Festival de San Sebastián
"Dar más voz a los asesinos que a las víctimas es muy hiriente"
Lucía Ruiz tenía 11 años cuando ETA voló la casa cuartel de Zaragoza y carga contra Josu Ternera: "¿Está justificando matar a cualquier precio?"
El Festival de San Sebastián arrancó el viernes con la proyección de la polémica entrevista de Jordi Évole al etarra Josu Urrutikoetxea, «Josu Ternera» el exjefe de ETA, que ahora quiere borrarse el apodo que él mismo se puso.Policías, guardias civiles y víctimas del terrorismo de distintas asociaciones firmaron un comunicado oponiéndose «rotundamente» a la entrevista y pedían frenar su emisión por «humillarlas». Sin embargo, la Fiscalía consideró que formaba parte de la «libertad de expresión».
Durante toda la entrevista, dicen los que estuvieron en la grabación, «Josu Ternera» estaba obsesionado con que no le llamaran así». «No me llames Ternera», de hecho, es el título de la entrevista documental en la que Jordi Évole le enfrentó a imágenes de los atentados terroristas en los que él habría estado implicado. Sin embargo, no hubo ningún arrepentimiento, ni pena, y despacha los crímenes con un: «Los guardias civiles que murieron ya sabían cuál era su función. ¿No decían todo por la patria?»
«Josu Ternera» está procesado por el atentado contra la Casa Cuartel de Zaragoza donde fueron asesinados 11 personas: tres guardias civiles y ocho familiares de los cuales, seis, eran menores. Otras 88 personas resultaron heridas después de que accionaran el coche bomba con 250 kilos de amonal. El que fuera jefe de ETA huyó el día que fue citado a declarar como «autor intelectual» de este atentado siendo portavoz de la comisión de derechos humanos del Parlamento Vasco por Euskal Herritarrok, la marca de la izquierda abertzale de entonces.
Lucía Ruiz tenía once años cuando la banda terrorista quiso asesinarla. Vivía en la casa cuartel de Zaragoza y estaba en su habitación cuando la pared se le vino encima tras la explosión y quedó sepultada. Recuerda cómo, su padre, con el uniforme y las botas aún sin abrochar, entró en su habitación para comprobar que estaban bien y comenzó a sacarles de allí.
A Lucía nadie le ha llamado para decirle que iban a hacer una entrevista a «Josu Ternera», tampoco le han invitado a verlo, se enteró por la prensa y por la AVT. ¿Y verá la entrevista? «La voy a ver sola –en Netflix–, cuando salga, porque como sé que me cabrearé, la apagaré, la volveré a poner... Estoy convencida de que será así porque cuando le grite a la televisión no me va a oír...».
"No le quiero oír hablar"
Dice que si ella hubiera estado en el papel de Évole no le habría preguntado nada a Ternera porque «yo no lo hubiera entrevistado. En el único sitio donde yo quiero oír hablar a Josu Ternera es delante de un juez, en la Audiencia Nacional. Jamás me hubiera sentado con él en ningún lado».
Lucía Ruiz considera que «alguien que tiene causas pendientes con la justicia no es de recibo que se le entreviste en ningún medio de comunicación» y cree que, darle difusión a una persona clave en la organización terrorista ETA y huido de la justicia española «me parece que no es de recibo».
Sabía que en esa entrevista no habría ninguna confesión del exjefe de ETA sobre su participación en el atentado contra la casa cuartel. «¿Está justificando matar a cualquier precio? No me cabe en la cabeza». «Me parece que el hecho de confrontarle ante los atentados que hizo es una manera de que pueda justificar lo que él hizo. No me sirve, es un asesino y no me sirve. Está condenado a más de 2.000 años de cárcel». Para Lucía todo forma parte de una «operación de blanqueo, no sólo a la banda terrorista, sino también al propio Ternera y con ella contribuye quien le entrevista».
Y ¿por qué Josu Ternera? La niña que fue sepultada entre escombros en la casa cuartel de Zaragoza lo tiene claro: «Es una figura clave. Sin haber visto aún la entrevista el hecho de pedir que no le llamen Ternera me parece un blanqueo». Considera que la estrategia es «mostrar otro relato que no sea el de las víctimas, ese debería ser el relato que vea la luz. Cada víctima tenemos una opinión diferente» –en referencia al escolta herido que sale en el documental– .
Ha sentido «mucha rabia. Es como abrir de nuevo la herida, el hecho de que se le dé más voz a él que a las víctimas del terrorismo es hiriente». «Me da mucha rabia que se dé más voz a los asesinos que a las víctimas». Que se emita en una plataforma que ven muchísimos jóvenes le preocupa: «Puede que se queden con una sola parte de la historia».
Sobre las veces que Ternera se ha querido desvincular del atentado que les costó la vida a sus amigos de la casa cuartel, asegura: «Me cuesta entender que en una organización terrorista el jefe no se entere de lo que vaya a ocurrir», y no espera que ayude a resolver ningún crimen.
Confesión "amnistiada"
El que fuera jefe de ETA, Josu Ternera, confiesa en la entrevista de Jordi Évole su implicación en uno de los asesinatos en los que aún no figuraba: el del alcalde de Galdácano, Víctor Legorburu, un atentado que fue amnistiado y por cuya confesión no tendrá ninguna consecuencia penal. ETA había exigido la dimisión de todos los alcaldes del País Vasco y el día que cumplía el plazo, le asesinó tras emboscarle junto a dos policías que ejercían de su escolta. -Uno de ellos resultó herido con graves secuelas-.
El hijo de Legorburu no sabe si al verlo querrá hablar porque «no sirve de nada». «Sé que no me va a gustar».
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