
Los ataques a Israel
Crisis en Moncloa para salvar la seguridad nacional
El proyecto se retrasa porque Sánchez busca cómo introducir excepciones en materias sensibles como el CNI. Tensión en Defensa e Interior

No es la primera vez que el presidente del Gobierno es víctima de su premura. Pedro Sánchez anunció hace más de una semana que su gabinete aprobaría con «urgencia» un decreto que consolidará jurídicamente el embargo de armas a Israel.
La norma establecerá la prohibición legal y permanente de comprar y vender armamento, munición y equipamiento militar a Tel Aviv. El anuncio del presidente, en una comparecencia en Moncloa, fue una improvisación.
En plata: un ejemplo más de cómo los ritmos de la estrategia política del líder socialista y los golpes de efecto que busca para movilizar a la izquierda no son los del BOE, mucho más lento y problemático. Fuentes gubernamentales admiten a LA RAZÓN que el Gobierno, ante un decreto «complejo técnicamente», planteará «excepciones».
Aunque estas mismas fuentes aseguran que la determinación de Sánchez de romper con Israel todo lo posible sin dañar la seguridad nacional «es total». La Abogacía del Estado lleva varios días estudiándolo.
El debate dentro del Ejecutivo está en los ministerios de Defensa e Interior, los más sensibles a la ruptura de relaciones comerciales con el Gobierno de Benjamín Netanyahu, por ser los que más contratos de prestación de servicios tienen firmados con empresas israelíes o vinculadas a Israel de alguna forma.
Y más específicamente, según ha sabido este diario, en si la norma afectará o no al CNI y cómo lo hará. No es ningún secreto a voces que el servicio de inteligencia recurre a equipos israelíes para su actividad, sobre todo en el ámbito de la ciberinteligencia, la vigilancia y la interceptación de comunicaciones secretas.
Cabe recordar que en la agencia aún escuece el escándalo del software espía Pegasus, desarrollado por NSO, que terminó provocando la salida de Paz Esteban como responsable de la inteligencia española. El lío técnico es de los gordos, porque en las decisiones se cuela la moral. Las fuentes consultadas se afanan en detallar la dificultad de situar el límite en el reglamento, donde está el nudo gordiano.
Por ejemplo, el Ministerio de Defensa formalizó en 2023 un contrato por valor de 16,5 millones de euros a Palantir, una tecnológica estadounidense especializada en software de procesamiento masivo de datos. El programa está orientado a la seguridad y la defensa y utiliza inteligencia artificial.
El problema es que desde ciertos sectores de la izquierda se acusa a esta empresa de proporcionar contrainsurgencia al ejército israelí para su operación en Gaza. Y así con decenas de contratos que toca escudriñar uno a uno. De ahí que se haya retrasado más de la cuenta, aunque.
Israel cuenta con una de las industrias de defensa y seguridad más avanzadas del mundo, y algunos de sus productos, tanto equipos, como sensores o software, son fundamentales para la mayoría de los países de la OTAN.
Y España, claro, no es una excepción: hace décadas que se han firmado contratos de prestación de servicios en las plataformas y sistemas tanto de las Fuerzas Armadas como de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado dependientes del Ministerio del Interior. Fuentes gubernamentales explican que se están esforzando en dejar un decreto lo más completo posible. También admiten presiones del sector de la inteligencia militar y de los socios del Ejecutivo.
De hecho, Izquierda Unida apretó ayer a Sumar y exigió que los ministros a las órdenes de Yolanda Díaz planten a Sánchez y no acudan a la reunión de los miembros del Ejecutivo del próximo martes hasta que el decreto no sea una realidad.
El presidente del Gobierno, asesorado por su equipo, está inmerso en una guerra diplomática con Israel. El boicot a La Vuelta, que terminó de manera abrupta el domingo en Madrid entre cargas policiales, ha elevado la tensión entre ambos países a niveles sin precedentes.
El líder socialista ha dinamitado cuatro décadas de relaciones con Tel Aviv. Encima de la mesa está el cálculo electoral. Moncloa cree haber encontrado la fórmula para movilizar a los votantes progresistas.
La cuestión de Oriente Medio desata las pasiones de la izquierda sociológica y el presidente, que busca crecer por su flanco izquierdo, está dispuesto a seguir agitando la calle en favor de la causa palestina. Fuentes gubernamentales explican que el decreto, previsiblemente, estará listo la semana que viene: «Es complejo para hacerlo correctamente».
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