Moda

Esta es Chloe Malle, la "nepo baby orgullosa" que toma el mando de Vogue tras la marcha de Anna Wintour

Lleva más de una década trabajando en la revista y asume uno de los cargos más importantes sin haber cumplido los 40 años

Chloe Malle
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La marcha de Anna Wintour de la dirección de Vogue, tras casi cuatro décadas en las que convirtió la revista en la biblia indiscutible de la moda, parecía augurar un vacío imposible de llenar. Sin embargo, las rotativas nunca se detienen y la cabecera ya ha encontrado a su nueva guardiana: Chloe Malle. Según adelantó Puck News, la periodista neoyorquina asumirá el reto de continuar el legado de la mujer que, desde finales de los años ochenta, dictó las reglas de lo que hoy entendemos por estilo. Si alguna prenda llegó a tu armario, probablemente fue porque figuras como Wintour lo decidieron.

El relevo no será sencillo. La sombra de Anna es larga, las comparaciones inevitables y las expectativas altísimas. Pero a Malle credenciales no le faltan. Ni académicas ni culturales. Hija del cineasta francés Louis Malle y de la actriz Candice Bergen, creció en el epicentro de la vida artística y social de Nueva York, un entorno que le otorgó un instinto y una mirada estética imposibles de aprender en ninguna facultad.

Lo que sí aprendió en la Universidad de Brown fue periodismo y literatura, una formación que pulió su estilo narrativo y le abrió las puertas de medios como The New York Observer, Marie Claire, The New York Times o The Wall Street Journal. Su llegada a Vogue se produjo en 2011 y, como aseguran sus compañeros, su ascenso ha sido fruto del trabajo y del talento más que de los apellidos. Aun así, las redes sociales no le han perdonado su origen privilegiado. Ella, con ironía desarmante, respondió en una entrevista a The New York Times: “Soy una nepo baby orgullosa”.

Frente a la figura casi inaccesible de Wintour, Chloe Malle se perfila como un rostro más cercano, natural y desenfadado. Su Instagram la muestra espontánea, volcada en su vida familiar y en sus dos hijos, más terrenal que divina, en contraste con el aura regia que siempre rodeó a su antecesora.

Su proyecto para Vogue apunta a seguir la tendencia de la industria: reducir el peso del papel para potenciar el universo digital. Un nuevo orden en el que la revista, durante décadas considerada la Biblia de la moda, deberá reinventarse para seguir marcando la pauta.