Cataluña
Torra recibirá a Sánchez con honores de Jefe de Estado
Activa a la Guardia de Honor de los Mossos d’Esquadra para recibir hoy al presidente del Gobierno en el Palau de la Generalitat
Ante la imposibilidad de avanzar por la vía de los hechos hacia la ruptura con el Estado, el independentismo ha dado una importancia capital a la esfera simbólica durante todo el «procés». El simbolismo lo impregna todo –la acción parlamentaria, por ejemplo, donde frecuentemente se trata de aprobar iniciativas sin margen de recorrido, como la reivindicación de la autodeterminación– y cobra un esencial protagonismo en las relaciones que la Generalitat, controlada por el separatismo, quiere mantener con el Estado desde hace años.
El Ejecutivo catalán rechaza equipararse al resto de autonomías y por ello viene reivindicando un trato bilateral. De ahí que la anterior cita entre Pedro Sánchez y Quim Torra de diciembre de 2018 en el Palau de Pedralbes estuviera envuelta de tanta controversia: los independentistas la definían como una cumbre entre ejecutivos, poniéndose al mismo nivel que el Gobierno, mientras que Moncloa lo rebajaba a una reunión. En esa línea, Torra recibirá hoy a Sánchez con honores de Jefe de Estado.
Para la cita, Torra ha dispuesto la guardia de gala de los Mossos d’Esquadra para dar la máxima consideración a Sánchez porque, según precisan en la Generalitat, así se hace con todos los mandatarios que visitan Cataluña. De esta manera, el presidente de la Generalitat recibirá con todos los honores al presidente del Gobierno, ya que su uso está reservado para autoridades y Jefes de Estado. Desde el Cuerpo policial catalán consideran que es una «exageración» y forma parte del intento de Torra por darle una dimensión de cumbre de Estado a Estado. En la anterior cita de Pedralbes, tan solo participó el entonces comisario jefe Miquel Esquius, el máximo cargo de los Mossos d’Esquadra.
En cualquier caso, más allá de la escenografía que acompañe la cita entre Sánchez y Torra, la reunión arrancará a las 12 horas en el Palau de la Generalitat y se ha convertido en esencial para el futuro político a nivel catalán y a nivel español. En Cataluña, con las elecciones en un horizonte cada vez más cercano –la fecha se conocerá a partir del 18 de marzo, cuando se aprueben los presupuestos de la Generalitat–, la cita puede convertirse en un acto con un importante trasfondo electoral. Torra tiene la intención de hacer exigencias de máximos, una circunstancia que puede dinamitar la mesa de diálogo entre gobiernos que debe activarse tras el acuerdo entre el PSOE y ERC. En JxCat están expectantes ante la posibilidad de que el diálogo fracase y poder acusar electoralmente a Esquerra de facilitar la investidura de Sánchez «a cambio de nada» El president acudirá con el derecho de autodeterminación, la amnistía, como asuntos políticos a abordar, y el objetivo de fijar unas condiciones y garantías.
El Govern tiene la voluntad de que Torra ponga las bases de ese foro de negociación –que debería ponerse en marcha cuanto antes, según el Ejecutivo catalán– y pasan por fijar unas garantías, aunque no hay consenso entre JxCat y ERC sobre cuáles.
Los neoconvergentes exigen un mediador para la mesa de negociación, mientras que los republicanos son más flexibles para evitar que la reunión descarrile de inmediato. El president, tras la reunión, se reunirá con partidos y entidades independentistas para valorar qué pasos dar, algo que puede complicar mucho el futuro del diálogo con el Estado –porque las posibilidades de lograr puntos de encuentro entre los diferentes actores del separatismo son remotas– y, por tanto, de la legislatura española también.
El Gobierno necesita aprobar los Presupuestos Generales del Estado para tener recorrido y, si la mesa de diálogo encalla, tendrá difícil recibir la colaboración de Esquerra para aprobarlos.
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