El tándem Christie-Li se entromete en la intimidad de “Dido y Eneas”
La coreógrafa y directora del Canal, junto al músico estadounidense, levanta la versión operística de “La Eneida” que imaginó Henry Purcell a finales del siglo XVII
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Si de la ópera barroca Dido y Eneas, de Henry Purcell, se habla, no se puede poner sobre la mesa otro nombre que no sea el de William Christie. «Una leyenda», en palabras del director artístico del Teatro Real, Joan Matabosch: «En todo el mundo no hay nadie que conozca mejor esta obra», continúa sobre una pieza que se estrena en el Canal el día 17 y que supone la tercera colaboración entre ambas instituciones en lo que va de temporada (Orpheo y Diàlegs de Tirant e Carmensina). Y el estadounidense (Búfalo, 1944), atendiendo a los medios en la Sala de Cristal del número 1 de Cea Bermúdez, le da la razón: «Mi conocimiento de esta ópera se remonta a hace mucho tiempo, me acompaña desde hace 75 años. La escuché joven y ya participé en alguna producción estando en la universidad; luego, han sido diez veces las que la he levantado con diferentes personas», sostiene el director de orquesta.
La historia de amor entre Dido (a cargo de la «mezzo» Lea Desandre), reina de Cartago, y Eneas (Renato Dolcini, barítono), héroe troyano, se pone al servicio de la directora del Canal, Blanca Li, que, en esta ocasión, se ha asociado con Christie para este estreno absoluto por su amplio conocimiento de la obra; además de por la cercanía que guardan de la Academia de Bellas Artes francesa a la que ambos pertenecen. Antes de adentrarse en más explicaciones, la coreógrafa señala un aspecto significativo de este título de 1689, su duración: «Encontramos toda la esencia de la ópera en un tiempo muy corto». Apenas cincuenta minutos de duración en el que el objetivo del tándem Li-Christie (segunda vez que colaboran tras Les Indes Galantes para la Ópera de París, en 2005) es «narrar las emociones de esta pieza con la danza». «La ópera es algo extraordinario porque la música se escucha, pero también la vemos, se convierte en imágenes muy poderosas. Por ello, mis mejores recuerdos de la obra están cuando he colaborado con un coreógrafo», apoya el músico.
El coro y la orquesta de Les Arts Florissants (la formación que dirige el americano desde 1979) se sube al escenario de la Roja del Canal junto al elenco y a un grupo de seis bailarines de la compañía de Li para profundizar en esta aventura inspirada en La Eneida (libro IV) de Virgilio. Todos encima de las tablas porque a la directora, dice, le «gusta ver la música y los instrumentos. Me da pena cuando está en el foso». Es «un desafío importante», añade. «Lo que he hecho ha sido un trabajo con los cantantes, que interpretan a los personajes, y con los bailarines, que no hacen una narración simultánea, sino que evocan las emociones y los sentimientos de los primeros. La danza aquí no es narrativa», cuenta Li de unas figuras que se debaten entre dos mundos, el terrestre y el divino. Ambiente dual que ha resuelto la artista visual alemana Evi Keller con los «velos» o «películas transparentes» de una escenografía abstracta y cambiante con la luz (con la firma de Caty Olive) de la que ya advierten sobre su «fortísima carga poética».
Gran icono del siglo XVII
Para Christie, Dido y Eneas es el gran icono de Purcell, una «miniópera», apunta, de finales del siglo XVII «que no se sabe si está inacabada o no», pero que es, «sin duda la obra más conocida de todo su repertorio. Se ha representado en teatros de todo el mundo durante años, generalmente en versiones de concierto. No conozco ninguna otra música que consiga crear una atmósfera tan dramática y viva en tan poco tiempo. El final, en particular, es una de las arias barrocas más famosas; pero, sobre todo, es universal», cierra.
Un carácter general que, en su libreto original, lleva la firma del poeta irlandés Nahum Tate y que, para Li, «está despojado de peripecias con el objetivo de otorgar a la música de Purcell su pleno poder evocador». Lo que le ha permitido «una gran libertad a la hora de crear». Tanto como para compensar la brevedad de la pieza con un preludio en el que se interpreta otra obra del compositor, Celestial music, una elección que invita a «entrar» en la historia de Dido y Eneas porque «es barroca, alegre e introduce al amor y la pasión». Eso sí, puntualiza la coreógrafa, el resultado es «completamente diferente» a la versión que acogió el Real hace tres años. «Esta ópera es más íntima».
- Dónde: Teatros del Canal (Sala Roja), Madrid. Cuándo: del 17 al 22 de enero. Cuánto: desde 9 euros.