Nuevo proyecto

Adiós a Tash, la la arquitecta invisible del estilo de Kate Middleton que genera millones en la industria de la moda

Tras 15 años de leal servicio, Natasha Archer, la mano derecha de la princesa de Gales, deja su puesto para emprender un nuevo rumbo profesional. Ella es la artífice de los looks más aplaudidos de la futura reina

Natasha Archer, estilista y asistente personal de Kate Middleton
Natasha Archer, estilista y asistente personal de Kate MiddletonGtres

Hablar de Kate Middleton es hablar de elegancia. La Princesa de Gales no solo ha consolidado su estatus como icono global del estilo, sino que ha sabido construir una narrativa visual impecable que combina tradición, modernidad y diplomacia sartorial. Pero, como suele ocurrir con otras grandes figuras, tras su impecable vestuario se encuentra una figura en la sombra, tan silenciosa como decisiva: Natasha Archer.

Conocida por sus íntimos como Tash, Archer comenzó su andadura en el entorno de la entonces duquesa de Cambridge en 2010 -año en que se anunció su compromiso con el príncipe Guillermo- como asistente personal. Lo que empezó como una relación estrictamente profesional se fue transformando, con el paso de los años, en un lazo personal profundo, convirtiéndose en su confidente, consejera y, sin llevar el título oficial, la estilista más influyente de la monarquía británica contemporánea.

Aunque su nombre rara vez figura en créditos o titulares, a Archer se le atribuyen algunos de los momentos de estilo más memorables de la princesa. Desde arriesgadas apuestas de moda con un subtexto político -como el vestido verde alquilado para los Earthshot Prize Awards en Boston, un gesto potente a favor de la sostenibilidad- hasta sutiles decisiones que reescriben el protocolo, como cuando animó al príncipe Guillermo a vestir un sherwani tradicional en Pakistán durante la gira oficial de 2019, marcando un hito en la imagen internacional de la Corona.

Natasha Archer
Natasha ArcherGtres

Pero Tash no es solo la mente creativa detrás de los looks virales; es parte integral del círculo más íntimo de los príncipes de Gales. Estuvo allí en los grandes viajes de Estado, en momentos institucionales clave, y también en episodios profundamente personales,como el nacimiento del príncipe George. Queda en la memoria aquella imagen suya llegando al hospital St. Mary’s con un transportín de bebés en mano: un gesto revelador que hablaba de confianza, lealtad y presencia constante en los momentos que verdaderamente importan.

Kate Middleton, con un vestido alquilado en los Premios Earthshot en Boston en 2022
Kate Middleton, con un vestido alquilado en los Premios Earthshot en Boston en 2022Gtres

Su papel fue reconocido oficialmente en 2019, cuando fue condecorada con la Real Orden Victoriana por sus servicios a la Familia Real. Tres años después, su carrera dentro de palacio alcanzó un nuevo escalón con su nombramiento como asistente ejecutiva sénior. Ahora, en 2025, y tras más de una década definiendo el estilo más observado del planeta, “People” publica que Archer da un paso al frente y se despide de sus funciones reales para emprender un nuevo camino: una consulta privada de asesoramiento de imagen, destinada a quienes quieran vestir con la inteligencia estratégica que solo una figura como ella puede ofrecer.

El efecto Kate Middleton

Expertos y agentes de la industria de la moda coinciden en señalar a Archer como la artífice del llamado “efecto Kate Middleton”, es decir, el desorbitado aumento de las ventas de una prenda de ropa que haya usado la princesa. Algo similar a lo que ocurre en España con la Reina Letizia, pero a gran escala en el caso de Kate por su mayor proyección internacional.

No se trata de un asunto baladí que sirve como relleno a las páginas de las revistas de lifestyle, sino que ese “efecto Kate Middleton” que se le atribuye a Archer aporta a la industria de la moda de Reino Unido casi 1000 millones de libras anuales, o sea, cerca de un billón de libras -superior al PIB de países como Suiza o Emirato Árabes-.

Una cifra estimada por la revista “Vogue” en base al incremento de las ventas de una firma de moda tras la elección por parte de la princesa de una de sus prendas. Por poner un ejemplo, el vestido morado de Safiyaa que lució en la final de Wimbledon del año pasado -su primera gran reaparición tras un tiempo alejada del foco por sus problemas de salud-, generó un aumento de pedidos a la firma que le supuso unos beneficios de 4,8 millones de libras. Y todo porque Archer recomendó a su amiga ese vestido. Un efecto mariposa a lo grande.

Kate, Princess of Wales, smiles as she waits to present the trophy to Carlos Alcaraz of Spain at the men's singles final at the Wimbledon tennis championships in London, July 14, 2024. (AP Photo/Kirsty Wigglesworth)
Kate, Princess of Wales, smiles as she waits to present the trophy to Carlos Alcaraz of Spain at the men's singles final at the Wimbledon tennis championships in London, July 14, 2024. (AP Photo/Kirsty Wigglesworth)Kirsty WigglesworthAP

Ahora que emprende vuelo propio, se abre una nueva etapa para el estilo de la princesa. Pero el legado de esta silenciosa arquitecta del vestir ya ha quedado sellado en la historia reciente de la moda británica y en los salones donde el protocolo se entreteje con el poder de la imagen.