Ralentización

La economía china frena en un tercer trimestre con varios frentes abiertos

Avanza un 4,9%, la segunda peor marca de la serie histórica

Un panel con los indicadores del PIB chino en Shanghai
Un panel con los indicadores del PIB chino en ShanghaiALY SONGREUTERS

La economía china confirmó su ralentización en el tercer trimestre, en el que el PIB creció un 4,9 % interanual, menos de lo que esperaban los analistas, lastrado por los rebrotes de la covid durante el verano y, más recientemente, por los problemas del sector inmobiliario o la crisis energética. Los datos oficiales divulgados hoy por la Oficina Nacional de Estadística (ONE) retrotraen las tasas de crecimiento al nivel del tercer trimestre del año pasado tras los avances del 18,3% y del 7,9% registrados en los dos primeros de 2021, en parte debido a un efecto de base que ya se va difuminando. Los peores meses de la pandemia en China abarcaron buena parte de la primera mitad de 2020; de hecho, en el primer trimestre de ese año el PIB chino registró su primera caída desde 1976 (-6,8%).

Los analistas esperaban un avance de en torno a un 5% interanual, pero sus pronósticos pecaron también de optimismo en el caso de la comparación intertrimestral, que acabó arrojando una subida de un 0,2%. Ese último dato no solo supone una importante ralentización tras la subida del segundo trimestre frente al primero (+1,3%) sino que se trata, según la consultora británica Capital Economics, de la segunda peor marca de la serie histórica.

Recuperación inestable

Tanto la ONE como la prensa oficial prefirieron centrarse en el acumulado de lo que va de año, período en el que la segunda economía mundial se expandió un 9,8% interanual, alcanzando una riqueza total de unos 82,31 billones de yuanes (12,79 billones de dólares, 11,04 billones de euros) a finales de septiembre. Hasta septiembre, el sector primario creció un 7,4% interanual; el secundario, un 10,6%, y el terciario, un 9,5%.

La institución aseguró que los principales indicadores se mantuvieron en un “rango razonable” y que la economía nacional “siguió retomando su desarrollo” a lo largo del año pese a un entorno “complejo y duro” tanto a nivel doméstico como internacional. Estas “incertidumbres” internacionales han crecido, apuntó la ONE, que, aunque habló de “una tendencia general de recuperación” con pasos positivos en la dirección de los “ajustes estructurales” y del “crecimiento de alta calidad”, también alertó de que la reactivación de la economía china “todavía es inestable y desigual”.

Pese a esto, las instituciones internacionales siguen confiando en que China superará su meta de crecimiento para este año -de “más de un 6%”, un objetivo conservador según los expertos-, con el Fondo Monetario Internacional (FMI) anticipando una expansión del PIB del 8% en 2021, al igual que el banco central chino.

El analista Julian Evans-Pritchard, de Capital Economics, explicó que, hasta el momento, es la fortaleza de las exportaciones la que apuntala la actividad económica ante la tendencia negativa del sector inmobiliario, aunque advierte de que en 2022 podría dejar de ser así. “A lo largo del próximo año es probable que la demanda exterior caiga a medida que los patrones globales de consumo se normalizan con la salida de la pandemia y los retrasos en los pedidos acumulados se despejan”, pronostica.

Industria e inmobiliario

También se han hecho públicos hoy otros datos como la producción industrial, cuyo avance cayó 2,2 puntos en septiembre hasta el 3,1% interanual, mientras que en el global desde enero se sitúa en un 11,8%. El frenazo en septiembre se debió, en parte, a las disrupciones temporales de la producción de las industrias pesadas ante la escasez de energía, traducida en políticas de racionamiento de consumo en importantes polos industriales del país, una situación que podría prolongarse ante la continua subida del precio del carbón, principal fuente de energía de China.

El portavoz de la ONE, Fu Linghui, ha asegurado que el impacto de la escasez de energía sobre la energía es “temporal” y está “bajo control”. Por su parte, las ventas minoristas -indicador del estado del consumo, clave para la recuperación económica- superaron las expectativas y pasaron del repunte del 2,5% de agosto al 4,4% en septiembre tras el final de los últimos rebrotes de la variante delta de covid, algo que también hizo que la producción del sector servicios pasara del 4,8% al 5,2%.

Los datos oficiales también muestran que el desempleo en las zonas urbanas cayó 0,2 puntos hasta el 4,9%, su mejor marca desde diciembre de 2018 y, según Capital Economics, muestra de que el gasto de los consumidores podría seguir repuntando a corto plazo.

La inversión en activos fijos subió un 7,3% hasta septiembre, según los datos de la ONE, que no aporta cifras que sí estiman algunos analistas como Tommy Wu, de Oxford Economics, como una caída del 7,7% interanual en el noveno mes del año, con el inicio de nuevas construcciones y las ventas de casas un 17,3% y un 9,3% por debajo del nivel de septiembre de 2019, respectivamente.

Wu prevé una “significativa” reducción del crecimiento del PIB en el último trimestre de 2021 (+3,6%) debido a la “debilidad” del sector inmobiliario: “aunque los problemas de Evergrande probablemente no supondrán un ‘momento Lehman (Brothers)’, sí esperamos que agraven la ralentización” de la citada industria. La economista Jingyang Chen, del banco HSBC, es más optimista, y cree que los ajustes del Gobierno sobre la política energética o de crédito surtirán efecto y “estabilizarán” el crecimiento hasta finales de año, con un pronóstico de avance del PIB del 4,6 % en el último trimestre.