Madrid

El Estado Islámico critica Tik Tok y considera que Holywood es la cuna de Satanás

Arremeten contra las redes sociales tradicionales y la difusión de vídeos musicales, mientras ellos publican decapitaciones

POrtada de la revista de Isis The Voice oh Hind
POrtada de la revista de Isis The Voice oh Hindjmzvo

El Estado Islámico (Isis, Daesh) considera, en el último número de su revista “The Voice of Hind”, a la que ha tenido acceso LA RAZÓN, que las personas que hacen vídeos y los publican en redes como Tik Tok, YouTube y Facebook, no hacen otra cosa que seguir la trayectoria de Hollywood y están abocados al más oscuro de los abismos, que es tanto como decir el infierno. Nada dicen de la continua publicación de grabaciones en las que muestran la muerte mediante decapitación y otras atrocidades de sus enemigos, con especial saña contra los cristianos. En su concepto de la vida, se trrata de películas “edificantes”.

Afirman, con lo que ello conlleva de amenaza, que la Meca del cine constituye uno de los más importantes para que el Islam” pueda llevar a cabo sus fines, ya que trata de imponer una serie de costumbre y culturas ajenas a la religión.

Dentro de su habitual fanatismo, al dividir el mundo en soldados de Dios (ellos) e infieles (los demás), no se olvidan en meter en el mismo saco de los incrédulos a los productores y actores de Bollywood de India y Lollywood de Pakistán.

El artículo critica “la mentalidad de las personas se haya atrofiando hasta tal punto que no encuentren otra ocupación que hacer vídeos sin sentido, sin objetivo y estúpidos, perdiendo todo su tiempo en diversión’ y entretenimiento, a coger un micrófono y una guitarra para interpretar música satánica. Con todo, lo que parece molestarles más en los que les rién las gracias. Por supuesto, todos están en pecado.

Anuncian una guerra para poner las cosas en su sitio y acabar con los incrédulos y satánicos. Este tipo de amenazas se dedican, sobre todo, al consumo interno, a los actores, “lobos”, solitarios“, para empujarles a actuar contra los infieles con los medios que tengan a a mano. Se trata de imponer una sociedad a su medida, con una civilazación basada en el obscurantismo, la imposición y la persecución de los contrarios. Los yihadistas, en su afán de presentarse como superiores, rozan, a veces, el ridículo, pero no se puede minusvalorar su tremenda peligrosidad.