Justicia

La caída de Ghislaine Maxwell acorrala al Príncipe Andrés

Veinte años de cárcel le esperan. ¿Arrastrará al hijo favorito de Isabel II?

Ghislaine Maxwell, socia y exnovia del fallecido magnate Jeffrey Epstein.
Ghislaine Maxwell, socia y exnovia del fallecido magnate Jeffrey Epstein.La RazónLa Razón

Costaba mucho reconocer a Ghislaine Maxwellcuando esta semana se presentó ante la jueza federal del distrito de Nueva York para escuchar su sentencia: 20 años por reclutar a menores para que el multimillonario Jeffrey Epstein abusara de ellas. Mono de presa, mascarilla y grilletes en los tobillos. Nada quedaba de su época dorada. Antes de ser una de las acusadas penales más famosas, se la describía como una de las «socialités» más famosas del mundo. Al igual que el príncipe Andrés, ha sido condenada al ostracismo.

Entre ambos siempre existió una estrecha amistad. Fue Maxwell quien aparecía en la famosa imagen que dio la vuelta al mundo en la que se puede ver al hijo de Isabel II junto a una jovencísima Virginia Giuffre, la misma con la que el royal firmaba este año un millonario acuerdo extrajudicial para evitar un juicio por abuso de menores.

El duque de York , del que siempre se dijo que era el hijo favorito de la reina, lucha desesperadamente estos días por recuperar sus estatus de alteza real y agenda pública. Pero la sentencia impuesta el pasado martes a la que fuera su íntima amiga reduce aún más sus posibilidades.

En su desastrosa entrevista con la BBC en 2019 para intentar lavar su imagen, el propio príncipe Andrés explicó que Maxwell fue «elemento clave» en su polémica amistad con Epstein, quien terminó suicidándose en su celda en agosto de ese mismo año.

Pero ahora no quiere saber nada de ella. No es el único. Todo el mundo ha dado la espalda a la que en su día fue la popular relaciones públicas de la alta sociedad. El día que se dictó su sentencia contó tan sólo con el respaldo de siete familiares, dos amigos, un ex empleado, un psiquiatra forense y una compañera de prisión en la cárcel de Brooklyn donde ha estado detenida desde julio de 2020.

En lo que parecía una petición poco probable de clemencia, sus abogados expusieron una infancia difícil con un padre autoritario. Maxwell, de 60 años, era la novena hija del gran magnate de la prensa Robert Maxwell, y su llegada a la familia se vio ensombrecida por un accidente automovilístico que dejó a su hermano Michael, en coma.

Abandonada, se volvió anoréxica. A los tres años se plantó ante su madre, Elisabeth, y dijo: «Mamá, existo». Michael murió cuando ella tenía siete años y la enviaron a un internado al año siguiente. Asistió al Marlborough College, donde un amigo recordó que era popular, y luego a la Universidad de Oxford. Su padre les hizo saber a todos los hermanos que iba a dejar su fortuna a la caridad.

Ghislaine Maxwell fue sentenciada a 20 años de prisión este martes por ayudar al delincuente sexual y financiero Jeffrey Epstein
Ghislaine Maxwell fue sentenciada a 20 años de prisión este martes por ayudar al delincuente sexual y financiero Jeffrey EpsteinDominique MollardAgencia AP

La favorita de papá

Maxwell era la favorita de su padre. «Ella se volvió dependiente de su aprobación y vulnerable a sus rápidos y frecuentes cambios de humor, ira y rechazo», según la versión que ofrecieron sus dos hermanos mayores, Anne y Philip: «Esto la llevó a volverse muy vulnerable a los hombres abusivos y poderosos que podrían aprovecharse de su buena naturaleza innata».

Ella estaba en Nueva York cuando el cuerpo de su padre fue encontrado en el mar frente a Tenerife, donde navegaba su yate, el Lady Ghislaine. Pronto quedó claro que había saqueado los fondos de pensiones de su empresa. Para entonces, la socialité ya había conocido a Epstein, el hombre que cambiaría para siempre su vida.

De un apartamento modesto se mudó a lugares cada vez más grandes: en 2000 vivía en una casa adosada comprada por 4,95 millones de dólares por una empresa cuya dirección coincidía con la oficina de la firma financiera del empresario millonario. La relación entre ellos siempre fue extraña. Al principio fueron pareja, pero luego la socialité acabó trabajando para él. Oficialmente, administrando sus propiedades. Extraoficialmente, buscando chicas jóvenes con problemas familiares y económicos de las que abusaban. El resto de la historia ya la conocen.