A fondo

Inmigración: la espada de Damocles que amenaza al Gobierno

El récord de llegadas a Canarias en enero anticipa un año caliente. El Ejecutivo carece de un plan específico para frenar el fenómeno

La inmigración en 2023
La inmigración en 2023La Razón

Cuenta la leyenda que en la antigua Grecia existía un rey llamado Dionisio II de Siracusa. Uno de sus cortesanos, Damocles, quiso saber qué significaba el poder. El rey Dionisio aceptó y lo colocó en su trono, rodeado de lujos y placeres. Sin embargo, puso también una espada sobre su cabeza, sostenida únicamente por un cabello de caballo. Esta espada simbolizaba los peligros inherentes al ejercicio del poder. Nunca un presidente ha tenido tantas espadas colgando sobre su cabeza. La relación con la coalición, la amnistía y ahora la política migratoria, un área que se le atraganta al Ejecutivo y que le enfrenta con algunos de sus socios. 

El año ha arrancado con noticias preocupantes para el Ejecutivo. Las llegadas irregulares a Canarias están disparadas y han batido récord ya en la primera quincena del año; el Tribunal Supremo r ecientemente declaró ilegal la devolución masiva de menore s que entraron en Ceuta en 2021; los solicitantes de asilo que llegan a Barajas lo hacen en condiciones insalubres y, por si fuera poco, la agencia europea de fronteras amenaza con irse de España.

La Presidencia europea finalizó con el acuerdo para cerrar el Pacto sobre Migración y Asilo. Un logro que se selló tras años de negociaciones y que no convence a las ONG, que critican el trato que recibirán los más vulnerables hasta el punto de permitir no aceptar la acogida de migrantes a cambio de pagar 20.000 euros por cada persona que no quieran acoger en su país. Conseguía, de este modo, apuntarse un punto agridulce.

No importa el frío ni el estado del mar. El elevado número de llegadas irregulares a las costas canarias pronostica que la presión migratoria continuará poniendo contra las cuerdas al Gobierno central y, en especial, al autonómico de las Islas Canarias. Las cifras publicadas por el Ministerio del Interior correspondientes al periodo entre el 1 y el 15 de enero arrojan un escenario preocupante ante el incremento de llegadas al archipiélago. Solo en las dos primeras semanas del año, 3.678 inmigrantes han alcanzado el país de forma irregular, lo que supone un 285,9% más que hace un año, que en este mismo periodo registró 943 llegadas. Los datos se han disparado, multiplicándose por cuatro con respecto al año anterior. Analizadas con perspectiva estas cifras, revelan, además, un repunte preocupante en este arranque del año. Las llegadas en esta primera quincena pulverizan todos los récords anteriores desde que existen datos. Si en 2017 arribaron 13 personas, este año lo han hecho 3.480. De hecho, el histórico que abarca desde 2017 al presente año nunca antes había registrado tan elevado número de desembarcos. Así, las cifras del Ministerio del Interior, en su balance quincenal, muestran que en 2018 no se registró nunca llegada irregular durante los primeros días de año; en 2019, fueron 40; en 2020, un total de 320; en 2021 aumentó hasta los 1.069; en 2022 llegaron 790; el año pasado, lo hicieron 371 y, finalmente, este año, un total 3.480. Es decir, en los últimos ocho años se ha vuelto a superar por segunda vez la cifra de más de mil inmigrantes en el arranque del año. Esta avalancha de llegadas continuará tensionando los recursos de acogida del archipiélago, ya al límite tras varios años soportando niveles históricos de llegadas.

Paralelamente, este arranque de 2024 tiene la crisis de los solicitantes de asilo en Barajas como otro de los riesgos para el Gobierno, otra espada de Damocles que amenaza la estabilidad de la coalición. Allí, la situación de las alrededor de 350 personas está desbordando al Ministerio que dirige Fernando Grande-Marlaska, quien, entre improvisación e improvisación, trata de buscar una salida a la situación caótica en el interior de las salas. No se trata de un fenómeno nuevo, sino que lleva meses produciéndose, según fuentes policiales, pero que en las últimas semanas se ha desbordado.

No en vano, los datos reflejan un incremento de las peticiones de asilo. Si en 2021 se recibieron un total de 118.842, el año pasado aumentaron hasta las 163.218. La inestabilidad mundial, los conflictos por los recursos, la persecución por motivos ideológicos o por motivos de género empujan a los más vulnerables a abandonar su país, cueste lo que cueste, incluso en ocasiones la vida.

Además, en los últimos días el Ejecutivo tiene abierto otro frente. Se trata de la relación con la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas. Esta semana el diario «El País» publicó que amenaza con irse del territorio español. Según ese periódico, las autoridades españolas se resisten a firmar el plan operativo propuesto por esa agencia de la UE para 2024 y desde el miércoles pasado están suspendidas las operaciones contra la inmigración irregular en el Mediterráneo y Canarias, hasta que haya un acuerdo. En este nuevo frente, mientras el Ejecutivo habla de normalidad y quita el hierro a una hipotética retirada, el Gobierno canario insiste en que están «preocupados» porque el Frontex «salva vidas» y la «ruta atlántica» es «una de las rutas más mortíferas» que existe en el planeta, pues cada día pueden fallecer 16 personas, según los últimos datos de «Caminando Fronteras», que sitúa el pasado año como el más mortífero desde que comenzaron a tener registros, en 2007.

Paralelamente, existe una creciente preocupación por la llegada de menores no acompañados. De nuevo, el archipiélago canario es uno de los territorios más afectados por la medida. Las Islas ya tienen 5.603 menas bajo su tutela, por lo que exigen al Gobierno central que agilice las derivaciones a otras comunidades autónomas. Un asunto que se debatirá en la Conferencia Sectorial de Infancia de mañana y también durante la visita a Canarias de la ministra de Infancia y Juventud, Sira Rego, prevista para el próximo miércoles.

La preocupación por la inmigración crece en conjunto del continente europeo. Pasa a ser la segunda cuestión que más preocupa a los europeos y la cuarta a los españoles, según el último Euro Barómetro. En esta línea, los Veintisiete están pasando del «welcome refugees» de 2015 al control de fronteras. Desde países como Hungría, que han instalado vallas y que destacan por sus fuertes medidas restrictivas, a otras naciones como Alemania o Francia, tradicionalmente receptoras de inmigración, que están endureciendo las condiciones de asilo y las ayudas.

La inmigración, por lo tanto, es un fenómeno a tener en cuenta pese a que el acuerdo de Gobierno entre el PSOE y Sumar ignoró por completo esta cuestión. Con quien sí tiene un acuerdo es con Coalición Canaria, sin embargo, el chantaje independentista ha dejado de momento de lado la agenda canaria y una respuesta coordinada al fenómeno migratorio.