Fórmula Uno
Malos tiempos para ser español en Ferrari
La escudería vuelve a cometer los mismos errores del pasado. Leclerc ha querido liderar y el resultado no es el deseado. Iñaki Rueda y Xavi Martos están siendo muy cuestionados a nivel estratégico
La temporada ha arrancado de forma impensable para Ferrari. O, más bien, ha vuelto a cometer el mismo error que, año tras año, les ha hecho pasar de ser la escudería más laureada de este deporte a un equipo del montón. Al menos de momento.
En Ferrari tienen el síndrome de los presidentes de los equipos de fútbol en los noventa, en los que el entrenador era siempre el máximo responsable y el culpable de cualquier mal resultado. En 2019, tras una tormenta financiera y muchos cambios en la cúpula directiva y accionarial, los nuevos responsables, sorprendentemente dieron un voto de confianza al nuevo jefe de la «Scuderia», Mattia Binotto. El italo-suizo explicó muy bien la situación y fue capaz de conseguir dos años de tregua. La razón era bien sencilla. La Federación Internacional de Automovilismo pilló una trampa en el motor del Ferrari que incumplía el espíritu de la norma y eso les hizo correr con menos revoluciones. Fue por este motivo por el que Binotto decidió y convenció a las familias que mandan en Ferrari para tirar una temporada y centrarse en el nuevo monoplaza, en el nuevo reglamento que tantas oportunidades ofrecía. La pandemia retrasó un año la aplicación de la nueva norma y cuando por fin llegó, el coche y la estructura se convirtieron en el principal rival de Red Bull y Max Verstappen. La pasada temporada Leclerc llegó a inquietar a la escudería austríaca durante la primera mitad de la temporada, pero la superioridad técnica y deportiva de los «energéticos» resultó imbatible. Esto acabó con Mattia Binotto como jefe de equipo después de convertirse en uno de los responsables que más tiempo ha permanecido en su puesto, sólo por detrás de Jean Todt, con el que Ferrari obtuvo cinco coronas con Michael Schumacher al frente.
Una vez más, las conspiraciones regresaron a Ferrari y Leclerc y su entorno consiguieron su despido y que ficharan a un hombre de su confianza como es Fredéric Vasseur, procedente de Alfa Romeo-Sauber y curtido en mil batallas en las categorías inferiores del automovilismo. El papel del suizo no era fácil. En apenas unos meses no se revierten situaciones y después de dos carreras está pagando su precipitación a la hora de aceptar el puesto y las condiciones. El Ferrari se está mostrando muy pobre en cuanto a rendimiento y no parece que vaya a cambiar la situación. Y a todo esto hay que tener en cuenta que no esperaban la irrupción de otros como Aston Martin.
Vasseur no ha hecho grandes remodelaciones, pero ha provocado una crisis tremenda que no augura nada bueno. Una de sus primeras decisiones fue apartar al español Iñaki Rueda de la responsabilidad de las estrategias. Ahora el cuestionado es el también español Xavi Martos, ingeniero de Leclerc, que en la pasada carrera tuvo sus más y sus menos con el piloto monegasco. Por no hablar de la dimisión de David Sánchez, un hispano francés que fue el responsable del nuevo monoplaza.
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