Estrategia

Génova se revuelve contra el “despropósito” de la mesa de trabajo que ahora ofrece Sánchez

Moncloa intenta distraer la atención hacia una oferta de pactos de Estado que inhabilita su negociación con Puigdemont

 La entrevista que ayer hizo Susanna Griso al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en Espejo Público, Antena 3, fue el marco desde el que Moncloa puso en marcha el experimento de su nueva estrategia para intentar crear un marco más favorable para Sánchez en un contexto político duro y en el que lo peor de la negociación con los independentistas está por llegar, y no ha sido el pacto de investidura. La semana que viene se celebrará en el Congreso el primer debate sobre la ley de amnistía y los grupos también han incluido en el orden del día el debate sobre la creación de las polémicas comisiones de investigación que los socialistas acordaron abrir con los independentistas catalanes.

Los ideólogos presidenciales, en un nuevo giro de guion para dar sentido a la estrambótica mesa de negociación con Puigdemont bajo verificación internacional, y también con Oriol Junqueras, echaron a rodar, en la entrevista de Susanna Griso, la propuesta de crear otro grupo de trabajo con el PP para hablar de pactos de Estado. Puede sonar a broma, viniendo de donde viene el jefe del Ejecutivo, pero él lo defendió con toda solemnidad. Para Génova no es más que otro “despropósito” que hoy, cuando toda la política de España se decide en Ginebra, y depende de quien todavía es un prófugo de la Justicia, Sánchez lance esta idea para tratar de crear un nuevo marco comunicativo a fin de “blanquear” su negociación con Puigdemont.

El valor que los populares dan a esta propuesta es “cero”, una “maniobra más de distracción”, y que, a juicio del PP, refleja que Sánchez no tiene límites en defender una cosa y la contraria. La amnistía y la negociación clandestina en Ginebra inhabilitan al presidente para plantear una mesa de trabajo con el partido que ganó las elecciones, insisten en la cúpula del PP. “No hay camino intermedio entre Puigdemont y nosotros. No puedes estar negociando la ruptura de España en una mesa y sentarte en otra para convencer a los españoles de que eres un gran estadista”, añaden las mismas fuentes.

El PP recibe con absoluto escepticismo estos llamamientos al acuerdo por parte de Sánchez, y hasta anticipan que si no está dispuesto a cambiar el sistema de elección de los jueces, que se ahorre la llamada para convocar a Feijóo a una reunión en Moncloa sobre la renovación pendiente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).

Sánchez es un hábil estratega y con este movimiento lo que busca es sacudirse parte del coste que conlleva su pacto con los independentistas y generar la sensación de que es el hombre del diálogo, que se presta a buscar nuevos formatos para desarrollarlo, creando mesas extraparlamentarias, mientras que vincula a la derecha con el ruido y la crispación. Es una tarea complicada porque Sánchez está sentado en un polvorín con socios enfrentados entre ellos, y en el que hasta la izquierda se ha roto con la salida de Podemos de Sumar.

Tras escuchar la entrevista en Antena 3, fuentes de la dirección popular mostraron también su extrañeza porque el presidente del Gobierno plantee para el PP lo mismo que para Junts y Esquerra. Asimismo, recordaron que la reforma del artículo 49 de la Constitución, para suprimir el término “disminuido”, está supeditada a que los socios del PSOE no exijan un referéndum constitucional y esto no lo puede asegurar el presidente del Gobierno. Y resaltaron la intranquilidad que les provoca la falta de contundencia de Sánchez a la hora de negar un referéndum en Cataluña, “así que ya podemos presuponer que será lo próximo”.

Todos estos mensajes confirman que la posibilidad de que fructifique algún tipo de acuerdo entre PSOE y PP en la legislatura de la amnistía es cercana a cero. En su propuesta de comisión de trabajo con el PP Sánchez incluyó la financiación autonómica, si bien ya hay un marco institucional para que se afronte ese debate, que es el Consejo de Política Fiscal y Financiera, y, además, en la “mesa” de Ginebra está también la discusión, en modo bilateral, de la financiación de la Generalitat, con la propuesta de pacto fiscal y de condonación de la deuda.

Por otra parte, Sánchez introdujo en su argumentario la idea de que Feijóo también habría concedido la amnistía a los encausados por el “procés” si los hubiera necesitado para gobernar tras el 23J, como le ha ocurrido a él. “Si el PP dependiera de los votos de Vox y dependiera de los nacionalismos periféricos para ser presidente del Gobierno habría aprobado la ley de amnistía”, apostilló, después de haber insistido en que en España sí existe “lawfare” (persecución judicial por ideología).