Política

Visibilidad para Vox y un arma de doble filo para el Gobierno

Los analistas creen que Abascal sacará rédito de la moción pero enfrían el optimismo de Moncloa: «Será peligrosa para Sánchez»

Acto en homenaje a las víctimas del terrorismo en el Congreso
Vista general del Congreso de los DiputadosCongreso de los DiputadosCongreso de los Diputados

Será la quinta moción de censura de la democracia. Y está abocada a ser la menos apoyada. Es una vía muerta para echar a Pedro Sánchez del Gobierno porque no contará con los 176 votos a favor necesarios.Vox tan solo cuenta con sus 52 diputados. Ni aunque recabara el apoyo del Partido Popular sumaría votos.

Recuerda a la presentada en 2017 por el entonces tan solo líder de Podemos, que aglutinó 82 apoyos. El ahora vicepresidente era consciente de que esta estrategia no prosperaría, y también lo sabe Santiago Abascal, pero en aquel momento Pablo Iglesias sí logró uno de sus objetivos; ganar visibilidad, tratar de auparse como líder de la oposición. Y es que este tipo de herramientas, cuando no requieren de los cálculos exactos, suelen perseguir ese fin, el del despegue.

Desde la esfera política, todos los líderes que presenciarán la moción sacan sus propias conclusiones. En sus cuarteles generales analizan los efectos que puede tener sobre ellos el debate. ¿Pero a quién beneficiará la moción? LA RAZÓN repasa con tres expertos politólogos las consecuencias electorales que tendrá la moción de censura, tanto en Vox, como en el PP y en el Gobierno.

Mociones censura
Mociones censuraTania Nieto

En Moncloa son optimistas porque creen que se verá en la votación la foto de la unión del bloque de la investidura. Una imagen debilitada tras las prórrogas del estado de alarma que desvió al Ejecutivo en su acción de amarrar a sus socios para una legislatura larga. Creen que les puede beneficiar, porque –dicen–suma a Vox y perjudica al PP, y el Gobierno ve más facilidades de aglutinar a su electorado con la idea de los de Abascal como líderes de la oposición. La izquierda frente a lo que consideran «la ultraderecha».

Sobre ese discurso los politólogos creen que puede convertirse en un arma de doble filo para el Gobierno. Podrá reafirmar su liderazgo ante el votante de izquierdas, pero también deberán defenderse de envites graves. En el debate de la moción, tanto quien la defiende, el diputado Ignacio Garriga, como el candidato Santiago Abascal tendrán una oportunidad de oro para hacer una revisión milimétrica de la gestión del Gobierno de la pandemia. Ahí irán desmenuzando todos sus errores. Por ello la consultora de estrategia Verónica Fumanal cree que será «peligrosa para Sánchez» porque Vox «pretende hacer una auditoría de esta gestión. Será un ejercicio de revisionismo sobre los siete meses».

De la misma manera opina el politólogo Lluis Orriols. Fumanal cree que no se verá esa foto de la unión del bloque de la investidura. «Una cosa es que el Gobierno sea sólido, porque está sustentado en dos partidos, pero la mayoría parlamentaria es precaria y evidentemente ERC y Junts votarán con el Gobierno frente a Vox, pero no significa que estén al lado del Gobierno», analiza. El consultor del Centro Internacional de Gestión y Marketing Político Eduardo González Vega asegura que Sánchez no debería correr peligro pues, sino que le refuerza. «La usarán como un ataque de la ultraderecha contra el Gobierno y eso para la narrativa que está llevando a cabo el Ejecutivo les viene muy bien, porque están en la estrategia de la fragmentación y la polarización». En ese rescoldo para el beneficio político, Orriols ve «más fácil para el Gobierno defenderse del embiste de un partido en el extremo que no es un competidor de su espacio. Puede llevar al Gobierno a reafirmar que Moncloa esta en las antípodas de Vox y así aglutinar a su electorado».

En Vox, el partido protagonista, cree que con la moción llegarán a un votante más transversal. A su favor rema que no tienen nada que perder, pues no están presentes en gobiernos autonómicos ni en La Moncloa. En el reparto de culpas, están limpios. Además, reforzará su visibilidad. Coinciden en ello los politólogos. «Durante dos días va a estar centralizando la opinión pública. Será una prueba de fuego para Abascal, pues sostener el debate de una moción no es un ejercicio sencillo», dice Fumanal. Cree que se pondrá de manifiesto la teoría de George Lakoff. «Cuando se ponen encima de la mesa marcos mentales como que el Gobierno ha sido el peor del mundo, esto mina la credibilidad de éste». González Vega cree que la moción permitirá a Vox «instalar el marco informativo. Esa posibilidad de poder generar que el tema de debate sea el que tu quieras te da una situación de ventaja». Orriols también lo ve así. «Estamos en un momento de altísima confrontación política donde los votantes de Vox ven una situación merecedora de una moción».

En el PP se debaten entre el no. y la abstención. Hay un abismo para los populares entre ambas opciones. Analizan que cualesquiera que sea el botón que pulsen puede dar alas a sus adversarios tanto a la derecha como a la izquierda. Ven la abstención como un refuerzo a Sánchez, pero el «no» puede colocar en la foto votando con el Gobierno contra una fuerza donde aspiran a recoger voto. Orriols ve al PP perder en la iniciativa . «El hecho de que la presente otro le deja fuera de juego». Si se adhiere a la moción, no es el director de orquesta. De la Vega, cree que la clave será como «comunica» el voto que decida. «Ahí es donde se la va a jugar. Pero como la expectativa sobre el PP es baja, también les puede beneficiar. Si juega bien sus cartas puede sacar beneficio».