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El sugerente "Enredo" sensorial de Eva Fàbregas

La artista regresa al Centro Botín de Santander, de la que fue becaria hace más de una década, con su «Polifilia»
Eva Fábregas, encaramada a la imponente instalación que corona su nueva muestra en el Centro Botín de Santander
Eva Fábregas, encaramada a la imponente instalación que corona su nueva muestra en el Centro Botín de SantanderBELÉN DE BENITO / CENTRO BOTÍN
La Razón
  • Matías G. Rebolledo

    Matías G. Rebolledo

Santander Creada:

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Casi siempre se trata de una cuestión de tiempo, también de medios, pero es complicado que el trabajo curatorial y editorial bien hecho, sobre todo en materia artística, no dé sus frutos. Turgentes, coloridos, majestuosos, sugerentes frutos, como los que cuelgan ahora de las paredes del Centro Botín de Santander gracias al primer capítulo del nuevo programa expositivo «Enredos», que la galería cántabra dedica a la artista catalana Eva Fàbregas (Barcelona, 1988). Pero la analogía no es gratuita, ya que Fàbregas «regresa» a la bahía de Santander trece años después de formarse allí como artista gracias a las becas de arte que ofrece la fundación que da sentido al centro y que, a corto plazo, irán cumpliéndose como profecías del desarrollo artístico.
Concebida como una muestra coral, la exposición que podrá verse hasta el próximo 15 de octubre también presenta trabajos notables de David Bestué, Leonor Antunes o Nora Aurrekoetxea en una especie de recorrido sensorial coronado por una instalación de proporciones épicas. A medio camino entre el vicio pop y epatante –jugoso pecado diseñado para robar «likes» en Instagram–, y una sesuda reflexión sobre la atracción táctil, física, por las curvas, Fàbregas planta, en mitad del edificio ingeniado por Renzo Piano, una serie de pelotas inflables, recubiertas de un poliéster muy parecido al spandex de la ropa deportiva, como si se tratara de un curioso test de Rorschach del gusto: más allá de los pechos, testículos, traseros y penes, solo hay en realidad un espejo, estudio en verdad freudiano de las formas.
La gran pieza central del recorrido de "Enredos" acompaña al visitante desde la primera estancia
La gran pieza central del recorrido de "Enredos" acompaña al visitante desde la primera estanciaBELÉN DE BENITO / CENTRO BOTÍN
«Puede evocar inocencia, pero también perversión o amenaza», explicó en rueda de Prensa Bárbara Rodríguez Muñoz, directora de exposiciones y aquí también comisaria junto a la propia Fàbregas. «Es un proyecto de obra nueva que comenzó hace algo más de un año y medio y en el que me he sentido muy cómoda. Me han dado la confianza suficiente para desarrollar el proyecto a esta escala, que no es algo que haría cualquiera», admitía sesuda la artista, antes de continuar: «Me fío mucho de lo que me cuenta mi cuerpo, de cómo me hace sentir una estancia, y esto es el resultado de ese diálogo con el espacio. De alguna forma, antes de montar todo, necesitaba un orden para poder desordenarme».
Más allá del elefante, en parte rosado y siempre trompudo al que es dirigido el visitante del «Enredo», destaca entre las obras la presencia de «Os Ajudantes» (2015), película de Sara Ramo centrada en las «performances» musicales realizadas en Brasil que utilizan el ritmo y la composición como un elemento más del ritual. El trabajo, montado entre España y Brasil, es parte de una trilogía que comenzó en 2010 y que posee un alto valor etnológico, aquí en diálogo con esa especie de regresión primaria con la que juegan la mayoría de las obras. También lo hace «Archivo: Drag modelos», obra recuperada de Cabello/Carceller, en la que distintas personas asignadas al género femenino reinterpretan papeles icónicos del cine más macho, desde John Travolta en «Grease» hasta Vin Diesel en «Las crónicas de Riddick», siempre desde una reinterpretación contemporánea y auto consciente.