Polémica
Cinco novias (con dote) y un funeral: la vida marcada por el escándalo de Luis Medina
El pequeño de la familia declara el lunes ante el juez, acusado de estafa y alzamiento de bienes
Hace algo mas dos años y coincidiendo con la pandemia, Luis Medina dejó de tener un perfil público en las redes sociales. Durante ese tiempo de confinamiento y restricciones sanitarias no había actos ni fiestas sociales en las que antes era uno de los invitados especiales. Se dejaba ver en los «photocall» donde posaba con la chica guapa que podía ser su novia estacional o su amiga sin mayores consecuencias afectivas. Formaba parte del listado de hombres elegantes y guapos en la lista que anualmente hacían las revistas. Luis y su hermano Rafa Medina eran fijos y casi siempre era el pequeño de Nati Abascal el que estaba en uno de los primeros puestos. El número uno lo solía ocupar Felipe VI como príncipe de Asturias y luego como Rey. En realidad cuando el Jefe del Estado llama la atención es al ir vestido con los uniformes militares.
Hecho este inciso retomo la figura de Luis Medina Abascal que en estos momentos se encuentra muy deteriorada mediáticamente. Su intervención como comisionista en la compra de material sanitario por parte del que fue su amigo Alberto Luceño le ha colocado en una situación legal muy complicada. Como el mismo decía «el juicio televisivo, lo perdí desde el principio». Su organigrama familiar es lo suficientemente atractivo para que la noticia principal del la demanda interpuesta por la fiscalía anticorrupción le tuviera a él como eje principal del escándalo de las mascarillas cuando el que negoció la gran comisión fue Luceño.
Efectivamente formar parte de una de las sagas nobiliarias con más presencia en los archivos de la Diputación de la Grandeza no es fácil si se quiere pasar desapercibido Y más aún cuando hay denuncias por medio. Luis Medina es hijo del fallecido duque de Feria, nieto de la duquesa Victoria Eugenia Fernández de Cordoba conocida como Mimi Medinaceli, sobrino de Ignacio Segorbe, que ostenta el ducado que lleva su nombre y con el que Luis, su hermano Rafa y las primas mantenían un contencioso por la legítima herencia de la abuela.
El pasado 22 de noviembre de 2021 se celebró en el Juzgado de Primera Instancia número 12 de Sevilla la audiencia previa que enfrentaba, desde hace nueve años, a todos ellos contra el tío Segorbe. En el mundo nobiliario el título se adapta como apellido aunque no tenga ninguna validez jurídica. Ese día el juez les dio la razón a los herederos y aunque el familiar directo interpuso recurso, varios juristas han explicado a quien esto escribe que «será cuestión de tiempo, pero tienen todas las de ganar en instancias superiores». Al menos unos de los flancos legales abiertos pinta bien.
Bodas en el aire
Como decía al principio, Luis Medina ha sido protagonista de muchos «photocall» y reportajes en las revistas del corazón. Unas como exclusivas y otras por el seguimiento de paparazzi. En el plano amoroso sus noviazgos han tenido la réplica pública. Durante muchos años estuvo de pareja estable con Alejandra de Rojas, hija de la añorada Charo Palacios, marques de Montarco. Una mujer elocuente y divertida, que fue modelo y gran amiga del gran Elio Berhanyer.
Por su vida pasaron Priscila de Gustín, Tamara Falcó, Alejandra Pérez-Pla, Amanda Hearst, nieta del magnate de la prensa William Randolph Hearst con la que se llegó a decir que Luis ya tenia preparada la sortija de pedida y muchas más que formaban parte de su listado amoroso. Con ninguna se comprometió y las bodas se quedaron en el aire.
Sus amistades internacionales estaban unidas a la época en la que los hermanos Medina Abascal vivieron en Estados Unidos, donde Oscar de la Renta junto con su familia se convirtió en el cuidador de los chicos cuando su padre, Rafael Medina Fernández de Córdoba, fue condenado por tráfico de drogas y corrupción de menores. Estalló el escándalo y la madre los quitó de en medio para salvaguardar a sus hijos de los comentarios que circulaban por Sevilla y del vacío que les hicieron familias que antes les trataban.
Los que conocen a Luis Medina lo definen como un hombre bueno que ha perdido el rumbo más de una vez. Y las veces que ha sucedido siempre ha estado para apoyarlo y quererlo su madre Nati Abascal. El lunes tendrá que pasar a declarar. Será un «photocall» muy diferente. La elegancia no le valdrá de nada.
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