Agricultura
Los viticultores galos declaran la guerra al vino español con asaltos en la frontera
Bloquean la frontera, saquean camiones españoles y queman y esparcen su mercancía para exigir el fin de las importaciones de productos y vino a granel españoles
Bloqueo fronterizo, asalto de camiones españoles, saqueo de mercancías, intimidaciones, abusos, insultos y pasividad de las autoridades y gendarmes galos. Parece una crónica de los años 90, cuando la entrada de España en la Unión Europea abrió de par en par la entrada de la agricultura patria en territorio europeo y provocó la violenta reacción de los agricultores franceses, que vieron amenazada la continuidad de sus explotaciones. Pero no. Ha pasado hace apenas 24 horas en el límite fronterizo de ambos países, cuando alrededor de 500 viticultores de los departamentos de Aude y de los Pirineos Orientales bloquearon el paso fronterizo con España de Le Perthus a los transportistas españoles para exigir el fin de las importaciones de vino.
Los manifestantes quemaron neumáticos en el peaje de la autopista en Le Boulou, procedieron al filtrado de los vehículos que entraban desde España y saquearon varios camiones con productos agrícolas de este lado de la frontera, cuya carga esparcieron sobre el asfalto. Estos actos fueron la consecuencia de las amenazas que unos manifestantes habían proferido horas antes en Narbona, donde el presidente del Sindicato de Viticultores de Aude, Frédéric Rouanet, anunció que iban a «detener de inmediato las importaciones españolas». Los piquetes bloquearon completamente la entrada 43 de la autopista en Le Boulou y redujeron en el peaje el paso a dos carriles, por los que dejaban circular a los vehículos ligeros y a algunos camiones después de filtrarlos.
Todo tiene que ver con que quieren poner fin a la importación de vino a granel que llega desde España, y que muchos productores galos embotellan en Francia para su comercialización. Denuncian los viticultores que eso hunde el precio del vino francés y les deja fuera del mercado, ya que no pueden competir en precio y calidad con el producto español, lo que está provocando el cierre de muchas explotaciones. El sector también reclama a sus autoridades ayudas para pagar las cotizaciones a la Seguridad Social, la transformación de los préstamos garantizados por el Estado en créditos bonificados y medidas bancarias de apoyo para los problemas de tesorería que sufren.
Francia es el principal receptor de vino a granel español tras recibir el 32% del volumen total exportado por España y el 30% de la facturación por esos envíos. Son datos del Observatorio Español del Mercado del Vino (OEMV), que detalla que las compras francesas de vino a granel español apenas cayeron un ligero 0,1% en volumen en el interanual a julio de este año, hasta los 368,7 millones de litros, pero aumentaron un 6,2% en valor, hasta los 153,8 millones de euros, elevando su precio medio un 6%, hasta los 42 céntimos por litro. Así, en los siete primeros meses de este año Francia ha comprado casi 218 millones de litros de vino a granel español por valor de más de 93,6 millones.
Estas acciones violentas en contra de las exportaciones de productos y transportistas españoles ni son nuevas ni son actos aislados, sino que se producen de forma periódica y sistemática desde los años 90 en la frontera gala. Todavía quedan frescas aquellas imágenes de los primeros ataques a camiones y mercancías, que generaron un inmenso perjuicio económico y cuantiosos daños a la economía española. Unas imágenes que se volvieron ayer a repetir con especial virulencia ante la pasividad de las fuerzas del orden francesas, que volvieron a inhibirse. Las patronales del transporte CETM y Fenadismer denunciaron estos hechos y exigieron a la gendarmería «la diligencia necesaria» para impedir estas acciones y garantizar el «derecho fundamental de la libre circulación de mercancías consagrado por la legislación europea».
Por su parte, las asociaciones de agricultores Asaja, COAG y UPA cargaron tanto contra la inacción de las autoridades galas como por la tibieza del Gobierno español, que se limitó a través del Ministerio de Agricultura a condenar los actos y a pedir al Ejecutivo galo que espera que «estas acciones no se vuelvan a producir». Además, fuentes ministeriales presumieron de que, «gracias a las gestiones del Gobierno a través de la embajada española en París, se logró la reapertura de la frontera sin nuevos incidentes». Todos temen que hoy se repitan los ataques.
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