiquis? Sí. Soy un poco talibán, pero para los dos lados: contra quien quiere mercantilizar absurdamente la música y contra los predicadores de lo auténtico. Defienden dogmas que nadie está en condiciones de cumplir, aunque si crees en ello, es mejor no abanderarlos porque es instrumentalizar eso para fabricarte una imagen. Cuando haces gestos para la galería pierden todo su valor. Pero sí: somos un poco talibanes y muy insoportables en un montón de cosas.