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Ferdinand Dudenhöffer, economista alemán, habla sobre el mercado de la automoción: “La industria solo sobrevive si es competitiva”

¿Cuándo será el coche eléctrico tan asequible como uno de gasolina? Alemania debate su futuro industrial y energético entre las predicciones que adelantan la paridad de precios y las voces políticas que piden frenar la prohibición de 2035

Coche eléctrico
Coche eléctricoUnsplash

El futuro del coche eléctrico en Alemania se topa con un obstáculo tan mundano como decisivo: el bolsillo del ciudadano de a pie. Mientras el debate político se enreda en los plazos y las tecnologías, para muchos conductores el principal freno es el elevado precio de la recarga rápida. Con tarifas que en algunos puntos superan el euro por kilovatio-hora, el uso diario de un vehículo eléctrico puede encarecerse notablemente, disuadiendo a una parte importante de la población de dar el salto a la nueva movilidad.

Para hacer frente a esta situación, el Gobierno alemán ha puesto en marcha un programa de ayudas millonario. Con una dotación de 3.000 millones de euros, este plan busca incentivar la compra de coches eléctricos entre las rentas más bajas. La intención es clara: intentar democratizar el acceso a una tecnología que, hoy por hoy, sigue siendo costosa para un amplio sector de la sociedad, tratando de evitar que la transición energética deje a gente atrás.

Sin embargo, el debate de fondo es mucho más complejo y pone en jaque el pilar de la política climática europea: la prohibición de vender coches de combustión a partir de 2035. Desde la oposición alemana, el líder de la CDU, Friedrich Merz, propone una hoja de ruta más flexible. Su plan pasa por reconocer los combustibles sintéticos como alternativa y revisar el cómputo de emisiones de los híbridos enchufables, una tecnología de transición que resulta clave para muchos usuarios.

Una encrucijada entre la política y la competitividad

En este contexto de incertidumbre, algunas voces expertas advierten que la parálisis política puede retrasar decisiones de inversión cruciales. El economista Ferdinand Dudenhöffer considera que la discusión es estéril, ya que la paridad de precios entre vehículos eléctricos y de combustión se alcanzará antes de 2030. La verdadera urgencia, insiste, es otra. "La industria solo sobrevive si es competitiva", sentencia el experto en una entrevista para Neue Osnabrücker Zeitung (NOZ), subrayando que el foco debería estar en la eficiencia productiva y no en las disputas políticas.

De hecho, Dudenhöffer señala directamente a los métodos de fabricación de China como el camino a seguir para lograr una reducción considerable de los costes. Al final, Alemania se enfrenta a un rompecabezas de difícil solución: cómo cumplir sus ambiciosos objetivos climáticos sin sacrificar la protección de su potente industria automovilística. La búsqueda de un equilibrio que haga la transición una realidad viable y accesible para todos se ha convertido en el gran desafío del motor económico de Europa.