Las fórmulas de las futuras pensiones

Factor de equidad intergeneracional

¿Cómo será mi pensión? Ésa es, a buen seguro, la pregunta que muchos se hacen a la vista de los cambios propuestos por el comité de expertos que ayer presentó su informe para garantizar el futuro del sistema de pensiones público. La respuesta es que las nuevas prestaciones estarán ligadas tanto a la esperanza de vida como a la evolución de los ingresos y gastos de la Seguridad Social, lo que, aseguran los expertos, garantizará la sostenibilidad del sistema en el largo plazo al permitir prever con tiempo sus posibles desequilibrios para corregirlos.

Lo que lo hará en teoría viable será la aplicación de un doble factor: el de equidad intergeneracional (FEI) y el de revalorización anual (FRA). El FEI será el que determine la pensión a cobrar, que resultará de multiplicar la pensión inicial con la que los nuevos jubilados entrarían cada año en el sistema, según la normativa vigente, por el citado FEI de las nuevas pensiones de jubilación. Este coeficiente resultaría de dividir la esperanza de vida de los que han entrado en el sistema con una edad determinada en un momento anterior entre la esperanza de vida de los nuevos jubilados que entran con la misma edad pero en un momento posterior. Se aplicaría una única vez a los nuevos jubilados en el cálculo de su primera pensión. Suponiendo que la prestación inicial de 2014 fuera 1 para los que se jubilen a los 65 años, los que lo hicieran en 2015 percibirían 0,9928 como consecuencia de dividir la esperanza de vida a los 65 años en 2014 y 2015 (20,27 entre 20,42). En 2020 sería de 0,9588 y en 2030 de 0,9001.

Aunque el informe reconoce que el FEI da lugar a «una pensión inicial que irá disminuyendo respecto a la base reguladora», dado que la pensión se disfrutará durante más tiempo al aumentar la esperanza de vida, «es poco probable que implique una caída de la pensión inicial en términos reales –descontando el efecto de la inflación–».

Factor de revalorización anual

Para la revalorización anual de las pensiones, los expertos proponen sustituir el índice de precios al consumo (IPC) por el Factor de Revalorización Anual (FRA), una complejísima fórmula basada en los ingresos del sistema de la Seguridad Social y los pensionistas integrantes del mismo y que supondría que las pensiones sólo aumentarían si los ingresos del sistema suben por encima de la tasa de crecimiento del número de pensiones. La tasa de crecimiento nominal que experimentarían las pensiones sería el resultado de restar de la tasa de crecimiento de los ingresos del sistema la tasa de crecimiento del número de pensiones menos el incremento de la pensión media por el efecto sustitución –la diferencia entre altas y bajas– más el porcentaje del superávit o el déficit del sistema en relación con los gastos. El resultado se multiplicaría por un coeficiente entre ingresos y gastos del sistema, con un exponente que marca el ritmo al que se quiere cubrir el desajuste o, en caso de superávit, la parte que se destina a mejorar pensiones y lo que va al fondo de reserva, la conocida como «hucha de las pensiones». Todos estos factores se aplicarían con una media móvil aritmética o geométrica que incluiría los años anteriores y las previsiones.

La fórmula, compleja de por sí, impide a aquellos que lo deseen calcular su pensión porque para hacerlo dependen de las previsiones que haga el Ejecutivo sobre los ingresos y gastos del sistema, el número de pensiones que lo integran y el coeficiente que escoja el Gobierno para rectificar el déficit del sistema.

Los expertos proponen en su informe que el FRA comience a aplicarse a los pensionistas actuales «lo más rápido posible» dentro del periodo 2014-2019, lo que supondría acabar con el sistema vigente y, dicen, ligar las pensiones «al éxito de la sociedad y la economía».