Recuperación

Kate Middleton, un verano alejada de sus funciones oficiales

La princesa de Gales reapareció en actos oficiales tras su tratamiento contra el cáncer, pero aún atraviesa un proceso íntimo de recuperación, entre secuelas físicas y emocionales

Kate Middleton en el Trooping the Colour.
Kate Middleton en el Trooping the Colour. Gtres

El verano de la familia real británica llega a su fin y, con él, el regreso a las rutinas escolares de George, Charlotte y Louis. Sin embargo, la atención mediática sigue concentrada en su madre, la princesa de Gales. Kate Middleton, de 43 años, retomó de manera gradual su agenda oficial a principios de 2025, tras anunciar que la enfermedad se encontraba en remisión. Aun así, según revela una fuente cercana a RadarOnline.com, la princesa "sigue lidiando con el dolor" lejos de los flashes, en la intimidad de su hogar.

La recuperación, como tantas veces se ha dicho, no concluye con el fin del tratamiento. "Kate no ha recuperado todavía el estado físico y emocional que tenía antes del diagnóstico, y no está segura de que lo logre del todo", apuntaba esa misma fuente, subrayando que este verano se retiró extraoficialmente de muchos de sus compromisos públicos. William, por su parte, la ha acompañado en cada paso de este proceso, asumiendo un papel aún más activo en la vida oficial y protegiendo, al mismo tiempo, la privacidad de su esposa.

Incorporación paulatina

La menor visibilidad de la princesa estos meses no responde a un vacío institucional, sino a una estrategia bien calculada para permitirle reincorporarse de manera paulatina a sus responsabilidades reales. No obstante, su presencia, aunque más discreta, ha tenido un impacto significativo: cada aparición pública de Middleton es observada con lupa y celebrada como un símbolo de resistencia y cercanía.

Kate Middleton en la final femenina de Wimbledon 2025.
Kate Middleton en la final femenina de Wimbledon 2025.Gtres

La propia Kate fue quien, en un encuentro con pacientes y personal del Servicio Nacional de Salud británico, puso palabras a lo que muchas personas que atraviesan esta enfermedad sienten tras el fin del tratamiento. "Se asume cierta valentía, cierto estoicismo durante el tratamiento", explicó entonces. "El tratamiento ha terminado, pero la siguiente fase es realmente muy difícil". Una confesión sincera que despoja de artificio a la narrativa de perfección que rodea a menudo a la realeza.

Esa "siguiente fase" a la que se refería no se limita a lo médico: implica reconciliarse con un cuerpo que ya no responde igual, con un ritmo vital que exige ajustes y con una vulnerabilidad emocional que aflora incluso en quienes proyectan fortaleza. Para Middleton, que siempre ha sido definida como pilar de estabilidad dentro de la Casa de Windsor, aceptar la fragilidad supone un ejercicio de honestidad que la acerca aún más a la gente.

Hoy, mientras sus hijos retoman la rutina escolar y William intensifica su agenda institucional, Kate continúa en ese delicado equilibrio entre deber y autocuidado. La princesa sonríe, y lo hace con esa serenidad que siempre la ha caracterizado. Pero tras esa sonrisa, late aún el esfuerzo silencioso de quien sabe que la verdadera batalla continúa mucho después de que se apaguen los focos.