La reina Camila -antaño la intrusa, la bruja perversa, la madrastra pérfida, la infiel- hoy es la mujer que sostiene al rey Carlos en su trono, la que atempera su carácter, la reina que asume impecable su papel sin hacer jamás un mohín de disgusto. A punto de cumplirse el vigésimo aniversario de su boda con el entonces heredero al trono británico, el fotógrafo Arthur Edwards ha concedido una reveladora entrevista a "The Sun".

Este veterano profesional ha seguido la evolución de Carlos III durante las últimas décadas de vida y puede dar fe de su cambio desde que selló su amor con la mujer que siempre amó. Edwards confiesa que ni él mismo habría apostado un centavo por esta unión. La idea de matrimonio tras el controvertido divorcio y los detalles su tormento romance infiel con Camila Parker Bowles le parecía una verdadera locura. Ahora solo puede decir que "es una unión sumamente armoniosa. Y lo que más me impactó fue que tranquilizó al rey".

Su ira ante una ventana cerrada

Su paso por el altar aumentó la felicidad de la pareja, pero, sobre todo, aportó mucha serenidad al monarca británico. "Gracias a Camila, ahora es raro que el rey Carlos se ponga ansioso o enfadado. Antes, podía enfadarse simplemente porque dejaban las ventanas cerradas...", cuenta en la entrevista.

Edwards recuerda algunas anécdotas a lo largo de la conversación y hay una entrañable: cuando le pidieron que fotografiara a la pareja, presenció una discusión entre Carlos y Camila, por no haber sido advertidos con antelación. Sin embargo, su desacuerdo no duró mucho, ya que la futura reina se dirigió al fotógrafo y le pidió que contara un chiste, lo que provocó que su marido estallara a reír.

Se ganó el cariño de Isabel II

A pesar del disgusto que provocó en Isabel II el escándalo de la infidelidad a Diana de Gales, la reina aprendió a quererla y apreciaba su capacidad para dar un paso atrás. Pero, en opinión del fotógrafo, el secreto de la profunda armonía que reina en la pareja es su habilidad para hacerse reír el uno al otro. Están firmemente decididos a no permitir que nada ni nadie amargue su hermosa historia.

En sus declaraciones, afirma que, después de seguir a la pareja real por todo el mundo, nunca ha escuchado un solo comentario despectivo contra "esta bella dama. Desde su boda en Windsor el 9 de abril de 2005, ha quedado muy claro que se hacen sentir muy felices y seguros el uno al otro".

El mayor impacto se advierte en el carácter del monarca. "Se ha convertido en una persona más agradable. Gracias a Camila, se ha calmado. Últimamente casi nunca se estresa ni se preocupa por nada… De vez en cuando, como cuando se manchó con la tinta de su pluma durante una ceremonia oficial, se frustra un poco, pero Camila calma la situación".

Al contrario que con Diana de Gales, cuenta que, durante más de 20 años, nunca ha visto a Camila "perder los estribos con un fotógrafo". En la entrevista, destaca que "desde que al rey le diagnosticaron cáncer el año pasado, esta extraordinaria dama ha ayudado a llevar la monarquía sobre sus delgados hombros". Su sentencia final no puede ser más expresiva: "Lo mejor que hicieron Carlos y Camila fue casarse".