Exclusiva
Luis Medina, nuevo marqués de Villalba: su hermano, Rafa, le ha cedido el título
El hijo menor de Naty Abascal recibirá el marquesado oficialmente en unos días, fecha en la que saldrá publicado en el BOE
Tenía la espinita clavada. Pero solo por una cuestión de arraigo familiar. Cuando su abuela María Victoria Eugenia Fernández de Córdoba, duquesa de Medinaceli, murió en 2013, Luis Medina (40) dio por hecho que recibiría uno de los más de 30 títulos nobiliarios que poseía. Y no por capricho. Tenía motivos para contar con ello. «En vida de mi abuela, mi tío, el duque de Segorbe, me comentó la ilusión que tenía la abuela de que todos sus nietos llevaran un título y que habían pensado para mí el de conde de San Martín de Hoyos. Se firmó esa distribución. Pero pasó el tiempo, falleció mi abuela y me enteré de que mi tío nunca movió ese documento», contó en 2018. Efectivamente, aquello jamás sucedió. Y con los años la brecha familiar se ha ido agrandando.
Hace apenas unas semanas se hacía público que el duque de Segorbe dejaba fuera de la Fundación Casa Ducal de Medinaceli que preside –una de las más importantes de España– a algunos miembros de la familia. Ninguno quiso hablar del tema. Luis, tampoco. Lo del condado de San Martín de Hoyos le dolió y aunque respeta profundamente la labor de su tío en la fundación, nunca entendió el porqué de aquella decisión. Ni quería pasear título ni buscaba polémica alguna por ese asunto. Se trataba, simplemente, de cumplir el deseo de su abuela.
Y quizá haya sido precisamente eso lo que haya llevado a su hermano, Rafa Medina (42), a tomar la decisión que lo va a hacer posible. Duque de Feria desde 2002, título que heredó tras fallecer su padre, el hijo mayor de Naty Abascal recibió al mismo tiempo el marquesado de Villalba, creado por el rey Felipe II en 1567 y que, a diferencia del ducado de Feria, no tiene Grandeza de España. Es el título que ha decidido donar a su hermano pequeño.
Ilustrísimo señor
Según ha podido saber LA RAZÓN, los trámites están ya muy avanzados. La cesión ha sido rubricada ante notario y el abogado de la familia enviará la solicitud oficial en unos días, puesto que ya ha pasado el plazo en el que se podía presentar oposición legal al traslado del título. Por delante tiene el procedimiento reglamentario: deberá publicarse en el BOE y el Rey Felipe tendrá que firmar su conformidad. A partir de entonces, Luis recibirá el tratamiento de ilustrísimo señor, pero poco más. Él mismo ha reconocido a su círculo más íntimo que le hace ilusión por una cuestión exclusivamente sentimental. «Los títulos no sirven para nada y él lo sabe, pero perteneciendo a la familia que pertenece y sabiendo que era expreso deseo de su abuela que heredara uno de los títulos de la familia, considera que ha sido un gesto precioso por parte de su hermano y lo llevará con muchísimo orgullo, aunque de puertas para fuera no se traduzca en nada». De este modo, el actual duque de Feria deja fuera de la herencia directa del marquesado de Villalba a sus dos hijos, Rafael y Laura, de ocho años, aunque hay quien apunta que entre ambos haya un pacto de cesión futura para que los mellizos puedan heredar cada uno un título.
Para eso, en cualquier caso, quedarían años. Mientras tanto, el nuevo marqués de Villalba seguirá llevando la vida de siempre. Aunque en estos últimos meses sus prioridades han cambiado. Más alejado de la vida pública que nunca, Luis ha pasado parte de la pandemia fuera de Madrid, rodeado de naturaleza, leyendo mucho y disfrutando de una soledad absolutamente voluntaria. Su círculo de amigos se mantiene intacto y ve a sus más íntimos con frecuencia, pero evita su proyección mediática. Al parecer, ni le interesa ni le apetece. Sigue vinculado profesionalmente al sector de la moda y está tanteando otras posibles vías de negocio. En cuanto a novias, tampoco se le conoce en la actualidad. El «soltero más atractivo del mundo» –según publicó en su día la prestigiosa revista francesa «Point de vue»– se mantiene igual de atractivo, encantador, educado, divertido y soltero. Atrás deja una lista innumerable de novias, amigas especiales y eufemismos varios. Dicen sus amigos que ahora nada de eso le preocupa. Se ha mudado cerca de la casa de su hermano en Madrid, en el barrio de El Viso, y lleva una vida tranquila viendo a los suyos, hablando mucho con su madre y disfrutando de sus sobrinos, a los que tantos años tuvo lejos, cuando Rafa vivía en Barcelona por cuestiones de trabajo. «Se le ve inmensamente feliz, tranquilo y transmite mucha paz», nos aseguran.
✕
Accede a tu cuenta para comentar