Una historia de amor que desafió el tiempo y las modas. Así podría definirse el vínculo entre Carolina Herrera y su esposo, Reinaldo Herrera, quien falleció este 18 de marzo en su hogar de Manhattan a los 91 años. La noticia, confirmada por fuentes cercanas, deja un vacío inmenso en la familia Herrera y en el círculo más exclusivo de la alta sociedad neoyorquina.

Más de cinco décadas juntos, marcadas por la elegancia, la discreción y una complicidad inquebrantable. Reinaldo, periodista de prestigio y heredero de la aristocracia venezolana, no solo fue el compañero de vida de la célebre diseñadora, sino también un pilar fundamental en su ascenso como icono de la moda. Fue él quien, con su exquisita visión, elaboraba listas de las mujeres más elegantes, donde Carolina Herrera siempre brillaba con luz propia.

Un matrimonio entre la aristocracia y la moda

Se conocieron en la vibrante Caracas de los años 60 y se casaron en 1968. Juntos construyeron un universo de sofisticación entre Nueva York y las grandes capitales de la moda, siempre alejados del ruido mediático y fieles a su inconfundible estilo. La diseñadora, que ya había vivido un primer matrimonio con Guillermo Behrens Tello, encontró en Reinaldo a su alma gemela: un hombre de linaje ilustre -hijo del marqués de Torre Casa-, con la cultura, el porte y el savoir-faire de otra época.

Tuvieron dos hijas, Carolina y Patricia, y su legado familiar quedó entrelazado con las más altas esferas del arte, la moda y la sociedad internacional. Carolina, instalada en España durante años, se convirtió en una figura habitual en la crónica socialpor su matrimonio (y posterior divorcio) con el torero Miguel Báez "Litri".

A pesar de la tristeza que deja su partida, el nombre de Reinaldo Herrera perdurará como el de un hombre que supo vivir con elegancia, amar con devoción y ser el gran compañero de una de las mujeres más influyentes de la historia de la moda. Hoy, la industria y la alta sociedad despiden a un caballero en toda regla.