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“Perdiendo el este”: nos ha tocado la China

Julián López protagoniza la secuela de “Perdiendo el norte”, en esta ocasión con el país oriental como destino jocoso-laboral

Fotograma de “Perdiendo el este”
Fotograma de “Perdiendo el este”larazon

Julián López protagoniza la secuela de “Perdiendo el norte”, en esta ocasión con el país oriental como destino jocoso-laboral

El viaje de los chicos de “Perdiendo el norte” a la fría Alemania (2015) se saldó con 10 millones de euros recaudados en taquilla, augurando ya una continuación de estas aventuras jocoso-laborales de jóvenes de hoy en día, sobradamente preparados pero no siempre exitosos en España. Ni fuera, claro. Que de ahí radica la comedia. En “Perdiendo el este”, continuación a cargo de Paco Caballero (la primera cinta la dirigió Nacho G. Velilla), el peso de la historia recae sobre Braulio, que en “Perdiendo el norte” era el mejor amigo del protagonista.

Ahora, Braulio, un joven científico que se bate más mal que bien por un trabajo de los suyo en China y que está a punto de ser deportado, intentará por todos los medios prolongar su residencia antes que volver, como un fracasado, a España. Julián López pasa a protagonizar la cinta, lo que conlleva mayores dosis de humor que la cinta precedente. “Probablemente, “Perdiendo el este” sea más desmadrada por mi condición de cómico, que no tenía Yon González en la anterior. Yo no estoy de acuerdo en que él no sea cómico, pero es verdad que le imponían esas escenas”.

En esta nueva aventura, añade López, “hay tres elementos muy diferenciados que hacen un cóctel brutal: el choque entre China y España es más potente; luego está la presencia de los San Fermines (la historia deriva en una visita a la famosa fiesta pamplonica); y la banda sonora”. En este último ámbito, cabe destacar un papel (no diremos cómo de esencial) de la música de Sergio Dalma y su conocido “Bailar pegados”. “Todo esto hace que sea una comedia loca”, apunta el “chanante”, ya un rostro consolidado del cine español.

Buena parte del humor del filme se basa en el choque cultural y lingüístico. Los problemas de Braulio con el idioma son fundamentales y han obligado a López a aprender un poco de chino para después “hacer como que lo hablo peor aún”. “Es normal que haga gracia el choque con China, porque es una cultura muy alejada de nosotros. Es como hacer bromas sobre extraterrestres”.

El equipo de “Perdiendo el este” se trasladó una semana entera de rodaje a Hong Kong para las escenas de exteriores, una labor que, confiesa el intérprete, no fue sencilla: “Es una ciudad enorme, con mucho bullicio y donde los permisos no son fáciles de obtener, pero está claro que el rodaje en Hong Kong viste mucho a la película”.