En trámite

Vox presenta una enmienda de devolución de la “inmoral” Ley de Memoria Democrática

La Fundación Franco considera que el partido de Abascal está “en sintonía” con su posición

El portavoz de Vox Congreso de los Diputados, Iván Espinosa de los Monteros. A su lado, Santiago Abascal y Margarita Olona
El portavoz de Vox Congreso de los Diputados, Iván Espinosa de los Monteros. A su lado, Santiago Abascal y Margarita OlonaEduardo ParraEuropa Press

Vox, que acaba de presentar en el Congreso una enmienda de devolución de la Ley de Memoria Democrática, hace así “oficial” el respaldo que esperaba la Fundación Franco, en el punto de mira del Gobierno para su ilegalización. “Estamos en absoluta sintonía”, asegura Juan Chicharro, su presidente ejecutivo, que confiaba en el apoyo del partido de Santiago Abascal.

La enmienda contra un texto “inmoral y posiblemente ilegal”, en palabras de Iván Espinosa de los Monteros, diputado y portavoz en la Cámara Baja, hace hincapié en el “esfuerzo de reconciliación y adaptación” que se hizo en España durante la Transición y sobre cómo “derecha e izquierda convinieron tácitamente no arrojarse a la cara las culpas y crímenes de los años 30, prefiriendo centrarse en la construcción de un futuro de concordia”. “Nosotros no vamos a enmendar la plana a nuestros abuelos”, aseguraba después Espinosa de los Monteros en rueda de prensa, para quien ese “perdón mutuo es el que esta ley pretende eliminar”, porque “se pretende invisibilizar a aquellas víctimas asesinadas por la izquierda, estableciendo una terrible distinción entre muertos de primera y de segunda”.

La presentación de esta enmienda ha sido recibida de buen grado en la Fundación Franco. “Se confirma que en relación con este asunto estamos en absoluta sintonía con ellos”, asegura su presidente, que tuvo constancia el pasado mes de julio de la intención de Vox de llegar hasta el final. “Estamos preparados para resistir el ejercicio del poder totalitario; para recurrir al TC esta ley inconstitucional y preparados para levantar todo lo que tumben; derogar cualquier ilegalidad que aprueben, y volver a construir todo lo que derriben, incluso la cruz más grande del mundo”, dijo entonces Abascal.

El general Chicharro considera que “la memoria es algo subjetivo e individual. La historia es ciencia y por tanto objetiva. Tildarla de democrática es simplemente ideología: conocimiento interesado y falso”.

Reprocha el veterano militar la cesión del Gobierno ante sus socios separatistas e independentistas, por el hecho de que sean “los mismos” que “propician” esta Ley de Memoria Democrática –“recordando víctimas de hace 80 años”–, quienes “dialogan, negocian y pactan con los asesinos de ETA”. Su conclusión es que “no tienen ni capacidad ni criterio moral para hablar de una reconciliación sobre hechos de hace casi un siglo”.

En opinión del presidente de la Fundación Franco, “esta Ley solo busca dividir y enfrentar españoles con el único objetivo de obtener réditos electorales. Es totalitaria y sectaria. Los españoles tienen que ser conscientes que vulnerar los derechos de quienes no piensen como ellos es absolutamente inconstitucional y guerracivilista”.

En su tramo final, la Ley de Memoria Democrática llegará al Congreso en unos meses, a finales de este año o primeros de 2022. La norma contiene medidas polémicas como la “resignificación” del Valle de los Caídos, la propia ilegalización de la Fundación Franco o el delito de apología del franquismo.

“Con Ley o sin Ley nunca lograran que defendamos nuestro derecho a contar la verdad histórica sobre quién fue y que significó para España Francisco Franco en momentos cruciales de nuestra historia”, concluye Chicharro.

“Sí a Lorca, no a Ramiro de Maeztu”

La enmienda de devolución de Vox recuerda que “el proyecto de Ley implica que podrá conmemorarse a García Lorca, pero no a Ramiro de Maeztu, a José Antonio Primo de Rivera o a Melquíades Álvarez (expresidente del Congreso y fundador del Partido Republicano Liberal-Demócrata); sí a los fusilados por Queipo de Llano, pero no a los ejecutados en Paracuellos o los centenares de asesinados en los “trenes de la muerte” de Jaén, o en los “barcos de la muerte” de Santander o Bilbao. Sí a las “Trece Rosas”, pero no a las enfermeras de Somiedo (las tres voluntarias falangistas violadas durante toda una noche y fusiladas al amanecer) o las hermanas Dolores y Consuelo Aguiar, que sufrieron la misma suerte. Se podrá exaltar al golpista Lluis Companys, pero no al carmelita Manuel Alcaraza, a quien arrancaron las costillas una a una antes de darle muerte, y a los otros 6.800 sacerdotes y monjas asesinados, a menudo entre horribles torturas, por su condición de tales”.