Crisis
Caos en la repatriación del personal de la embajada y los traductores
Pedro Sánchez continúa de vacaciones y gestiona la crisis a golpe de tuit
Improvisación y falta de liderazgo. España adolece de timón en la gestión de una de las crisis internacionales más transcendentales. El presidente, Pedro Sánchez, continúa de vacaciones en Lanzarote mientras la angustia y la desesperación se apodera del personal de la embajada de España en Kabul así como de los traductores que durante años ayudaron a los militares españoles durante su misión en el país.
A las 17:00 horas de ayer, con bastante retraso respecto a la hora inicialmente programada, las nueve de la mañana, despegó de la base naval de Zaragoza el segundo de los aviones que Defensa ha enviado a Afganistán para evacuar a los nacionales tras la caída de Afganistán en manos de los talibanes. En un intento de aparentar que coordina la repatriación, el presidente, Pedro Sánchez, publicó ayer un tuit informando de que «La repatriación de los españoles y el personal de la Embajada en Afganistán está en curso. El Gobierno de España está coordinando todos los trámites para garantizar su seguridad. Ya está en Dubái el primer avión A400M del Ministerio de Defensa y acaba de partir de Zaragoza la segunda aeronave». Con menos de 50 caracteres, Sánchez que permanece en el Palacio de La Mareta –de titularidad pública– está manteniendo un perfil bajo en la gestión de esta crisis, a diferencia del presidente francés, Emmanuel Macron; la canciller alemana, Angela Merkel o el premier británico, Boris Johnson. Desde que los talibanes tomaron el país este fin de semana, el jefe del Ejecutivo se ha limitado a publicar mensajes en las redes sociales, una actitud que contrasta con sus colegas europeos que interrumpieron sus días de descanso para comparecer ante los medios de comunicación, analizar la transcendencia del avance de los muyahidines y compartir detalles de los operativos de evacuación con el resto de formaciones políticas.
Fuentes de Moncloa siguen sin pronunciarse sobre si Sánchez comparecerá o no para analizar las últimas novedades. El presidente no está ni se le espera, una prueba más del papel irrelevante de España en la esfera internacional.
Respecto a los aviones del Ejército que evacuarán a los españoles, el primero A400M aterrizó ayer en Dubái, y la salida del segundo se retrasó ocho horas sin que Exteriores ni Defensa hayan aclarado los motivos de este retraso, más allá de incidir en las «difíciles condiciones de la evacuación».
Los dos aviones esperarán ahora en Dubái a recibir los permisos para volar a Kabul y poder proceder a la evacuación propiamente dicha de los españoles que quedan en el país –seis– así como el personal de la Embajada y los afganos que asistieron a las tropas y cooperantes españoles en los últimos años.
Por ahora el Gobierno no ha dado cifras de cuántas personas está previsto evacuar, aunque sí se contempla que haya que realizar varios vuelos y que estos dos sean los primeros de la operación. Tampoco se han ofrecido plazos temporales sobre cuándo podría producirse la evacuación, que depende de la situación en el aeropuerto y de obtener los permisos pertinentes. Tanto el embajador saliente, Gabriel Ferrán, a quien debía suceder Ricardo Losa nombrado el pasado 3 de agosto, como su «número dos» se encuentran ya en el aeropuerto de Kabul, al igual que los españoles y el personal de la embajada, mientras que solo algunos traductores han podido llegar hasta el recinto y el resto estarían en sus casas a la espera, según detalló Ep.
La improvisación en el operativo español hace que España esté a la cola en la repatriación de su personal. Varios países europeos ya realizaron algunos vuelos para evacuar a sus nacionales así como a personal diplomático y afgano, como Reino Unido, Alemania, Francia o Italia, al igual que Estados Unidos.
Por otro lado, respecto a los afganos que puedan llegar a España, el ministro de Seguridad Social, Inclusión y Migraciones, José Luis Escrivá, apuntó que todo está «ya preparado para darles una acogida digna». Regiones como Cataluña, Castilla-La Mancha, Baleares, Aragón, Comunidad Valenciana o País Vasco o ciudades como Madrid ya mostraron su disposición. Además, España se ofreció ayer a sus socios de la Unión Europea para recibir a los ciudadanos afganos que han trabajado para el bloque para que luego sean repartidos entre los países.
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