Economía
Los del PSOE y Podemos no son los presupuestos que necesita España
Ni son unas cuentas que vayan a elevar la calidad de vida del conjunto de los españoles, ni nos van a salir gratis, ni nos van a permitir relajarnos financieramente
PSOE y Podemos han sacado pecho con el anteproyecto de Presupuestos para 2022afirmando que se trata de lascuentas públicas más sociales de la historia. ¿Y por qué son las más sociales? Simplemente porque son las que más gastan. En el imaginario socialpopulista, más gasto es más sociedad, con independencia de a qué se destine ese gasto, de cómo se financie o de cuáles sean sus consecuencias. Y precisamente por estas tres razones (destino del gasto, financiación y consecuencias), deberíamos dudar de los parabienes que se nos venden.
Primero, ¿a qué se destina la mayor parte del presupuesto público? ¿A ofrecer mayores y mejores servicios a los españoles? No. El 40% de todo el gasto va a financiar las pensiones: ocho puntos más que hace quince años.De hecho, en apenas una década, las pensiones podrían llegar a copar el 50% del presupuesto. ¿Motivo de celebración? Pues no mucho. No gastamos más en esta partida porque nuestros mayores estén disfrutando de unos ingresos en rápida expansión, sino porque cada vez hay más pensionistas que van copando porciones crecientes de las cuentas públicas. Y si ellos tocan a más, el resto a menos.
Segundo, ¿cómo vamos a financiar todo ese aumento extraordinario del gasto? De momento estamos echando alegremente mano de la deuda pública. La estrategia más cómoda para el más manirroto de los gobernantes. Gastar hoy sin cargar hoy con su coste. Pero semejante huida hacia delante tiene las patas más cortas de lo que a muchos en el Gobierno les gustaría pensar. Muy probablemente, a partir de 2023 Bruselas comience a exigirnos que cuadremos las cuentas. Y PSOE y Podemos ya le han comunicado a la Comisión cómo pretenden ejecutar tamaña empresa: subiendo brutalmente los impuestos. En su delirante imaginario, semejante rejonazo podrá complementarse a costa de los más ricos, pero inevitablemente quienes cargarán con una mayor porción de esa nueva losa tributaria serán las clases medias. La alegría del sobregasto presente son los sobresablazos futuros.
Y tercero, ¿qué consecuencias tendrá todo esto? España carga con una deuda que asciende al 120% del PIB.Tal legado nos acompañará durante años, aun en el supuesto de que seamos capaces de cuadrar con celeridad nuestro déficit, y supondrá una fuente de potencial inestabilidad financiera. Si, por ejemplo, el BCE se ve empujado a subir tipos para contrarrestar las actuales pulsiones inflacionistas, ¿hasta qué punto seremos capaces de resistir a tal embate? Por cada punto que se incremente el tipo de interés medio de los pasivos estatales, el gasto financiero del presupuesto aumenta en el equivalente al 1,2% del PIB, algo así como un tercio de lo que nos cuesta toda la enseñanza pública y concertada en España.
En definitiva, ni son unos presupuestos que vayan a elevar la calidad de vida del conjunto de los españoles, ni nos van a salir gratis (al contrario, los vamos a terminar pagando muy caros), ni nos van a permitir relajarnos financieramente durante la próxima década por la adicional acumulación de deuda pública que convalidan. No son los presupuestos que necesita España, pero sí son los presupuestos que necesitan PSOE y Unidas Podemos para tratar de perpetuarse en el poder unos años más.
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