¿Valencia tiene un torero?
Nek salió a hombros tras una extraordinaria faena un novillo con movilidad
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Respondió la gente para presenciar un festejo tradicional en Valencia, el del Día de la Virgen, festividad que este año tuvo mucho más esplendor y realce al cumplirse el centenario de la coronación de Nuestra Señora de los Desamparados y estar la ciudad plagada de actos.
Un festejo que se vio luego deslucido, y la afición por ello desamparada, por el poco juego dado por los novillos de Guadaira, una ganadería de acreditado prestigio y buen momento, pero cuyos productos salieron sin fuerza ni emoción, siendo también motivo de su poco desempeño el ser masacrados casi todos en varas.
Hubo que esperar al quinto de la tarde -siempre el refrán parece ser cierto- para que la función se fuese arriba y se concediese la primera oreja. Sacó mejor aire y más energía el segundo novillo del lote del nuevo Caballero, que mostró el temple propio y característico de los toreros de Albacete, firme y dispuesto, sin inmutarse tras una fea voltereta, dejando siempre la muleta en la cara del novillo y tirando de él hasta sacar todo lo que tuvo.
Su primero apenas tuvo fuerza para mantenerse en pie, muy protestado por esa poca energía y al que ayudó mucho Manuel Caballero en un trasteo en el que dejó ver sus buenas maneras pero sin opciones reales de brillo.
Pero el triunfador absoluto fue Nek, que salió muy arreado ante el sexto, novillo con movilidad más que clase y al que citó en los medios y muy de lejos nada más comenzar su faena de muleta, toreando al natural con largura, limpieza y verdad, enganchándole al engaño al torearen redondo con la mano bajísima y sometiendo muchísimo. Todo en un palmo de terreno, clavadas la plantas al suelo en un quehacer muy medido pero intenso, volcándose sobre el morrillo para dejar una estocada fulminante que le valió la puerta grande. Valencia parece que, por fin, vuelve a tener un torero al que seguir.
Tuvo buen son de salida el tercero, lo que aprovechó Nek para lucirse a la verónica. Luego fue apagándose, obligando al novillero de Algemesí a exponer una barbaridad en una labor de absoluta entrega y no poco riesgo, pasándoselo muy cerca y terminando con un arrimón que no fue debidamente valorado.
Aunque rebrincado, el novillo que abrió plaza tuvo afán embestidor en los primeros compases de su lidia, aunque poco a poco acusó el castigo en varas y se fue quedando corto y a la expectativa, dificultando bastante la labor de un voluntarioso y valiente Sergio Rodríguez que cobró una estocada fulminante por la que se le pidió premio.
Tampoco el cuarto tuvo más que la intención, parado y sin especial entrega, enfadándose el novillero sólo al final de un trasteo largo e insulso.
Novillada del Día de la Virgen. Media entrada.
Novillos de Guadaira, de poca fuerza y menos juego. El sexto fue premiado con la vuelta al ruedo.
Sergio Rodríguez (de grana y oro), estocada, vuelta al ruedo; dos pinchazos, aviso, descabello, silencio.
Manuel Caballero (de tabaco y oro), pinchazo, atravesada, pinchazo, aviso, descabello, silencio; pinchazo y estocada, oreja.
Nek (de azul noche y oro), pinchazo, aviso, entera, silencio; entera, dos orejas.