Patinaje artístico

Javier Fernández iguala el récord de Nepela, el «campeón perdido»

El patinador español, Javier Fernandez, realiza su programa corto masculino en los Campeonatos de Europa de Patinaje Artístico celebrados en Ostravar (República Checa), 27 de enero de 2017. Fernández
El patinador español, Javier Fernandez, realiza su programa corto masculino en los Campeonatos de Europa de Patinaje Artístico celebrados en Ostravar (República Checa), 27 de enero de 2017. Fernándezlarazon

El estadio Ondrej Nepela de Bratislava celebra cada otoño desde 1993 el memorial que lleva ese mismo nombre, que es el del patinador cuya marca ha igualado hoy el madrileño Javier Fernández con su quinto título europeo.

El estadio Ondrej Nepela de Bratislava celebra cada otoño desde 1993 el memorial que lleva ese mismo nombre, que es el del patinador cuya marca ha igualado hoy el madrileño Javier Fernández con su quinto título europeo.

Añorado y apelado todavía como "el campeón perdido", por su temprana muerte a los 38 años, Nepela fue cinco veces campeón de Europa, tres campeón del mundo y oro olímpico en la década de los 70.

Con su estilo, su elegancia y su sonrisa, el eslovaco -compitió por Checoslovaquia- dejó su enorme huella en el patinaje artístico, tal y como ha hecho ya Javier Fernández, un chaval que se interesó por este deporte por imitar a su hermana y que con 17 años decidió dejar España para luchar por un sueño.

Su victoria de hoy en Ostrava, después de las de Zagreb (2013), Budapest (2014), Estocolmo (2015) y Bratislava (2016), iguala la marca del patinador de Bratislava, al que también podría emular el próximo marzo si se apunta su tercer Mundial.

En Helsinki tendrá su oportunidad, después de haber subido a lo más alto del podio en Shanghai en 2015 y en Boston en 2016.

Figuras de épocas lejanas y distintas, Nepela y Fernández comparten páginas doradas de un deporte al que ambos se engancharon de niños y en el que crecieron de forma muy diferente. El primero no salió de su país para llegar a ser el número uno y el español vive y entrena en Canadá desde hace seis años.

El lejano Europeo de 1958, en el que ganó el checoslovaco Karol Divin, fue el que despertó el interés de Nepela por el patinaje, un deporte que empezó a practicar con siete años y en el que desde niño empezó a trabajar con la austríaca Hilda Múdra, la entrenadora con la que estuvo toda su carrera.

Ella lo definía como "un estudiante diligente y puntual", según sus datos biográficos, y con él compartió su primera experiencia en una competición internacional cuando solo tenía 13 años. Fue en los Juegos de Invierno de Innsbruck en 1964.

Su primer metal fue una medalla de bronce en los Europeos de 1966 en Bratislava, resultado que repitió las dos temporadas siguientes.

El crecimiento de Nepela era indudable año a año hasta que llegó su gran explosión cuando conquistó el primero de los cinco títulos europeos que atesoró (1969, 1970, 1971, 1972 y 1973). A ellos se suman tres mundiales (1971, 1972 y 1973) y el oro olímpico en Sapporo (Japón) en 1972.

Después de retirarse en 1973, Ondrej Nepela se convirtió en entrenador y se trasladó a Alemania, donde preparó a Claudia Leistner campeona de Europa en 1989, año en el que eslovaco falleció, a los 38 años, a consecuencia de un cáncer, según los datos médicos, aunque su muerte también se ha asociado con el SIDA.

En el año 2000 su entrenadora Hilda Múdra recogió el premio que le concedió su país al reconocerle como el deportista eslovaco del siglo XX.

Pese a la distancia en el tiempo y las diferencias, Nepela es uno de los referentes del patinaje como lo es Javier Fernández. El español que acaba de iniciar su quinto reinado en Europa, algo solo logrado hasta ahora por el primero y únicamente superado por el austríaco Karl Schäfer a principios del siglo pasado.

Schäfer, un patinador que fue precursor en el uso de la música en las competiciones y que también participaba en pruebas de natación, fue ocho veces campeón de Europa entre 1929 y 1936; siete del mundo, de 1930 a 1936, y dos campeón olímpico, 1932 y 1936.

EFE