Laboral

SMI disparado, otro tiro en el pie

Sin pymes más fuertes y en desarrollo no se puede ganar en productividad y así España perderá competitividad y a la larga seremos más pobres

Big data 27 10
ProductividadAntonio CruzLa Razón

En las dos últimas décadas, la tasa de crecimiento de la productividad en España ha sido muy reducida, con un avance muy por debajo de la de otras economías de referencia. No lo digo yo, sino el Banco de España con datos de la Comisión Europea. El diferencial en el crecimiento anual de la productividad respecto a otras economías europeas no es una cuestión sectorial, sino que afecta a casi todos los sectores.

Este es el síntoma de una serie de desequilibrios que no sólo no se han corregido en los últimos años, sino que se han agudizado por culpa de unas políticas en las que vivir por encima de las posibilidades es el pan nuestro de cada día. Y como el Gobierno las aplica a discreción, pretende que la economía real, las empresas, hagan lo mismo con una espiral «deficitaria» que castiga aún más las posibilidades de que España gane en productividad. ¿Por qué?

La meteórica subida del SMI castiga especialmente a las empresas pequeñas y medianas, según los empresarios. Lastra sus posibilidades de crecimiento en un país en el que las pymes representan el 99,8% de las empresas, más que la media de la UE, aunque suponen solo el 62% del Valor Añadido Bruto, según el marco estratégico de pymes 2030.

Además, las pymes crean el 66% del empleo empresarial. Las pymes con asalariados suponen el 46% de las empresas y emplean a más de ocho millones de trabajadores, lo que representa el 53,3% del empleo empresarial total. «Cualquier política para mejorar el posicionamiento global de nuestro país debe tener en consideración de forma prioritaria a las pymes», reconocía en dicho marco el propio Gobierno.

La productividad aumenta con el tamaño empresarial, algo más evidente en las compañías españolas de menor tamaño, donde se observa un diferencial más negativo con respecto a sus vecinas europeas.

«La productividad es el único motor inagotable de aumentos en los niveles de vida», aseguraba en junio pasado el gobernador del BdE, Pablo Hernández de Cos.

Sin pymes más fuertes y en desarrollo no se puede ganar en productividad y así España perderá competitividad y a la larga seremos más pobres. Un SMI disparado es otro tiro en el pie de la economía.