Un revés a la Fiesta

Gijón cierra su plaza de toros por un «riesgo de hundimiento» que no existía hace un año

Según el concejal Olmo Ron, en el informe técnico, se advierte de que, al incorporarse el 100 por ciento del aforo, puede suponer hundimientos localizados que pueden producir “situaciones de pánico”

Plaza de toros de Gijón
Plaza de toros de GijónLa RazónLa Razón

El concejal de Mantenimiento, Obras Públicas y Proyectos de Ciudad del Ayuntamiento de Gijón, Olmo Ron, ha confirmado este martes que la plaza de toros de El Bibio permanecerá cerrada, por motivos de seguridad, hasta que se culmine la rehabilitación de las gradas, al haber riesgo de “asentamientos espontáneos” por la pérdida y deterioro del terreno sobre el que se asientan.

Ron, en rueda de prensa en el Consistorio gijonés, ha explicado que, tras el levantamiento de restricciones de aforo de la pandemia y con una previsión del uso de la plaza de toros al 100 por ciento, se decidió contratar una asistencia técnica para comprobar su estado. Además, coincide con el mandato plenario para revisar edificios públicos de más de 50 años.

Según él edil, las gradas están asentadas sobre terreno de grava y tierra, que es “malo”. A esto ha sumado que cada vez hay menos tierra de asentamiento, debido a filtraciones de agua en su mayor parte. El concejal ha apuntado que, en el informe técnico, se advierte de que, al incorporarse el 100 por ciento del aforo, puede suponer hundimientos localizados que pueden producir “situaciones de pánico”.

Asimismo, se insiste en que el agua va degradando el terreno sobre el que se asientan las gradas, que hace probable “asentamientos instantáneos con cargas puntuales”, sin que se pueda predecir cuándo. Además, también se aprecian huecos en las gradas. Esto hace necesario actuar en la rehabilitación del terreno bajo las gradas antes de su uso. El edil ha reiterado que no se asegura que no se vayan a producir asentamientos espontáneos, por lo que corren peligro los usuarios de la plaza de toros.

Por todo ello, no se va a permitir su uso hasta la rehabilitación de las gradas. Para ello, el informe apunta a dos opciones: inyectar hormigón o, lo más conveniente según el edil, desmontar todo el graderío, hacer un asentamiento estable y volver a montar las gradas