Viaje oficial
El Rey celebra su aniversario con los militares que protegen el flanco Este
El capitán general Borbón viaja a Estonia, Letonia y Lituania en plena escalada rusa para visitar a las tropas allí desplegadas y mantener encuentros institucionales
Don Felipe vuelve a visitar a las tropas desplegadas en el exterior. Llega hoy a Estonia, primera parada de un viaje oficial que le llevará también a Lituania y Letonia. En plena escalada rusa en Ucrania, el Mando Supremo de las Fuerzas Armadas mantendrá encuentros institucionales con los jefes de Estado y visitará las misiones militares que la OTAN tiene desplegadas en los tres países bálticos con presencia de militares españoles. Se trata de la tercera visita que Felipe VI hace a una misión desde que fue proclamado Rey y, por tanto, capitán general de las Fuerzas Armadas. La primera fue a Líbano, en el año 2015, yla segunda, a Irak, en 2019.
En esta ocasión, ha querido visitar tres misiones diferentes que comparten objetivo: ejercer de fuerza de disuasión en el flanco Este frente al desafío de Rusia. Realmente se trata de dos operaciones de la OTAN (Policía Aérea en Lituania y Presencia Avanzada Reforzada en Letonia) y una misión nacional de adiestramiento (Grupo de Combate «Dédalo») que, sin embargo, se integra en numerosos ejercicios multinacionales bajo bandera de la Alianza, los cuales contribuyen a esa disuasión y son una muestra de unidad aliada. Y esta última es, además, el mayor contingente que España tiene en el exterior en la actualidad. España contribuye a este fin por tierra, mar y aire, lo que supone un guiño del Monarca a los dos ejércitos y la Armada.
La gira comenzará a primera hora de esta tarde en Tallin, capital de Estonia, donde será recibido oficialmente por el presidente de la República de Estonia, Alar Karis, en el Palacio presidencial de Kadriog con honores militares. Tras un encuentro bilateral se trasladará hasta el Parlamento, donde será recibido por su presidente, Lauri Hassar. Después, en el puerto de la ciudad, el capitán general Borbón embarcará en el portaaeronaves «Juan Carlos I», uno de los cuatro que componen el Grupo de Combate «Dédalo», junto las fragatas «Blas de Lezo» y «Reina Sofía», y el buque de asalto anfibio «Galicia». Acaban de finalizar su participación en las maniobras «Baltops» de la OTAN y han hecho escala en este país. Allí, saludará a una representación de los más de 1.700 efectivos que integran este grupo de combate, que desde abril ha recorrido el Mediterráneo, el Atlántico y ahora, el área báltica participando en diferentes ejercicios con marinas aliadas. Una fuerza naval que incluye aviones «Harrier», helicópteros y un batallón reforzado de desembarco de Infantería de Marina. Este grupo naval estará desplegado hasta mediados del mes de julio.
Antes de abandonar el país, participará en una cena ofrecida en su honor, en la que pronunciará un discurso en el que previsiblemente volverá reclamar el fin de la agresión rusa y defenderá el respeto del Derecho Internacional y la Carta de Naciones Unidas.
Mañana lunes, llegará a Vilna, capital de Lituania, donde será nuevamente recibido con honores militares por su presidente, Gitanas Nauseda. Allí también pronunciará un discurso antes de participar en la ofrenda floral en el «Memorial de los asesinados que lucharon por la independencia de Lituania» en el cementerio de Antakalnis. Visitará también el Parlamento y se reunirá con su presidenta, Victoria Cmilyte. Durante su segunda jornada, Felipe VI se desplazará hasta la ciudad de Siauliai (Lituania), donde el Ejército del Aire es el encargado de proteger el espacio aéreo aliado, algo que hace con el destacamento «Vilkas», compuesto por unos 190 efectivos, ocho cazas F-18 y un avión de reabastecimiento. Desde el 1 de abril, España lidera esta misión de Policía Aérea del Báltico la OTAN (BAP), en la que nuestro país participa en diferentes periodos al año desde 2006 y de forma ininterrumpida desde 2015.
En todo este tiempo han sido numerosas las aeronaves rusas que han interceptado cuando volaban cerca del espacio aéreo aliado, en concreto por el corredor que cubre el trayecto Kaliningrado-San Petersburgo. Al hacerlo sin identificar, en los radares de la Alianza se muestran como una posible amenaza, por lo que los aviones de combate aliados han de despegar en menos de 15 minutos para interceptarles, identificarles y hacerles ver que están ahí como fuerza de protección.
La amenaza rusa
El Rey presenciará un simulacro de una amenaza de este tipo («Tango Scramble», en el argot militar). Aunque no sería extraño que viviese una real («Alpha Scramble»), algo que presenciaron en otras visitas el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, o la ministra de Defensa, Margarita Robles.
Al día siguiente continuará su mini gira en Riga, capital de Letonia, donde será recibido por el presidente de la República, Edgar Rinkevics. Volverá, de nuevo, a visitar el Parlamento y, además, se reunirá con la primera ministra del país, Evika Silna. Aquí hará una parada en el Museo de la Ocupación, un espacio para la memoria y contra el olvido. Tras el almuerzo oficial, en el que pronunciará unas palabras, el Rey visitará a los cerca de 620 efectivos que están desplegados en la ciudad de Adazi, en el marco de la misión de Presencia Avanzada de la OTAN (eFP), integrados en el batallón terrestre de la Alianza liderado por Canadá. Nuestro país contribuye desde 2017 a esta fuerza de disuasión aliada, a la que aporta también 80 vehículos (entre ellos carros de combate «Leopardo» y «Pizarro»), artillería pesada, una unidad de drones y una batería de misiles «Nasams» que protege la base aérea letona de Lielvardes, a apenas 170 kilómetros al oeste de la frontera rusa.
Así concluirá la primera visita del Jefe del Estado a las exrepública soviéticas, que se independizaron de la URSS en 1991 y pertenecen a la UE y a la OTAN desde 2004. Este viaje oficial se produce en un momento clave en el contexto geoestratégico tras más de dos años y medio de agresión rusa a Ucrania. En el tablero, de hecho, la importancia de estos países es crucial. La región del Báltico se ha ido consolidando sobre la base de la cohesión geoestratégica de Lituania, Letonia y Estonia, y su decidida pertenencia a la Unión y la Alianza Atlántica.
Otras misiones
Por eso también ese guiño a las Fuerzas Armadas españolas y su contribución a las misiones de la OTAN visitando estas fuerzas de disuasión en el flanco Este, que no las únicas a las que contribuye España. De hecho, en la actualidad la Armada también tiene en la zona del Báltico otro buque desplegado: la fragata «Almirante Juan de Borbón» con 227 efectivos, que desde enero y hasta mediados de julio lideran una de las cuatro agrupaciones navales permanentes de la OTAN, la de escoltas nº1 (SNMG-1). Se trata de unas fuerzas concebidas como la punta de lanza naval de la Alianza ante cualquier crisis. La Armada contribuye desde 2001 de forma ininterrumpida en diferentes periodos.
Pero los militares españoles también están desplegados en Rumanía con la Alianza Atlántica, donde vigilan el espacio aéreo del área del Mar Negro con un radar de alerta temprana.
Un país este en el que en septiembre se desplegarán más de 200 uniformados para integrarse en otro de los batallones terrestres de la Alianza. Y no será el único, pues a partir del 1 de julio nuestro país se pondrá al frente de otro de esos batallones, en este caso el de Eslovaquia. Y lo hará con un contingente de más de 750 militares, a los que acompañarán una unidad de helicópteros de ataque y de transporte y blindados que llevan varios meses en el país preparándose e integrándose con el resto de aliados que lo conforman.
✕
Accede a tu cuenta para comentar