Copa del Rey

F. C. Barcelona

El legado de Iniesta

El Barça gana su cuarta Copa del Rey seguida, algo que nadie conseguía desde hace más de 70 años. El capitán azulgrana, en su última final, dio una exhibición culminada con un golazo además de dar el pase del cuarto gol del Barcelona

La plantilla del Barcelona posa con el trofeo de campeón de Copa, en las manos de Iniesta
La plantilla del Barcelona posa con el trofeo de campeón de Copa, en las manos de Iniestalarazon

El Barça gana su cuarta Copa del Rey seguida, algo que nadie conseguía desde hace más de 70 años. El capitán azulgrana, en su última final, dio una exhibición culminada con un golazo además de dar el pase del cuarto gol del Barcelona.

Iniesta se irá, pero su fútbol quedará para siempre en la retina de los que le vieron jugar y en los vídeos. En la que fue su última final con el Barcelona (esperemos que no de su carrera, porque está el Mundial de Rusia), dio una nueva lección de lo que ha sido durante todos estos años. ¡Qué control del balón cuando caía del cielo! ¡Qué visión de juego! ¡Qué capacidad para asociarse con sus compañeros y hacerlos mejores! ¡Qué manera de esconder la pelota con su pequeño cuerpo! ¡Si hasta tuvo tiempo de hacer una jugada defensiva de mérito! ¡Y qué gol! Porque sí, Andrés también consiguió algo que no había logrado en ninguna de sus otras finales: un tanto, que fue el cuarto, asistido por Messi. Porque, ¡qué sociedad forman! A punto de cumplir los 34 años, el capitán se desplegó como si tuviera 20 en el Wanda Metropolitano para ser el comienzo del gran partido que haría su equipo en una noche histórica: con el de ayer son cuatro títulos seguidos del Barça en la Copa del Rey, una marca que no se lograba desde que lo hiciera el Athletic entre 1930 y 1933, y que antes sólo había alcanzado el Real Madrid casi en los comienzos de la Copa (1905-1908), El «sorbo» de ayer sirve para que los azulgrana empiecen a pasar página de lo sucedido en Roma, que ha marcado la temporada para mal, por lo inesperado y lo ridículo que fue y que incluso ha puesto en entredicho a su entrenador, Valverde, que apenas ha perdido un partido entre agosto y abril, pero de qué manera. El final del año será feliz, ya que después de la Copa llegará una Liga que tiene dueño: el Barça sólo tiene que ganar uno de los cinco partidos que le quedan.

Y el Sevilla... Es un gran equipo que en Liga ya demostró que puede hacer mucha pupa al Barcelona, pero ayer su versión fue la opuesta. Nada se vio de lo sucedido hace apenas un mes. En un año de contrastes para los de Montella, ayer fue cruz. Salieron descolocados, atolondrados, superados, incapaces de dar dos pases entre sus mejores futbolistas. Llegaron «tarde» al Wanda Metropolitano y cuando amagaron con aparecer, fueron golpeados de nuevo. Estaban como nerviosos, con errores en las combinaciones, algunos más groseros y otros propiciados por la presión del Barcelona. Se dudaba de las ganas con las que podía afrontar el Barça este partido por la rutina de jugarlo cada año de los últimos cinco, pero los chicos de Valverde tuvieron decisión desde el comienzo. Las dos primeras arrancadas de Iniesta despertaron a su afición, que hasta ese momento había sido superada claramente por la sevillista tanto en la previa como en la pitada al himno y en los pocos minutos que se llevaban, El nombre de Iniesta tardó poco en ser gritado, pero no estuvo solo. Fueron quince minutos de agobio, en los que el Sevilla apenas podía pasar del centro del campo. Aunque cuando lo hizo fue peor, porque le sorprendió un balón largo del portero Cillessen. La pelota voló, atravesó todo el terreno de juego, superó a la defensa andaluza y Coutinho la recogió al otro lado. Dudó Soria, el guardameta del Sevilla, si ir a por ella o no, parecía que llegaba, pero decidió recular y casi se metió en su portería. El brasileño del Barça regaló a Luis Suárez el gol. Por fin pudo lucirse el delantero en un partido así, porque hasta ahora las finales de Copa eran malditas para él, entre lesiones y sanciones.

No despertó el Sevilla. Las llegadas de Jesús Navas por la derecha y algún detalle de Mudo Vázquez apenas sirvieron para asustar a Cillessen, que sólo tuvo que intervenir ante un cabezazo de Vázquez, porque la volea de Correa cuando estaba en una posición propicia fue defectuosa. Antes, Iniesta ya había tirado al larguero y Messi empezaba a carburar hasta que finalmente se encontró con su inseparable Jordi Alba, que hizo una versión de lo que suelen hacer habitualmente y le asistió, pero de tacón. Siempre le busca el lateral. «Es que casi todas van a dentro», defiende. Y así es. Y así fue. Gol de Messi, histórico también, el único junto a Zarra que marca en cinco finales de Copa. Leo filtró después un pase imposible a Luis Suárez para el doblete del uruguayo y el fin de la final antes del descanso.

Todavía lo intentaría el Sevilla al volver de los vestuarios. En su himno dicen que nunca se rinde, y así es. Y de nuevo fue Navas quien probó llegando por la derecha. Pero de la estocada final de Iniesta no se pudo levantar: el «8» se desmarcó, le pasó Messi y el capitán se deshizo de Soria con un amago y resolvió. Nada le funcionó al Sevilla, que todavía vio encajar un quinto tanto de penalti. Su afición no dejó de apoyarlo, bufandas en alto tanto con 0-0 como con 0-5, pero bronca al final exigiendo mucho más. Y todo le salió al Barça, desde su portero, que llevaba dos meses sin jugar, a su delantero, pasando por su fichaje estrella, Coutinho, que lanzó la pena máxima, por los centrales o por la fantástica labor de Busquets y Rakitic. Tras un encuentro así son varias las preguntas: ¿cómo fue posible lo de Roma? ¿De verdad que Iniesta se va a ir? Él es un futbolista capaz de poner de acuerdo a todo el mundo. Ayer lo hizo con dos aficiones que eran rivales. Valverde quiso premiarlo por su partido y lo quitó cuando quedaban cinco minutos. Los de un bando y los de otro se levantaron a aplaudir. Él consigue que en jornadas como la de ayer en el Wanda el fútbol tomara ventaja a los pitos al himno.

Ficha técnica:

0 - Sevilla: David Soria; Jesús Navas, Mercado, Lenglet, Escudero; Nzonzi, Banega; Pablo Sarabia (Layún, m.83), Franco Vázquez (Nolito, m.86), Correa (Sandro, m.46); y Muriel.

5 - Barcelona: Cillessen; Sergi Roberto, Piqué, Umtiti, Jordi Alba; Rakitic, Sergio Busquets (Paulinho, m.76), Iniesta (Denis Suárez, m.87), Coutinho (Dembele, m.82); Luis Suárez y Messi.

Goles: 0-1, M.14: Luis Suárez. 0-2, M.31: Messi. 0-3, M.40: Luis Suárez. 0-4, m.52: Iniesta. 0-5, M.69: Coutinho, de penalti.

Árbitro: Jesús Gil Manzano (Comité Extremeño). Amonestó a Mercado (m.34), Escudero (m.38), Iniesta (m.67), Busquets (m.74) y Franco Vázquez (m.74)

Incidencias: Final de la Copa del Rey, disputada en el Wanda Metropolitano de Madrid ante unos 67.000 espectadores. Presidió el encuentro el Rey Felipe VI.