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El PSOE retrasa la aprobación de la ley trans una semana más
Los socialistas «exigen legítimo respeto» y critican las «presiones injustificadas» que están recibiendo. Podemos no se fía y pone fecha: el 18 de noviembre
La ley trans sigue sumando capítulos de discrepancia en el seno del PSOE y de la coalición de Gobierno. Después de que la semana pasada se desatase la polémica por la ampliación del plazo de enmiendas a la norma, el PSOE decidió este martes promover una nueva prórroga –de una semana más–, lo que, en la práctica, supone un retraso añadido en su tramitación. Fuentes socialistas confirman a este diario que será ya el lunes cuando el partido presente las modificaciones que quiere introducir en la ley y que buscan «mejorar» el texto. Aseguran que el partido está «haciendo un trabajo complejo y riguroso que requiere tiempo».
En Moncloa asumen que la norma salió con deficiencias del Consejo de Ministros y aspiran a solventarlas en el trámite legislativo para dotar de mayor «seguridad jurídica» y «garantías» a una ley que, anticipan –y el PP ya ha confirmado– que tendrá que enfrentarse a recursos de inconstitucionalidad, porque «va a tratar de impedir que salga adelante por todos los medios».
En el PSOE restan trascendencia a lo que supone una semana en el calendario, –es la tercera vez que amplían el plazo para presentar enmiendas– si con ello se consigue la solvencia jurídica suficiente que la ley requiere. De hecho, reivindican que «el poder legislativo tiene sus tiempos y la obligación del resto de poderes es respetarlo». En un claro mensaje a sus socios de coalición, «exigen legítimo respeto» y recuerdan que «la ampliación del plazo de enmiendas se aprueba por mayoría y no es decisión exclusiva de ningún grupo parlamentario», mientras critican las «presiones injustificadas» que están sufriendo en el discurrir de la tramitación de la ley.
La norma ha abierto en canal al partido, con un enfrentamiento público dentro del feminismo, cuyo ala clásica cuestiona la determinación de género que recoge el texto que salió del Consejo de Ministros. Sin embargo, fuentes socialistas ya anticiparon la semana pasada que no está previsto que sus cambios toquen lo «mollar» del contenido de la ley, por lo que quedará viva la autodeterminación de género. Sí está previsto que se modulen cuestiones como la equiparación de la violencia intragénero con la violencia machista.
Un extremo en el que sí existe consenso dentro del PSOE y sobre el que se espera llegar también a un entendimiento con Podemos, quien de momento no ha puesto objeciones sobre este punto. Sin embargo, desde el Ministerio de Igualdad aseguran a este diario que su socio de coalición no les ha trasladado, por ahora, las enmiendas que van a presentar al texto a fin de poder consensuarlas en el seno de la coalición, algo que molesta en Podemos, ante la falta de tiempo para reaccionar y estudiar conjuntamente las enmiendas.
La propia ministra de Igualdad, Irene Montero, ya mostró la semana pasada su «preocupación» por el retraso en la tramitación de la ley y la amenaza de que esta no esté lista antes de final de año. Y es que tanto la ley trans como la reforma de la ley del aborto avanzaron con el compromiso de la coalición de tramitarse por la vía de urgencia para reducir los trámites parlamentarios. En Podemos el enfado es mayúsculo y denuncian el incumplimiento del acuerdo dado a la par que se reabre una nueva brecha en la coalición por una de las leyes bandera de los morados.
Así, el grupo parlamentario ha decidido proponer al PSOE y al resto de partidos un calendario de tramitación, que incluya la finalización del periodo de enmiendas el día 2 de noviembre y la finalización de la ponencia el 18 de noviembre, con el objetivo de que la ley esté aprobada antes de que finalice el año, según fuentes de Igualdad. En el ministerio se analiza que la decisión del PSOE de retrasar la ley afecta de lleno a las personas trans que ven «en riesgo la aprobación de una ley que reconoce sus derechos». Avisan a su socio de que la norma «no puede sufrir más retrasos» y que no permitirán «recortes en derechos» respecto al pacto que salió del Consejo de Ministros.
Por su parte, los socialistas censuran las «prisas» de Podemos y critican el excesivo «cálculo electoral»de sus socios de coalición, que presionaron para tener el anteproyecto aprobado en Consejo de Ministros coincidiendo con el Día del Orgullo, aunque había flecos del texto todavía por pulir. En el PSOE sí reconocen que los morados han acabado capitalizando esta cuestión y lamentan haber cedido la bandera de los derechos sociales, cuando su partido siempre ha estado a la vanguardia. Esto, sumado al «espectáculo» vivido dentro de las filas socialistas obligó al propio Pedro Sánchez a intervenir para poner orden.
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