10.000 millones más de gasto en pensiones para que los jubilados no se empobrezcan

El encarecimiento de la vida no solo provoca que los ciudadanos pierdan capacidad de compra a marchas forzadas, también se traduce en un mayor gasto en pensiones como consecuencia de la indexación de su revalorización al IPC. Con el alza de los precios rozando los dos dígitos, según el 9,8% de incremento anotado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el desembolso para que los pensionistas no pierdan capacidad adquisitiva como el resto de ciudadanos se va a comer un buen bocado presupuestario.

En este sentido, la Fundación de las Cajas de Ahorro (Funcas) calcula en 10.000 millones el incremento de gasto que supondrá la subida de las pensiones conforme a la inflación, que sitúa en el 6,8%, en 2022 media anual, y en el 2,8% en 2023.

Estas previsiones, advierte Funcas, no integran el plan de choque anunciado por contemplar medidas que todavía quedan por especificar, como la fijación de un tope al precio de la electricidad.

Funcas advierte además de que las medidas aprobadas por el Gobierno para hacer frente a la crisis son “costosas” y “no pueden ser ilimitadas”, en una situación de endeudamiento de las cuentas públicas y el previsible aumento de los costes de financiación.

Para la Fundación de las Cajas de Ahorros las incertidumbres del entorno geopolítico son muy elevadas con un posible empeoramiento del conflicto bélico e, incluso en un escenario de rápido desenlace, advierten de que perdurarían “dos legados” de esta crisis.

En primer lugar, una inflación subyacente superior al 3% y que tiende a crecer y, en segundo lugar, un déficit público exacerbado por la doble crisis pandémica y energética.