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Mireia Borrás: de “Los juegos del hambre” a la moción de censura
La diputada de Vox asegura actuar siempre acorde a sus principios: “He recibido un gran apoyo de mis compañeros de partido”.
En un entorno extremo y hostil, en el archipiélago de Las Perlas, del Golfo de Panamá, rodeada de agrestes acantilados y animales salvajes, la diputada de Vox, Mireia Borrás, se retó a sí misma. En 2018 participó, durante un mes, en «La Isla», una «experiencia vital» que se estrenó el jueves en La Sexta. «Era el sumun para salir de mi zona de confort», dice en su presentación. Entonces trabajaba en una consultoría en Londres. «Siempre me ha gustado enfocarme en el esfuerzo y el reto continuo a mí misma». De hecho, destaca que, por ello, le gustan los deportes de riesgo y aventura. «Cuando me hablaron de esta experiencia real, que nada tenía que ver con un concurso o reality común y sí con un reto de supervivencia extrema en el que explorar tus propios límites, no dudé de querer formar parte de una experiencia así».
En una suerte de «juegos del hambre», reconvertida en una «Dora, la exploradora» –sin mochila morada, más bien verde–, destacó como gestora y administradora del agua, buscadora de recursos alimenticios y negociadora de consensos entre las 14 mujeres que concursaron en dicha experiencia.
Al principio, «se generó cierta confusión con algunos titulares que daban a entender que participaba ahora en una especie de reality». Aclara Borrás que «este programa –que no es «La isla de las tentaciones», sino un formato documental de supervivencia real– se grabó hace años y se emite ahora».
–¿Y qué le han dicho sus compañeros de partido?
–He recibido un gran apoyo del partido y de mis compañeros en todo momento. Me han mostrado un apoyo y un cariño que me recuerda la gran familia que es Vox.
Ante las condiciones adversas y supervivencia extrema, Borrás destaca que es ahí donde «uno se confirma a sí mismo cómo es realmente».
¿Y cómo es ella? Nacida en Madrid, emprendedora, licenciada en Económicas y Periodismo, con un máster en finanzas por la Universidad Carlos III. Es una enamorada de la naturaleza y entre sus «lugares favoritos», está la nieve, subir a lo alto de las montañas, las motos, el yoga, la inteligencia emocional...
Creyente, se encomienda a San Fausto –el santo de su tía Angelita–. Hizo un viaje en el que visitó la Casa de la Virgen María, un lugar del Éfeso donde la madre de Jesucristo pasó sus últimos años. Mireia Borrás depositó allí, entre las grietas de sus muros, un deseo. También se hizo eco de las palabras del sacerdote que celebró la última boda a la que asistió en septiembre en su cuenta de Instagram: «El ser humano es un misterio. No intentéis comprender todo el uno del otro, simplemente amaos. Cuanto más os améis, más os comprenderéis".
–¿Qué lección se lleva de su experiencia en «La Isla»?
–Creo que lo que mejor me llevo de esa experiencia es saber que los principios y valores que me enseñaron mis padres, y que me han permitido vivir todo esto con la máxima integridad y compañerismo posible, jamás flaquearon ante ninguna circunstancia».
La diputada de Vox trató de trasladar también esos valores a esa convivencia. «En un contexto tan duro como la supervivencia real, es imposible no mostrar tus verdaderos valores e ideas. Personalmente salí muy feliz por actuar siempre acorde a mis principios».
Ahora, los acantilados están en la Carrera de San Jerónimo, los leones son de bronce y custodian el Congreso. Si el principal enemigo de la supervivencia de esa isla eran los enfrentamientos y las picaduras de los bichos, ahora combate la de los independentistas «golpistas del estado», «Bildu etarras» y del gobierno «social comunista».
–¿Qué es más difícil, sobrevivir a una isla desierta o al Congreso de los Diputados?
–Sobrevivir en «La Isla» es algo que ya pude demostrarme a mí misma, que era capaz de superar cualquier límite. Ahora intento aplicar esa fuerza, resistencia y valentía en el Congreso.
Borrás llegó a la política ocupando el número siete de la candidatura de Vox por Madrid, cuando «la resistencia» de los de Abascal se reforzó con 52 escaños.
–¿Por qué la política?
–Siempre he tenido una gran vocación de servicio, algo que me ha llevado a realizar diversas actividades de voluntariado y compromiso social a lo largo de mi vida. Me apasiona la idea de poder aportar valor a la sociedad. Tener la oportunidad de hacerlo, desde un lugar con un impacto tan real como la política, me hace sentir muy afortunada.
Portavoz de la Comisión de Transición Ecológica, de la de Ciencia, Innovación y Universidades, adjunta en la de Cultura y Deporte... Su afición por el boxeo le lleva a lanzar «el directo de derecha» dialéctico, bien contra los «lobbies climáticos» o en defensa de las mujeres. En una de esas contiendas, le recrimintó a la ministra de Igualdad, Irene Montero los “cero minutos de silencio” que el Gobierno ha dedicado a las mujeres asesinadas a manos de inmigrantes ilegales.
- ¿Cree que decir que “la violencia no tiene género” está “fuera de la ley”, como dijo Montero?
-Todavía no está fuera de la Ley como ellos mismos pretenden, pero lo que seguro que no está es fuera de la realidad. Las mujeres asesinan porcentualmente más a sus hijos que los hombres y a nadie se le ocurriría crear leyes o tribunales específicos que castigaran el mero hecho de ser mujer. Quien asesina, viola y abusa es el asesino, el violador y el abusador, no el hombre ni la mujer. Y hasta que no entiendan que sus discursos de odio y división crean millares de víctimas innecesarias y que no reducen un ápice las víctimas de esa violencia, seguiremos acentuando esos problemas de violencia y discriminación que todavía existen en la sociedad española.
El día de la investidura del presidente Sánchez, las redes sociales y también algunos diputados se fijaron en su apariencia física y le cambiaron su segundo apellido, Pabón, por el de «pibón». Pero ella prefiere que se hable de sus propuestas en la Cámara.
–¿Cree que la sociedad sigue siendo machista?
–Considero que en otras épocas fue necesario reclamar la igualdad real en derechos y oportunidades entre mujeres y hombres, una igualdad ya reflejada hoy en nuestras leyes. Los resquicios machistas que existen hoy día no se vencerán con la guerra de sexos y la creación de leyes que perjudiquen precisamente esa igualdad real que buscamos ante la ley.
Ahora, Borrás impulsa, junto a sus compañeros, la moción de censura de Vox y los miles de motivos que, asegura, hay para apoyarla.
–¿Le preocupa que quieran atacar la moción de censura a través de usted?
–No se me ocurre de qué forma podrían atacar la moción más justificada de la historia de la democracia porque yo participara hace dos años en un programa de supervivencia. En todo caso, al contrario; el programa podría explicar lo difícil que puede ser encontrar recursos si este gobierno continúa en el poder.
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