«La cucharita»
Cristina Pedroche o el arte de levantar pajaritos
Como no todo son posturas, postureos, sexo y cintas de vídeo, la presentadora también hace sus pinitos en la crítica literaria
La inefable Cristina Pedroche, sal de las redes sociales, ha contado la postura que adoptaen el lecho matrimonial para que a Dabiz Muñoz se le levante el pajarito. Lo dice así. Y ha bautizado la susodicha postura como «la cucharita», y aunque desconozco si la posición figura en el Kamasutra, habrá que convenir que es la mar de propia para un cocinero. Explica que ella se acurruca junto a Dabiz en posición fetal y él la rodea con su cuerpo y brazos. Hasta ahí puede contar.
Pero como no todo son posturas, postureos, sexo y cintas de vídeo, la Pedroche también hace sus pinitos en la crítica literaria: que se vea que, pajaritos aparte, hay un nivel. Comenta así el libro de su amiga Patricia Benito que está leyendo: «Sabía que me iba a coger y me iba a zarandear. Sabía que me pondría bocabajo y me removería todo. Me ha devorado sin tregua».
Y aquí es donde a uno le entran las dudas. ¿En realidad está hablando Cristina del libro de su amiga o de las consecuencias de «la cucharita» al levantar el pajarito de Dabiz? ¿El entusiasmo o hervor pasional de «la cucharita» ha impregnado su nota literaria de una aproximación involuntaria a Charles Bukowski o Henry Miller? Ahora, desde aguas mallorquinas y en bikini, envía esta sugerente reflexión: «Mira hacia dentro para ver mejor lo que está afuera». Y ahí me pilla otra vez su sutileza con aromas de haiku japonés. ¿Ve en su interior, con nostalgia, los rápidos levantamientos de antaño? El chef Dabiz Muñoz debería recordar el viejo refrán: «Pájaro que no vuela, a la cazuela». Ojito.
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