Inflación

Otro superávit de Milei: así es como resuelve Argentina sus problemas económicos

Corregir el desequilibrio de las cuentas públicas es absolutamente fundamental para estabilizar macroeconómicamente Argentina

Javier Milei
El presidente argentino Javier MileiJUAN IGNACIO RONCORONIAgencia EFE

Por segundo mes consecutivo, el gobierno de Javier Milei ha logrado superávit presupuestario (en términos de caja) en Argentina. A saber, la Administración Pública Nacional ingresó más de lo que gastó. Semejante hito no se alcanzaba en dos meses consecutivos desde el año 2011. Y, como ya explicamos hace un mes, cuando se confirmó el superávit de enero, corregir el desequilibrio de las cuentas públicas es absolutamente fundamental para estabilizar macroeconómicamente Argentina.

A la postre, con el superávit público Argentina consigue: a) mejorar la solvencia del Estado y, por tanto, financiarse a menores tipos de interés; b) reducir la oferta excesiva de pesos y, por tanto, incrementar su valor. De hecho, eso es lo que ha venido sucediendo en Argentina durante las últimas semanas: por un lado, el riesgo país (el exceso de coste de financiación del Tesoro argentino respecto al Tesoro estadounidense) ha caído en picado hasta el mínimo de 2021; por otro, el peso argentino ha sido una de las divisas globales que más se ha apreciado con respecto al dólar durante las últimas semanas (y ello a pesar de que Milei también ha reducido los tipos de interés a los que remunera los pasivos financieros del Banco Central de la República Argentina).

Por tanto, en estos dos meses, el país ha dado pasos fundamentales para resolver su problema de inflación, levantar el cepo y normalizar su situación económica. Sin embargo, no deberíamos perder de vista que los riesgos subsisten: a la postre, el principal mecanismo de ajuste del superávit ha sido la licuación inflacionista del gasto (sobre todo de funcionarios y pensionistas), lo cual previsiblemente requerirá en el futuro de nuevas subidas que compensen el poder adquisitivo perdido.

Además, y como cabía esperar, el necesario ajuste presupuestario está empujando a la economía a una recesión que también empieza a afectar a los ingresos públicos (de ahí que sería tan importante en estos momentos liberalizar la economía argentina para así impulsar la inversión privada compensatoria). En suma, esperanza pero también peligrosos en el horizonte.