Defensa

Así es el escudo antimisiles europeo que promueve Alemania

Berlín propone a otros países sumarse a un sistema de defensa aérea para abaratar costes y aumentar la seguridad ante posibles ataques rusos

Misil Arrow 3
Misil Arrow 3IAI

A principios del pasado mes de septiembre, el canciller alemán, Olaf Scholz, en un discurso pronunciado en Praga, hizo hincapié en la necesidad de mejorar la defensa europea contra posibles amenazas aéreas. Por ello, en el marco de ese aumento de la inversión militar de Alemania tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia, anunciaba su intención de potenciar esa defensa a través de un escudo antimisiles europeo que se conoce como “European Skyshield”. Sería un complemento al sistema de Defensa de la OTAN, que cuenta con una “pata” en la base española de Rota, y al que invitó a unirse a sus vecinos y otros aliados. Entre ellos a España, aunque el Gobierno lo ha negado.

Y es que Berlín considera que un sistema desarrollado conjuntamente para toda Europa sería más barato y eficiente que uno por cada país y reforzaría esas capacidades de la Alianza Atlántica. Y, sobre todo, porque es muy difícil para una economía desarrollarlo en solitario. Eso sí, Scholz avisó de que Alemania realizaría una importante inversión en este sentido y que diseñaría esa defensa desde el principio, abriendo la puerta a la adhesión de otros países europeos.

Así, la propuesta alemana sería la de imitar la “red” de sistemas del escudo antimisiles de la OTAN -sirviéndose incluso de alguno de los ya existentes- y aprovechar las medidas de defensa con las que cuenta cada país (radares, sensores y misiles interceptores de diferentes cotas en tierra o buques) para sumarlas y ponerlas al servicio de todos los europeos. Todo, gestionados desde un sistema “central” capaz de coordinarlos y facilitar la interoperabilidad.

Misil “Arrow 3″

El peso de este proyecto de escudo antimisiles europeo recaería en Alemania, que tiene la intención de adquirir el sistema de defensa contra misiles balísticos israelí “Arrow 3″, capaz de detectar, interceptar y neutralizar misiles fuera de la atmósfera. Un equipamiento, que ronda los 2.000 millones de euros, que incluye un potente radar y un moderno sistema de control y combate.

Y en esta red entran en juego no solo sus países vecinos y más cercanos, como Polonia, Países Bajos, República Checa, Eslovaquia o las repúblicas bálticas, a quienes se dirigió Scholz expresamente en su intervención, sino también a otros, como es el caso de España. Los motivos: su situación estratégica y su pertenencia al escudo antimisiles de la OTAN albergando los destructores de EE UU en la base naval gaditana de Rota (de ahí que el canciller apuntase que sería un ejemplo del refuerzo del pilar europeo de la Alianza). Sin olvidar, entre otros, las fragatas españolas F-100 y su sistema de combate AEGIS (el mismo que el de los destructores) con su radar multifunción SPY-1D.

Si nuestro país acepta finalmente incorporarse a este proyecto, se sumaría a otros programas conjuntos en los que trabajan ambos países desde hace tiempo. Uno de ellos, muy relacionado con este asunto, es el programa “Hydef”, liderado por empresas españolas y alemanas para el desarrollo de un interceptor europeo de misiles hipersónicos. Además, ambos forman parte (junto a Francia) del proyecto del sistema que integrará el caza del futuro (FCAS/NGWS), actualmente bloqueado, y recientemente firmaron un acuerdo para mejorar la interoperabilidad de sus flotas de Eurofighter.