
Pesca
España suaviza los tijeretazos de la UE en las cuotas de pesca
No logra reabrir la pesquería de la cigala. Consigue incrementar las cuotas del jurel de Fisterra y Cádiz y de la caballa del Cantábrico

Para los profanos en la materia, asombra el ritual que cada año se repite en las negociaciones de las cuotas de pesca. Este, fiel a la tradición, el tira y afloja se ha prolongado casi 24 horas y el acuerdo llegó en la madrugada del miércoles, con la delegación española satisfecha con el resultado. España logró amortiguar los recortes plateados por el Ejecutivo comunitario de cara a 2020 para la merluza y el jurel e incluso, en algún caso, cambiar las tornas y conseguir un aumento.
El recorte a las cuotas de merluza sur (Cantábrico, Golfo de Cádiz y Portugal) se ha quedado en el 5,5% respecto a la cifra inicial de 20%. En el caso del lenguado en aguas ibéricas, el recorte será del 20%, la mitad de lo planteado inicialmente. El jurel entre Fisterra y Cádiz pasa del descenso del 50% defendido por la Comisión a un incremento del 24,3%, aunque en el caso del chicharro (el jurel del Cantábrico) las capturas se recortarán un 40%. Además, España logró aumentar la cuota de caballa para la flota del Cantábrico en un 41% y mantener las cifras de gallo y rape. La anchoa cantábrica se reducirá un 3%, mientras que la denominada merluza norte (Gran Sol, aguas francesas del Golfo de Vizcaya y los caladeros irlandeses y escoceses) sufrirá una reducción del 20%. La flota española faena también en esta aguas pero Agricultura confía en que la cuota sea suficiente ya que el año anterior no agotó su cupo.
Entre los compromisos que la delegación española ha sido incapaz de arrancar a sus socios europeos destaca la reapertura de la pesquería de la cigala. Los científicos que asesoran al Ejecutivo europeo comunitario recomendaron prohibir nuevas capturas durante tres años y Bruselas ha decidido seguir a pies juntillas su consejo. La decisión afecta a los «stocks» del Golfo de Vizcaya, Mar Céltico y Mar del Norte. A pesar de esto, la delegación española no se da por vencida y el ministro español de Agricultura y Pesca, Luis Planas, prometió seguir negociando para convencer a Bruselas, si los datos que se van obteniendo de la situación de los caladeros permiten cambios en la recomendación de los científicos. Según el Gobierno español, la evolución de la pesquería es positiva.
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