Congreso Nacional del PP

Un PP desatado unge a Feijóo presidente del Gobierno

El líder de la formación se compromete a conseguir "diez millones de votos" en las próximas elecciones generales para llegar a la Moncloa en solitario

Feijóo: "Si no conseguimos el cambio, hemos fracasado"
Núñez Feijóo, este sábado en el Congreso Nacional del PP.Gonzalo Pérez

Terminó la segunda jornada del XXI congreso nacional del Partido Popular con el ánimo desatado entre la dirigencia de la formación, que asistió a un doble ceremonial. En remoto, el funeral de Pedro Sánchez, en Ferraz. En vivo y en directo, la canonización de Alberto Núñez Feijóo, al que los suyos (con un 99,24% de apoyos) ya han ungido... presidente del Gobierno. Antes incluso de que se celebren las elecciones generales en España. El cónclave de los populares hasta contó con un humorista canario que pidió «un minuto de silencio» por el alma de Sánchez.

Entrada la tarde, pronunció el primero de sus discursos todavía como candidato a la reelección. Nada más tomar la palabra, aclaró que el objetivo de esta cita no es reconstruir una organización política destrozada por las cuitas internas, como sucedió en 2022, sino «reconstruir España». A partir de mañana, su meta final será la Moncloa, nada más y nada menos. «Estamos aquí por el cambio desde el Gobierno de España, es lo que toca y si no conseguimos el cambio hemos fracasado este congreso por muy bien que salga», proclamó. Para amarrar el poder, volvió a invocar la cifra mágica que tiene en su cabecera: «Diez millones de votos».

Una mayoría social que todavía no refleja la demoscopia. De ahí el decálogo de compromisos que detalló para persuadir a votantes de izquierda, centro y derecha. Desde una «centralidad política» que, aclaró, «no es indefinición, sino ambición». No se trata de «prescindir ni de ideología ni principios».

Para dar credibilidad a sus intenciones, se comprometió a «un cambio de raíz en España», mucho más ambicioso que «un cambio de siglas» en la sede de la presidencia. Y para diferenciarse de su rival, insistió: «No vamos a ser nunca el partido que nuestros adversarios quieren que seamos. Conmigo España no está ni estará en venta». Lo más parecido a una línea roja a los nacionalistas. «Somos el único partido que no negocia, ni negociará con la unión entre españoles».

También evocó a Adolfo Suárez, con su «puedo prometer y prometo» para afirmar: «Yo sí tengo palabra, y la cumplo». Al igual que el grueso de la parroquia pepera, Feijóo dio por sentado que en la siguiente cita con las urnas logrará descerrajar las puertas de la Moncloa con un éxito rotundo. «Los vamos a arrasar», auguró.

El contraste entre la euforia del PP y el drama del PSOE

El de ayer fue un día de contrastes en la política nacional. Lágrimas en Ferraz. Lágrimas en Ifema. No podía contener el llanto la ministra Isabel Rodríguez mientras hablaba Pedro Sánchez en el comité federal del PSOE más amargo que se recuerda en mucho tiempo. Le pasaba lo mismo a Dolors Montserrat, que lloraba de la risa mientras hablaba Abrahán Gómez González, el cómico «en territorio apache» que se coló en el plenario del congreso pepero porque los del «pis», ejem, los del «CIS», le habían encomendado hacer «una encuesta» para luchar «por el relato» a cambio de «una mordida».

Humor en aguas populares como contrapunto del drama que atraviesan los socialistas. A las once de la mañana se reanudó la cita orgánica con la no votación de las enmiendas a las ponencias. Por primera vez, no había objeción ni debate. Milagro.

A esa misma hora, el PSOE comunicaba que Francisco Salazar, que iba para número dos de Organización, la cartera que ocupaba el presidiario Santos Cerdán -por encabezar presuntamente una organización criminal-, daba un paso atrás por un posible caso de acoso sexual. Más estopa para la hoguera de los escándalos.

La mayoría de dirigentes populares estuvieron más pendientes de las pantallas de sus teléfonos, donde echaban un ojo a lo que sucedía en la sede de los socialistas, que de los discursos de su partido.

Intervinieron los encargados de redactar las dos ponencias. Entre ellos, Juanma Moreno, presidente andaluz, que echó unos cuantos puñados de sal a la herida por la que se desangra el PSOE. Dijo que hay «un problema con la relación» entre los cuadros socialistas «y las mujeres».

El presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, habló de un «fallo multiorgánico de Sánchez» frente a un PP que es «garantía de estabilidad, de eficacia y de calidad». Si unos «están ahogados en sus escándalos y sujetos por alfileres», el PP de Feijóo, presumió, «piensa en los españoles y en construir un progreso económico y social».

Después, en el mismo escenario en el que un ramillete de voces alertan desde el viernes del momento más crítico para la democracia española desde la Transición irrumpió... el monologuista, con gorra roja. Club de la comedia para amenizar una mañana festiva. «Estoy feliz de estar en la comité por Pedro, que es gran amigo mío. ¿Y Puigdemont? ¿Puchi? ¿La pájara?». Algunos de los presentes se miraban atónitos con la performance. Pero «toca fiesta» aclara un diputado.

Si el pasado miércoles, en las páginas de LA RAZÓN, el líder del PP europeo, Manfred Weber, advertía de que la posición de Sánchez en Europa es de «extrema debilidad», Feijóo recibió ayer el respaldo de distintos mandatarios internacionales. En persona, el primer ministro portugués, Luis Montenegro. Desde la distancia, a través de un vídeo: la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola; el primer ministro alemán, Friederich Mertz; el primer ministro polaco, Donald Tusk, el vicepresidente italiano, Antonio Tajani, y otros tantos más.

También intervino Miguel Tellado, próximo secretario general, que matizó que el PP no elige «al próximo presidente del partido, sino al próximo presidente del Gobierno». Si en 2023, la victoria se frustró por cuatro votos, aseguró que «no se va a repetir» algo parecido. «Que nadie crea que nuestro objetivo son cuatro escaños más, nuestro objetivo son cuarenta». Y miró a Ferraz: «Un velatorio, más que un Comité Federal celebran un Comité Funeral con Sánchez de cuerpo presente».