Empleo

Reforma laboral: aumentan un 12% los contratos temporales de entre una y dos semanas

La precariedad que pretende combatir la reforma laboral mantiene a uno de cada tres trabajadores públicos en la temporalidad, en récord histórico

Entrada de la Oficina de Empleo de Méndez Álvaro, en Madrid
Entrada de la Oficina de Empleo de Méndez Álvaro, en MadridCarlos LujánEuropa Press

El ministro de la Seguridad Social, José Luis Escrivá, dibujó está semana un panorama idílico del mercado laboral. Avanzó la creación de 37.000 puestos de trabajo «netos» en mayo, aunque evitó compararlos con los generados hace un año: 8.500 más entonces, si se cumplen sus proyecciones. Pero lo más significativo fue su enconada defensa de las virtudes de la reforma laboral en la creación de empleo «premium», de mayor calidad, según dijo. Así, destacó que en los cinco primeros meses del año se han creado casi 200.000 empleos, la mayoría en el sector privado, con un nivel de ocupación que supera en casi 600.000 personas el existente antes de la pandemia. Los datos aportados por Escrivá indicaban que entre enero y mayo se han efectuado un millón más de contratos fijos que en años anteriores, de los que 786.00 son afiliados indefinidos y casi 300.000, fijos-discontinuos.

En este sentido, el ministro centró el tiro en la creación de empleo indefinido, que se está concentrando en los jóvenes menores de 30 años, donde el peso de los fijos se ha elevado algo más de 20 puntos, hasta el 60%, frente al 39% del promedio de los meses de mayo del periodo 2015-2021. En el caso de los mayores de 30 años, el porcentaje de contratos indefinidos sobre el total de la contratación alcanza en mayo de este año el 82%, seis puntos más, subrayó.

El repunte de los contratos indefinidos como consecuencia de su condición preferente tras la reforma se manifiesta, según remarcó el ministro, incluso en los sectores que tradicionalmente muestran una mayor temporalidad, como el de comidas y bebidas, donde el peso del empleo fijo ha subido 10 puntos, hasta superar el 60%, o el de la construcción, donde ha aumentado en 21 puntos, superando ya el 70%. De hecho, con independencia de las modalidades de contratación, estos están incrementando su duración, de forma que se ha pasado de extenderse una media de 13 días en el periodo 2017-2019 a 16,3 días, lo que supone un aumento superior al 20%.

Además, el ministro destacó que los contratos fijos-discontinuos tienen una estabilidad «mucho mayor» que los temporales, pues el porcentaje de este tipo de contratos firmados este año y que aún seguían vigentes el 17 de mayo alcanza el 51,2%, frente al 30,1% de los temporales.

La relación en mayo fue la siguiente: hasta el día 17, el número de contratos de un día de duración se ha reducido en casi 600.000 respecto al promedio 2017-2019; el de contratos de 2 a 7 días ha bajado en algo más de 300.000; y el de contratos de 8 a 30 días de duración ha disminuido en 44.323. Por contra, el volumen de contratos de más de 30 días o que aún no han finalizado ha aumentado en 286.622 en relación a la media de 2017-2019. Esas fueron las franjas de duración elegidas, aunque se podrían tomar otras.

Y es que no es oro todo lo que reluce. En la misma medida que la creación de empleo se ralentiza respecto a la de hace un año en función de los datos de mayo, una tendencia recurrente desde hace meses, también hay agujeros en la temporalidad. Y es que, pese a la mayor duración media de los contratos como consecuencia de la prevalencia del contrato indefinido, los que duran entre 7 y 14 días –que representaron en torno a un 10% del total de contratos temporales– crecieron un 12,1%, a pesar de la penalización impuesta por la reforma laboral. Así lo refleja el último informe de BBVA Research, en este caso con datos acumulados en los cuatro primeros meses del año. Un informe en el que se reconoce que la contratación temporal disminuyó en todos los tramos de edad; sobre todo entre los 35 y los 44 años, y con especial incidencia entre los más jóvenes.

En cualquier caso, la temporalidadse habría reducido aún más si el Estado no siguiera engordando las cifras como demuestran los datos de la Encuesta de Población Activa del primer trimestre, ene l que la tasa de temporalidad del sector público es del 32,5%, nada menos que diez puntos superior a la del sector privado como consecuencia de que la reforma laboral es «mucho más laxa con la temporalidad en el sector público», según afirma Randstad Research.

En los últimos años, el gran sector generador de temporalidad ha sido el sector público. El número de ocupados temporales en el sector público ya asciende a 1,13 millones (récord histórico) y durante tres años y medio la tasa de temporalidad en el sector público español supera la del sector privado. En concreto, en el primer trimestre de 2022 la tasa de temporalidad en el sector público se ha elevado hasta ese 32,5% –la tasa anterior era de un 30,9%–, también un récord histórico, mientras que en el sector privado ha descendido hasta el 22,1%. Estas cifras ponen de manifiesto que hoy en España casi uno de cada tres trabajadores del sector público son temporales mientras que en el sector privado solo uno de cada cinco ocupados es un asalariado temporal.

Especial incidencia tiene la temporalidad en la Sanidad, donde el Ministerio de Sanidad pretende mantener en el Estatuto Marco la figura del «eventual» para que las administraciones públicas sanitarias puedan seguir contratando personal eventual cuando «sea necesario para garantizar el funcionamiento permanente y continuado de los centros sanitarios», según ha denunciado la Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CC OO.